Concursos de acreedores

Estos días nos han planteado la cuestión de «cómo evitar, mediante un planteamiento realista» que un concurso de acreedores no termine con la disolución de la empresa, la situación más normal que se está dando a día de hoy.

Una empresa en suspensión de pagos, es decir, aquella cuyo activo corriente no puede hacer frente a su deuda a corto plazo, entra en esta situación por falta de liquidez. En el turbulento contexto actual en la que a pesar de las inyecciones del BCE, el flujo de crédito no llega a PYMES y familias, es cada vez más habitual que las empresas tras declarar concurso de acreedores cierren debido a la dificultad de refinanciar su deuda, generándose con ello más paro, más recesión económica y nuevos problemas globales para el conjunto del estado y europa.

En mi opinión el problema está en los propios bancos y las AAPP que, afectados por sus propios problemas de financiación, son los que acaban absorbiendo las inyecciones del BCE en un círculo vicioso. El BCE pone a disposición de la banca créditos al 1%, esta compra la deuda pública al 5%-6%, el estado se refinancia, los bancos arreglan poco a poco sus maltrechos balances gracias a los intereses, y el resto de la economía se ahoga en un pozo del que no ve salida.

Dado el poder del sistema bancario, las soluciones «realistas» para intentar atajar esta situación se me antojan complicadas. Algunas propuestas por mi parte que creo que podrían ayudar a paliar esta situación:

– Pago inmediato de las deudas de la AAPP: En caso de concurso, ejecutar de forma inmediata las deudas que las AAPP puedan haber contraído con la empresa (un caso flagrante es el de la deuda con las farmacias)

– Eliminación adelanto IVA: Las empresas no deberían ser obligadas a pagar por adelantado el IVA de las facturas ingresadas pero no cobradas. Esta solución permitiría incrementar la liquidez de numerosas PYMES y autónomos, al coste de empeorar la financiación del estado.

– Refinanciación de la deuda vía préstamos blandos: El estado debe prover un fondo para ofrecer préstamos en buenas condiciones económicas a la empresa. Los intereses establecidos por las instituciones financieras no pueden condicionar la viabilidad futura de la empresa, o el concurso no tendrá sentido alguno. El estado debe intervenir para facilitar el acceso al crédito.

– Estimulación del mercado inmobiliario: En el caso de las empresas de construcción el gran problema es la difícil salida de sus activos. En este caso propongo una solución similar a la aplicada a la banca,  pero para constructores y promotores en dificultades, garantizando que estos activos tengan una mejor salida al mercado que la de los del banco malo, que puede perturbar enormemente el mercado (si eso aun es posible), en función de en qué forma y modo se realice su gestión.

– Aplazamiento de la deuda con AAPP: Se debería permitir a las empresas aplazar el pago de sus deudas con las AAPP en caso de situación de concurso y no aplicar sanciones y desorbitados intereses de demora ya que esto perjudicaría la viabilidad futura de la empresa.

Por último, sería también interesante agilizar y simplificar los trámites del concurso, para que la situación patrimonial de la empresa no se siga deteriorando mientras se producen todos los trámites burocráticos. Un ejemplo de la complejidad del proceso es el que se muestra en la siguiente figura:

(Imagen extraída de: http://portaldocomerciante.xunta.es/index.php/es/articulo/concurso-voluntario-acreedores)


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