Israel, motor de innovación

Recientemente, en diferentes encuentros de emprendedores en los que he participado han nombrado de forma recursiva «el modelo israelí». De hecho, la semana pasada también aparecía mencionado en un artículo del Magazine, semanario adjunto al Faro de Vigo. Esto me ha llevado a «googlear» un poco  e interesarme, ya a título personal, por este modelo.

¿Qué ocurre en Israel? ¿Cómo es que todo el mundo los pone como ejemplo de un motor de innovación?

La verdad es que analizando las cifras, los números hablan por sí solos:

Nuevas tecnologías, energías renovables, biotecnología… pocos campos hay que no toquen los emprendedores israelíes que viven en un ecosistema pensado por y para el cambio y la transformación de la sociedad.La visión internacional del proyecto se plantea desde el primer día, dado el mercado, relativamente pequeño de su pías de origen,  y las instituciones ofrecen importante apoyo institucional, ventajas fiscales y un fácil acceso a la inversión privada (por encima de los 1.000 millones de dólares en 2011).

Independientemente de consideraciones políticas y de simpatía que pueda despertar en cada uno el pueblo israelí, su capacidad de superación e innovación son dignas de admiración.Un país con tan limitados recursos naturales y una situación geopolítica comprometida, ha sido capaz de desarrollar una industria tecnológica reconocida mundialmente, con un alto potencial exportador. Israel ha creado una red de incubadoras donde los proyectos de I+D, tras un análisis de viabilidad científica, comercial y humano, reciben, desde sus inicios, asesoramiento experto e incentivos a la inversión.  Las inversiones cubren hasta un 85% del presupuesto inicial, con un máximo de 145 mil $ anuales, requiriendo una contraprestación del 20% de las acciones y un porcentaje sobre ventas, que son posteriormente reinvertidos en nuevos proyectos de la incubadora.

Si tenemos en cuenta los numerosos estudios que afirman que son las PYMES de nueva creación las verdaderas generadoras de empleo en cualquier economía… la pregunta parece obvia. ¿Por qué no se apuesta en España por un modelo similar, adaptándolo obviamente a nuestras propias capacidades? ¿Cuando nos plantearemos de una vez por todas sentar las bases de un verdadero nuevo modelo productivo?

Para aquel que esté interesado en conocer en más detalle el sistema de innovación israelí le dejo un interesante enlace aquí.


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