Rodrigo Castañeda, jefe de la Unidad de Alianzas de la FAO: “El hambre es una decisión política”

  • Castañeda ha participado esta mañana en una charla coloquio en el Campus EOI Madrid, en la que ha abordado los grandes retos globales a los que se enfrenta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
  • Según el último informe anual de la ONU, unos 815 millones de personas en el mundo sufren hambre, lo que representa el 11% de la población del planeta y la cifra más alta en la última década
  • La FAO trabaja en la creación de alianzas con gobiernos, sector privado, ONGs, asociaciones, agricultores, universidades y centros de investigación para llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes implicadas

Madrid, 15.11.2017.- “El hambre es una decisión política, en el sentido de que son los estados quienes tienen que implantar las políticas contra el hambre; pero esta lucha no es sólo responsabilidad gubernamental, sino de la sociedad al completo”. Así lo ha manifestado Rodrigo Castañeda, jefe de la Unidad de Alianzas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), durante la charla ofrecida esta mañana en el campus madrileño de la Escuela de Organización Industrial (EOI). La sesión, que concluyó con un coloquio con los alumnos del centro, ha contado también con la presencia del director general de EOI, Adolfo Cazorla.

Unos 815 millones de personas en el mundo sufren hambre, lo que representa el 11% de la población del planeta y la cifra más alta en la última década, espoleada por la proliferación de conflictos violentos y el cambio climático. Estas cifras demoledoras se recogen en el último informe anual de la ONU sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición mundial. Frente a esta realidad, el responsable de la Unidad de Alianzas de la FAO ha expuesto las estrategias de la organización para avanzar hacia sus objetivos de erradicar el hambre, la pobreza y la malnutrición, velar por la seguridad alimentaria -entendida como la capacidad de acceso físico, social y económico al alimento por parte de las familias- e impulsar el progreso económico y social de forma armónica con el uso sostenible de los recursos naturales.

Según Castañeda, los desafíos globales a los que nos enfrentamos en el horizonte 2030 pasan por conciliar la necesidad de alimentar a una población creciente con una producción alimentaria más sostenible y con menor impacto medioambiental, en un contexto de escasez de recursos naturales y de una urbanización precaria, generada por las migraciones forzadas de las zonas agrícolas a las ciudades buscando una vida mejor. Y como telón de fondo, el cambio climático, que ha cambiado las condiciones de producción agrícola. En síntesis, “se intensificará la competición por el acceso y el uso de los recursos naturales, especialmente el agua y la tierra”, aseguró.

 

Ante estos desafíos, la FAO trabaja en la creación de alianzas con gobiernos, sector privado, ONGs, asociaciones, agricultores, universidades y centros de investigación. El marco de referencia son las ‘Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional’, diez principios de buena gobernanza para orientar la acción de los distintos agentes sobre el acceso y tenencia de la tierra y alcanzar consensos que beneficien a todas las partes.

“Es imposible terminar con el hambre y la pobreza sin contar con el sector privado”, subrayó Castañeda. “El hambre no es negocio para nadie y por eso llamamos al sector privado a integrarse en nuestra estrategia”. En este sentido, la FAO “presiona para que se transformen en compañías responsables” e incorporen a su modelo de negocio los principios de inversión responsable, para contribuir a la lucha contra el hambre a través del acceso a su tecnología y capacidades técnicas, así como con apoyo financiero.

Igualmente, destacó la “importancia crucial” del rol de las universidades y centros de estudios e investigación. “Este problema no se va a resolver de un año para otro y es fundamental que las nuevas generaciones de investigadores sean conscientes de ello”.  

 

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La Escuela de Organización Industrial (EOI) es la primera escuela de negocios fundada en España (1955). En sus más de 62 años de historia han pasado por sus aulas más de 84.500 directivos y gestores empresariales especializados en liderazgo, internacionalización y sostenibilidad.

EOI imparte anualmente más de 80.000 horas de formación de liderazgo en la gestión empresarial a una media de 4.700 alumnos. Cuenta con un claustro de más de 1.400 profesores y con 1.800 empresas que confían en sus alumni para reclutar talento.

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