Gestionando al jefe (8/10). Sobre el factor alfa
Se ha escrito mucho sobre el precio del triunfo. Si transportamos este concepto a la organización surge la cuestión concreta: cuánto está dispuesto a perder el jefe en tal o cual operación a cambio de obtener un determinado beneficio. Para los teóricos ha nacido el factor α (alfa). Un factor que nos permite perder para ganar.
Gestionando al jefe (7/10). No hay quien entienda al jefe
- Las mayores pérdidas de tiempo se deben a objetivos confusos.
- La falta de motivación se produce por objetivos confusos y poco realistas.
- Orientaciones imposibles por objetivos no definidos.
- El fracaso está servido en bandeja de plata porque la acción no tiene objetivos claros.
- Algunos sentimientos se pierden porque van dirigidos a objetivos opacos.
Y muchas cosas similares más pueden ocurrir cuando el jefe no tiene los objetivos perfectamente clarificados. Muchas veces hay que ayudar al directivo a definir perfectamente los objetivos y a establecer la mejor estrategia hacia ellos. Lo peor está aún por llegar: se produce en aquellos supuestos en los que el directivo sabe muy bien lo que quiere pero es incapaz de asumirlo adecuadamente. Y amén. Aún peor cuando él piensa que sí lo ha explicado claramente pero sus colaboradores no se han enterado.
Gestionando al jefe (6/10). Optar y decidir
Casi siempre se tiene la sensación de que el ejecutivo es un profesional súper seguro que sabe perfectamente lo que tiene que hacer en cada momento. Esta seguridad da confianza a los colaboradores y reviste al directivo de un halo de genialidad que ninguna otra persona tiene. Esta apreciación es falsa. Los altos ejecutivos en realidad están plagados de incertidumbre y casi siempre tienen miedo cuando toman una decisión estratégica.
Gestionando al jefe (5/10). La motivación del ogro
Cuando no sabemos por qué hacemos las cosas en la empresa se pone de relieve no solo la ausencia de una estrategia conocida y compartida, sino una falta de comunicación que arrastra siempre consecuencias de mediocridad y tristeza. Pero más importante aún es que el jefe no tenga claro ese porqué. Cuando los directivos hacen las cosas simplemente porque sí, la organización demuestra su pobreza y su falta de competitividad, de profesionalidad, probablemente de futuro.
Gestionando al jefe (4/10). Aceptar: difícil cuestión del liderazgo
Se ha escrito muchísimo sobre las funciones del liderazgo. Todos los autores e incluso todos los líderes coinciden en que una de esas funciones se refiere a la aceptación, es decir, a la capacidad de solicitar, atender o poner en práctica sugerencias y propuestas de los colaboradores o de terceras personas.
Las famosas encuestas que desde los años 90 realiza (de manera intermitente) la revista Fortune sobre el ejercicio del liderazgo, demuestra que los líderes mejor considerados son aquellos que promueven la participación de los colaboradores y por lo tanto están abiertos a aceptar sus iniciativas, de los que en muchos casos también se puede y debe aprender.
Gestionando al jefe (3/10). En las decisiones difíciles
Los directivos toman cada día un montón de decisiones. Normalmente son decisiones que no requieren de planteamientos estratégicos o que no reportan consecuencias gravísimas, pero algunas sí son decisiones difíciles. En las decisiones difíciles los directivos no suelen encontrar apoyos contundentes. Los colaboradores se volatilizan y aquí más que en ninguna otra situación se observa la soledad del directivo.
Gestionando al jefe (2/10). ¡Oh, qué envidia!
Para muchas personas sus carreras profesionales están dirigidas a culminar en los puestos directivos. Quieren ser jefes a toda costa. Quieren que los demás sepan que han triunfado y que las organizaciones, o la política, o la sociedad, les han puesto en el lugar que ellos creían que les correspondía. Lo curioso es que estas personas llevan muchos años aspirando a esta situación y visualizándola con tanta anticipación que han perdido el sentido de la realidad y del espacio profesional.
Gestionando al jefe (1/10). La música compone los ánimos descompuestos
Con Daniel Goleman aprendimos ya por los años 90 que uno de los cinco dominios de la inteligencia emocional era el autocontrol. Autocontrol, referido al ámbito profesional, quiere decir que el directivo no debe reflejar ni en su trabajo ni en la relación con su equipo los estados de ánimo personales que pudieran influir en sus decisiones.
Gestionando al jefe (0/10). Presentación
Si fuese verdad el proverbio tantas veces repetido en los entornos organizacionales de: “A las personas se las dirige pero al jefe se le gestiona”, estaríamos ante el difícil dilema de la obediencia ciega frente al coaching indirecto.
Transformación digital (3/4). Retos a superar
Quien piense que la transformación digital va a ser un camino de rosas, se equivoca. Todo lo contrario. De hecho ya hoy está plagada de obstáculos que, a veces por la pura estructura y cultura organizativa y a veces por los comportamientos de las personas, son muy difíciles de superar. Es verdad que algunos sectores (la banca, por ejemplo) están muy necesitados de esa transformación, mientras que otros (la agricultura o la consultoría) no precisan de la urgencia que se predica actualmente como universal.