Economía Colaborativa

La Economía Colaborativa (EC) está teniendo un crecimiento muy acelerado, es una economía que surge como una alternativa para los consumidores que piensan en primer lugar en la economía, que buscan vivir diversas experiencias pero a un menor costo. La EC está teniendo un gran impacto a medida que muchos países enfrentan crisis económicas. Es una excelente forma de adaptarse a los cambios drásticos que están presentando diferentes sectores.

El auge de la economía compartida (“share-economy”) está poniendo en jaque a los modelos de negocio tradicionales en varios sectores a nivel mundial y es considerado ya por muchos como una de las principales tendencias del año. La concepción de fondo de la economía compartida es que personas privadas, de igual a igual (“peer to peer” = p2p), comparten sus bienes con supuesto beneficio para todas las partes:

1) para quienes comparten sus propiedades, tanto para el que la “comparte” (con ánimo de lucro), como para el que hace uso de ella (por un menor precio en relación al mismo bien en la economía reglada; ver p.ej. eslogan de Wimdu: “A mitad de precio que un hotel”);
2) para los intermediarios, que han surgido en todos los sectores de la industria turística, como el alojamiento (Airbnb, Wimdu, alterkeys,…), el transporte (Uber, blablacar,…), la restauración (mealsharing,…) o las experiencias en destino (trip4real,…), pero también en otros sectores, como la moda (p.ej: thredUP), el comercio de segunda mano (p.ej: stuffle) o el sector crediticio (p.ej: lendstar);
3) para el medioambiente, pues, según sus defensores, al compartir bienes ya existentes no se consumirían nuevos recursos (¿para qué construir hoteles nuevos si existe suficiente capacidad libre de viviendas?, ¿para qué usar un coche propio si puedo trasladarme compartiendo uno?,…).

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El turismo colaborativo, una alternativa para viajar

Cada vez son más las personas que no pueden permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año pero la necesidad agudiza el ingenio, y las tecnologías y las redes sociales hacen el resto. Han emergido nuevas formas de viajar menos costosas que basadas en compartir o intercambiar bienes y servicios. Así pues, vuelve el auténtico viajero, el que huye del turismo de masas y ansia conocer de verdad los lugares y las gentes de su destino en busca de experiencias no de lujos. Este tipo de turismo se conoce como turismo colaborativo, ¿sobrevivirá a él el turismo tradicional?
Un buen ejemplo de turismo colaborativo sería el siguiente: organizar nuestra ruta y elegir los sitios donde queremos ir con Wikitravel que nos permite dejar a un lado las tradicionales guías de viaje. Si elegimos un país con una moneda diferente, WeSwap nos permite cambiar divisas entre particulares, sin las comisiones que nos cobra un banco o un aeropuerto.
Si lo que queremos es ir a un sitio más cercano pero no disponemos de un coche, podemos compartir trayecto con SocialCar y si pretendemos viajar en tren, en Compartetren podemos conseguir rebajas del 60% si nos juntamos con otros en el AVE.
El hotel se ha hecho prescindible según cómo se quiera viajar. Los guías salen tocados a raíz de Vayable o Trip4Real, en los que un local te monta el plan que quieras (aunque también pueden ofrecer sus servicios por esta vía). Y ni siquiera debes pasar por un restaurante. En Eatwith, puedes ir a cenar a casa de un ciudadano local y conocer a gente.
Regulación:
El sector exige como mínimo regulación pero no es tan sencillo. De entrada, porque no hay organismo que conozca el peso real del turismo colaborativo, más allá de los datos de crecimiento de las distintas plataformas. “Ojalá pudiéramos medirlo. Precisamente cuesta porque las nuevas actividades no están reguladas pero existe cierto vacío legal, solucionable”, y aconseja que el debate se centre en “qué hay de nuevo”. ¿No fue alojarse en casa de un amigo o pariente el primer modo de ir de vacaciones? ¿No funcionaban ya hace cuarenta años en Holanda centrales de autoestop para conectar viajeros? ¿Acaso no es parte del ADN del sector turístico austríaco que quien tenga una casa en la montaña alquile camas? Por no hablar de los Bread & breakfast(alojamiento y desayuno)en el Reino Unido.
Así pues, analizando en profundidad, el problema es que cada vez más gente se está sumando a este tipo de turismo por lo que se genera economía sumergida y las empresas que gestionan las páginas web no están sometidas a las mismas normas. En esta linea, el profesor de Esade experto en turismo Josep Francesc Vallspide prudencia y paciencia y opina que las autoridades no deben precipitarse al legislar. “Aún no sabemos cómo van a desarrollarse y evolucionar los nuevos negocios, las normas pueden quedar fácilmente obsoletas. El turismo sigue siendo fuente de ingresos y debemos dejar que todos los actores innoven al máximo”, opina Valls, quien compara “la distorsión” que están encajando los negocios tradicionales con la que se produjo en los noventa con la irrupción de las aerolíneas de bajo coste y su modelo de negocio más eficiente.
Hasta que las compañías regulares redescubrieron que si no puedes vencer al enemigo, súmate a él. Iberia creó Clickair, y se hizo con Vueling.

http://enpositivo.com/2014/08/el-turismo-colaborativo-una-alternativa-para-viajar/

http://www.antoniogarzon.com/2014/10/economia-compartida/

http://es.slideshare.net/acanyi/pay-as-you-live-estudio-avancar-enero-2014

 


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