“Estamos desarrollando una nueva tecnología para la producción rentable de combustibles” René Wijffels

La Escuela de Organización Industrial ha acogido la mesa redonda Microalgas, ¿una fuente de petróleo verde? En donde reconocidos expertos ha analizado los retos tecnológicos y de comercialización tanto en el ámbito de la selección y optimización de especies, como en los aspectos de ingeniería, reducción de costes y transformación de la biomasa producida en biocombustibles.

En la presentación de la Jornada, Miguel Sánchez Galindo, Director de Formación EOI y David Serrano, Director de  IMDEA ENERGÍA han señalado “las grandes expectativas” que tiene la aplicación de las microalgas para la producción de biocombustibles.

En este sentido, Pierpaolo Cazzola, IEA-Bioenergy Secretariat, hizo una descripción del proceso de producción de biocombustibles a partir de algas, una evaluación de su ciclo de vida y alguna referencia a costes, “la mejora del proceso es posible y es actualmente el sujeto de investigación” prioritario. Para Pierpaolo, “las algas tienen el potencial para ser organismos eficientes en la producción de biomasa como una fuente de energía primaria”. En su exposición señaló que “actualmente hay dos soluciones que se están adoptando para el cultivo de las algas: ‘open ponds’ (raceways) y de ciclo cerrado los fotobiorreactores. Pero mantiene que “no hay ningún ganador claro, en este momento, entre estas soluciones”. De la misma opinión es Antonio Fernández, Instituto Biomar, “cualquiera de las dos son de utilidad”. Y añadió, “el caballo de batalla está en la parte de fotosíntesis de microorganismos (biomasa)”.

Por su parte, Miguel García, Universidad de Sevilla – CSIC, ha manifestado que “necesitamos investigación y desarrollo” en este campo, pero que las “perspectivas son prometedoras”. Entre las ventajas de las microalgas sobre las plantas convencionales para la creación de biomasa ha mencionado “una mayor productividad, crecen más rápido, pueden utilizar aguas residuales y no compiten con la agricultura en la alimentación” pero mantiene que estar por ver “un menor consumo del agua, y si tiene gastos inferiores en su producción”. Enrique Espí, REPSOL, puso encima de la mesa la realidad de las microalgas como fuente de energía, y mencionó desventajas como “que a escala real, la productividad no sea tan alta, los costes sigan siendo caros comparándolos con otros biocombustibles, o que los lípidos no sean siempre adecuados para el biodiesel”.

En referencia a la extracción y optimización del biodiesel, Emilio Molina, Universidad de Almería, ha declarado que “la tecnología parece que se está desarrollando sólo a escala de laboratorio”. “Hoy en día cualquier planta piloto o de demostración no será eficiente ni rentable pero sin duda vamos a evolucionar hacia una mayor eficiencia y un menor coste de operación en el proceso” apuntó.

René Wijffels, Univ. Wageningen, señaló que “es necesario desarrollar escenarios para la producción de las compañías de energía a gran escala”. Asimismo, presentó Algae PARC, una planta “piloto intermediario entre el laboratorio y la demostración” que busca “producir biomasa de algas para los productos químicos a granel, alimentos y biocombustibles”. Según Wijffels, en Algae Parc “estamos desarrollando una nueva tecnología para la producción rentable de combustibles, alimentos y algunos productos químicos a partir de las algas”.