Organizar el maldito amigo invisible en la oficina
«La sorpresa es un factor importante en los regalos»
El Padrino» (Mario Puzo)
La tradición del amigo invisible en la oficina para regalarse alguna cosa en Navidades entre compañeros sin que nadie se quede fuera, es, aparentemente, muy loable, pero no todo es tan bonito. Para el que tiene que regalar porque le puede tocar ese compañero insoportable, el jefe o una persona que apenas conoce, y para el receptor, porque no es infrecuente toparse con el «enemigo invisible», que trata de salir del paso sin molestarse lo más mínimo, que carece del menor gusto, que es tan cutre que recicla regalos recibidos o trastos viejos que debe tener por casa o, peor aún, que simplemente quiere fastidiarle.
Además, por los cotilleos propios de la oficina, al poco tiempo todo el mundo sabe quién debe regalar a quién, por lo que ni es invisible ni secreto y puede derivar en una tensión contraproducente.
Si tienes la mala suerte de que te toque organizarlo, hay varias maneras de hacerlo:
- A la manera tradicional. Se recogen en una lista los que quieren participar en la actividad, se escriben en papelitos individuales, se meten en una bolsa y cada una va cogiendo uno al azar, que será la persona a la que deba realizar el regalo, salvo que saque el papelito con su nombre, en cuyo caso lo debe devolver a la bolsa. Este sistema tiene el inconveniente de que todo el mundo tiene que estar presente.
- On line. Existen aplicaciones como Amigo Invisible Online o Elfster, que permiten que el sorteo se realice por mail (se introducen los nombres y las direcciones de los participantes que recibirán un correo con el nombre de la persona a regalar). La ventaja de este sistema es que se puede hacer entre personas que no coinciden físicamente, que se pueden poner condicionantes para evitar que se tengan que regalar entre compañeros que no se conocen y que se evita que uno saque su propio nombre.
- De forma anónima, como hace mi amiga Rosa todas las Navidades. Los presentes se entregan en un acto conjunto (la copa de Navidad, por ejemplo) y cada asistente aporta un regalo propio de su género. Los regalos de hombre y mujer se guardan de forma separada y a cada uno se le asigna un número. Los papelitos con todos los números existentes por género se incorporan en bolsas, y cada uno va sacando un número al azar de la bolsa correspondiente y abre el regalo que le toca delante de todos. Es una forma de hacerlo más divertido y de evitar los problemas de los regalos personalizados.
En todos los casos, si se tiene que organizar, creo conveniente fijar algunas normas o condiciones:
- Precio máximo o aproximado
- Tipos de regalos no permitidos (por ejemplo, los de connotación sexual)
- Hacer una lista de regalos sugeridos o de temáticas preferidas, por ejemplo, ropa, libros, música, cosas para la oficina…….
Organizando las cosas un poco, a lo mejor podemos evitar regalos como los que recogía una encuesta realizada en 2014 por CareerBuilder , de entre los que destaco los siguientes como especialmente cutres:
- Una caja de empanadas
- Una rebanada de queso (¡¡sólo una!!)
- Una cápsula de café
- Una bolsa de patatas fritas
- Una bola de Navidad con la foto del compañero y su mujer
¡¡Suerte con la organización y con el regalo que te toque!!