CROWDFUNDING – Algunas vislumbres iniciáticas
Los investigadores sociales Luís Miguel Barral y Pepa Barral han realizado un estudio pionero, hondo y excelentemente estructurado, ” El crowdfunding y los españoles” , entre los internautas españoles para conocer el grado de conocimiento del crowdfunding y sus motivaciones para decidir sus potenciales aportaciones a los proyectos.
Realizaron 4.000 entrevistas a internautas de uso diario residentes en España de entre 18 y 60 años, que representan a una población de 17,4 millones de personas (fuente INE, enero 2013).
Las conclusiones son muchas, llamativas y reseñables. Destaco las siguientes:
- Un 45% de los internautas españoles de 18 a 60 años conoce el crowdfunding o micromecenazgo. Supone un resultado impresionante, que demuestra la consolidación del modelo en tan sólo 4 años y su rauda inmersión en la sociedad española. Como no podía ser de otra manera, existen diferencias muy acusadas según el grado de formación – las personas con estudios básicos conocen el crowdfunding mucho menos que las personas con estudios universitarios -, según la edad – su aceptación es mucho mayor entre los menores de 40 años- , y según la situación laboral, con una notable predisposición entre los trabajadores por cuenta propia.
- El 25 % de las personas que conoce el crowdfunding ya tiene la experiencia de haber contribuido a algún proyecto, lo que supone… casi 2 millones de españoles !! Al ser esta cifra mayor que las cifras de mecenas que registran las plataformas españolas, que sumarían unos 750.000 personas, la investigación indica que la contribución a través de plataformas españolas no es la única vía de participación en crowdfunding, realizándose por tanto también a través de plataformas extranjeras y a través de un crowdfunding alejado de las plataformas, en forma de aportaciones informales, fundamentalmente las aportaciones más cercanas de familiares y amigos.
- Cultura y crowdfunding caminan de la mano y se alimentan mutuamente; así, el crowdfunfing se encuentra más asentado entre las personas con un hábito e interés mayor por la cultura, lo que se denota claramente en su presencia continuada en fenómenos y proyectos fundamentalmente culturales (música, literatura, cine…).
- La mayoría de los encuestados destaca que el crowdfunding no debería limitarse ni prohibirse, y que “podría ser beneficioso crear las condiciones legales que le permita crecer y servir con garantías cada vez a más personas”. Esto entronca con una reclamación histórica del sector: la posibilidad que las aportaciones a proyectos vía crowdfunding puedan tener incentivos fiscales, además de todos los inherentes de las aportaciones a los proyectos de micromecenazgo.
- Un 70% considera que el fenómeno del crowdfunding seguirá creciendo en los próximos años. La percepción generalizada del crowdfunding es altamente positiva, destacando su utilidad cercana y directa, su eficiencia, su transparencia y su aroma a independencia de los poderes económicos tradicionales.
- Si bien el sentir mayoritario se decanta hacia los aspectos positivos del crowdfunding, también es cierto que surgen algunas dudas que ralentizan su crecimiento. Las dos principales tienen que ver con la desconfianza, tanto la sensación de no tener garantías como la ausencia de mecanismos de control que minimicen el riesgo de engaño, aunque se constata también la falta de claridad acerca del valor que aportan las plataformas.
En resumen, observamos que en escasos años se ha generado la relativa consolidación del crowdfunding como opción alternativa de financiación, fundamentalmente para proyectos culturales y de perfil social, entre el público joven, formado y con inquietudes de noveles modeles colaborativos y de financiación, si bien aún queda mucho camino por recorrer, fundamentalmente en las innumerables posibilidades ulteriores de financiación de proyectos que se continúan explorando y en la paulatina disminución de las dudas aún existentes, seminal labor ésta para la consolidación de la reputación de las plataformas actuales.