EOI debate con dos secretarios de estado sobre desigualdad y la necesidad de un nuevo contrato social

EOI debate con dos secretarios de estado sobre desigualdad y la necesidad de un nuevo contrato social
  • Han participado en el encuentro del Observatorio de Economía Global Manuel Muñiz, Secretario de Estado de la España Global, e Ignacio Álvarez, Secretario de Estado de Derechos Sociales.
  • Ambos han coincidido en que se ha producido una fractura del contrato social, lo que achacan al aumento de las desigualdades económicas.
  • El avance tecnológico puede ser un gran generador de prosperidad, pero los Gobiernos se enfrentan al reto de que esta mejora llegue a toda la sociedad.

Madrid, 22.4.2021.- El Observatorio de Economía Global de la Escuela de Organización Industrial ha reflexionado sobre el estado del contrato social en las sociedades occidentales y cómo cada vez está más cuestionado por la polarización política y los enormes cambios en el mercado laboral, con millones de puestos de trabajo amenazados por la tecnología. La mesa redonda ha abordado el tema analizando especialmente el impacto que ha podido tener la pandemia y la crisis económica, que llegó en un momento en que el mundo ya registraba tensiones por las crecientes desigualdades. 

La charla ha contado con la participación de Manuel Muñiz, Secretario de Estado de la España Global, e Ignacio Álvarez, Secretario de Estado de Derechos Sociales, ambos expertos en economía. Marta García Aller, periodista y escritora, ha moderado el diálogo. La sesión forma parte de un ciclo dedicado a la necesidad de adoptar un nuevo contrato social para el siglo XXI, en este caso desde la perspectiva de las políticas públicas. Los otros dos encuentros versarán sobre la ciudadanía, en especial los y las jóvenes, y las empresas, y podrán ser seguidas virtualmente por quienes se inscriban en la actividad a través de la página web de EOI.

En la parte del diagnóstico, Muñiz y Álvarez están de acuerdo en que el auge de los nacional-populismos y la marcha atrás en proyectos de integración internacional son síntomas de la fractura del contrato social. Sus costuras empezaron a romperse en el ámbito económico en torno a la década de los 80, un periodo en el que, pese a ser mayoritariamente de bonanza, sus beneficios fueron a parar a un porcentaje muy pequeño de la población, el de los más adinerados. 

En las últimas décadas, la productividad se ha disparado pero los salarios reales de la mayoría de la ciudadanía se han estancado, del mismo modo que la presión fiscal sobre el porcentaje más rico se ha desplomado, pero ha aumentado la del resto de contribuyentes y especialmente los de rentas medias. Esta dinámica ha erosionado a la clase media, que era el paradigma sobre el que se sostenía el contrato social de las sociedades occidentales.

“Mi tesis aquí es que esa precarización del medio debilita también el centro político”, ha comentado Muñiz, que alerta de que un reparto peor de la riqueza “produce una enorme polarización y alimenta la convulsión política internacional”. Por su parte, Álvarez ha asegurado que, con la recesión actual en España “llueve sobre mojado, ya que se venía de años de políticas de austeridad, elevado paro y precarización del empleo, por lo que se corre el riesgo de reforzar las tendencias de descomposición de los lazos económicos y políticos”.

Sin embargo, ambos expertos han señalado que el punto de inflexión alcanzado por la pandemia puede favorecer la aparición de un nuevo contrato social. Los fondos europeos son una oportunidad para revertir estas tendencias y que una mayor porción de la población sienta que accede a la prosperidad económica que llegará de la mano de este nuevo “New Deal”. 

El mercado laboral será el terreno principal donde se decidirá el futuro económico, ya que de nada servirán los esfuerzos de los Gobiernos en la redistribución si esta parte de una desigualdad cada vez mayor en el trabajo. En un mundo en el que se precarizan buena parte de los empleos, mientras que hay unos pocos puestos muy cualificados y bien remunerados y aumentan las rentas del capital, “no es posible fiar todo a la capacidad del Estado de redistribución”, ha recalcado Álvarez.

En este punto, Manuel Muñiz ha puesto el foco en la formación, ya que son cada vez más las empresas que sienten que los sistemas educativos no satisfacen las necesidades que crean las mejoras en tecnología, como el control de la automatización o la inteligencia artificial. Además de las desigualdades de renta, la tecnología está generando otras como que la nueva economía se concentre casi exclusivamente en las grandes ciudades: “La innovación y la tecnología son la mayor fuente de ganancias de productividad, y bien gobernadas son una fuente de productividad”, ha declarado al señalar este campo como uno de los principales retos del futuro. 

Por último, los dos secretarios de Estado han defendido que la actuación del Ejecutivo está siguiendo las líneas marcadas en el debate. “No hay que elegir entre sociedades que crezcan o sociedades más equitativas” ha dicho Muñiz, poniendo como ejemplo los países nórdicos, y ha afirmado que el Plan de Recuperación y Resiliencia presentado recientemente “contempla medidas para fomentar la productividad y el crecimiento, y tiene en cuenta la necesidad social”. Ignacio Álvarez ha añadido, en ese mismo sentido, que la necesidad social “está muy presente en el acuerdo de coalición, y se está manifestando tanto en las políticas de gestión de la pandemia como en el propio Plan de Recuperación”.