INNOVACIÓN Y CALIDAD

Dos conceptos clave para el presente y el futuro de la gestión empresarial.

Nuria Vidal Jiménez

España

Promoción  2004-2005

Indra Sistemas, S.A.

En la actualidad, y debido a la situación generada por la crisis y por la competitividad global, para las empresas es necesario contar con factores diferenciales respecto a su competencia. En este sentido, podemos hablar de dos conceptos que hacen que una empresa sea más competitiva, la innovación y la calidad.

La innovación es fundamental para las empresas, ya que haciendo un mejor uso de los condicionantes tecnológicos consiguen una mayor probabilidad de supervivencia en el mercado, o en otras palabras, la empresa que cuente con una “cultura de innovación” tendrá la fórmula para conseguir un crecimiento sostenible a largo plazo.

Cuando se habla de innovación se suele asociar con investigación y tecnología, pero innovar no es sólo eso, debe abarcar también otros ámbitos de la empresa, como organizativos, comerciales, producción, etc. Una “cultura de innovación” que fluya por toda la organización, genera una serie de valores y actitudes en todos los integrantes de la misma, que serán la semilla de nuevas ideas y cambios, siempre enfocados a la mejora y al aumento de la eficiencia.

Al igual que la innovación, la calidad no debe ser una actividad puntual y excepcional, sino que debe estar totalmente integrada en la rutina de todas las personas de la organización. Se podría decir que para el éxito y diferenciación de las empresas es también necesario crear una “cultura de calidad”, y su pilar principal es el compromiso de toda la organización con ella.

Una empresa puede tener un sistema de gestión de calidad implantado y certificado, pero, siguiendo en la línea de lo expuesto anteriormente, la empresa actual, además de cumplir con estándares de calidad que garanticen sus procesos, productos y servicios, debe ser innovadora. Y de esta forma, contar con un modelo de gestión que le permita afrontar con agilidad los continuos cambios del entorno, anticipándose incluso a ellos. Sería un enfoque de la calidad estratégico, orientando la calidad a la excelencia empresarial.

Los profesionales de la calidad debemos tener clara esta meta, e impulsarnos en la innovación para mejorar y avanzar en la forma de gestionar la calidad en nuestras organizaciones. Aplicando el término innovación a nuestras funciones de gestión de calidad, debemos buscar una creación de valor, tanto para la propia organización como para nuestros clientes.

Debemos introducir cambios incrementales y/o revolucionarios en los procesos de la organización, para tender a que estos sean cada vez más eficientes, que optimicen los recursos pero que se obtengan cada vez mejores resultados. Los cambios incrementales así como las rupturas o innovaciones, pueden ser parte de la llamada mejora continua del sistema de calidad, y siempre deben estar equilibrados.

También debemos prestar mucha atención a nuestra relación con los clientes, ya que hoy en día la sociedad, y por tanto nuestros clientes, asumen que la calidad es un hecho, y además cada vez son más conscientes de los proveedores que son competitivos y de los que no lo son. Entregar una solución que es única para cada cliente es cada vez más importante, y no tanto la entrega de una solución estándar con una calidad prácticamente perfecta. Por tanto las empresas necesitan ofrecer soluciones que conjuguen a la perfección calidad e innovación.

En relación con este aspecto, debemos llegar a un punto en que sea la propia empresa la que entienda lo que el cliente quiere conseguir con la adquisición de un determinado producto, detectando así los puntos susceptibles de mejora en los procesos del cliente y estableciendo métodos nuevos, creativos e innovadores para resolver sus problemas.

Centrándome más directamente en mi experiencia personal y profesional, desde que finalicé el máster de gestión de calidad en la EOI estoy desarrollando mi carrera en el mundo de la gestión de la calidad, concretamente en la multinacional española Indra.

Para Indra las palabras innovación y calidad tienen un significado básico y por ello forman parte tanto de su visión como organización como de sus valores. Esta apuesta queda patente al ser una de las empresas que más invierte en I+D+i de su sector, y a través de su compromiso firme con la calidad (contando con numerosas certificaciones de calidad en diversos ámbitos).

Las empresas más innovadoras se construyen aprovechando todo el talento disponible, tanto dentro como fuera de la organización, y esto requiere crear una red colaborativa multidisciplinar y global. Indra es consciente de ello y por ese motivo colabora con empresas, universidades y centros de investigación, cuenta con instrumentos de I+D+i que permiten mantenerse muy ligados a las necesidades reales y actuales de sus clientes y, al mismo tiempo, anticiparse a las necesidades futuras que puedan tener, para permanecer siempre en la vanguardia de la tecnología.

Los clientes tienen un papel fundamental, por ello se sigue una estrategia de creación de valor, con una oferta de gestión global de las necesidades del cliente, desde el diseño de una solución, pasando por su desarrollo e implantación, hasta su gestión operativa.

En estos años he comprobado cómo un sistema de gestión de calidad implantado desde hace muchos años en una organización de gran tamaño, no ha cesado de evolucionar y de mejorar. Además de disponer de certificados de calidad genéricos y específicos de algunos sectores de actividad en los que nos movemos (defensa, TI, seguridad de la información, etc.), se ha hecho una apuesta por otro tipo de estándares o modelos de gestión de la calidad que nos ayuden a mejorar nuestra forma de trabajo en algunas áreas específicas, como es el caso de CMMi en las áreas de desarrollo de software.

Desde nuestro papel en calidad se han promovido sucesivas mejoras e innovaciones, las últimas han sido mejorar el proceso de auditorías internas en la organización, creando nuevos tipos de auditorías que aporten una información más detallada sobre algunos procesos seleccionados como clave por los propios responsables de los negocios (planificación, verificación y validación, gestión de la configuración, etc.). También se ha implementado un nuevo cuadro de mando de indicadores, que permitirá a la dirección tener información directa del desempeño de los procesos, para apoyar así la toma de decisiones.

Como conclusión, lo que tenemos que tener claro es que el éxito de las organizaciones no surge de la improvisación, sino de tener una visión clara del futuro al que se quiere llegar y por tanto del lanzamiento de medidas concretas para alcanzar esa empresa deseada. Disponer de una estrategia de innovación definida, tener visión para identificar y anticipar las tendencias del mercado, tener un alto grado de compromiso y colaboración con los clientes, contar con una cultura de calidad y de mejora continua que permita mejorar su gestión; son algunas de las características clave que definen a una organización competitiva.

Nuria Vidal Jiménez

España

Promoción  2004-2005

Indra Sistemas, S.A.


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