La Escuela de Organización Industrial. Organismos precursores

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En el año 1953 España tiene una gran carencia, no sólo de bienes materiales sino también de recursos humanos suficientemente formados, aunque se registra la llegada de algunos “cerebros” procedentes, sobre todo de los países derrotados en la II Guerra Mundial, como Alemania e Italia.

En esta coyuntura los responsables de la gestión económica tratan de promover, a veces con proyectos que rayan el surrealismo, la investigación científico-técnica. Para este fin, en 1939 se crea el Patronato “Juan de la Cierva”(PJC) en el ámbito del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que muy pronto entraría en estrecha relación con el Instituto Nacional de Industria (INI), creado en 1941.
El encargo que se hace a este organismo es incrementar la producción, sobre todo industrial. Se intenta mejorar el rendimiento del trabajo. En este sentido nace el Instituto Nacional de Racionalización del Trabajo, de cuya dirección fue encargado Aúreo Fernández-Avila, como presidente y con Fermín de la Sierra como secretario. El objetivo era trazar las directrices para formar trabajadores más útiles y empresarios más eficaces. En cierta medida era el mismo mensaje que difundían los norteamericanos y del que se hacían eco por toda Europa.

Aunque Suances en 1950, como presidente del PJC, proclama que se ha logrado atraer la atención y el interés de las empresas industriales, parecía que no era suficiente, había que crear un nuevo organismo que impulsara la modernización en la industria, sector emblemático de la actividad económica.

En Europa proliferaban ya este tipo de instituciones, como el Consejo Británico de la Productividad, que tuvo sus orígenes en la ayuda americana, el Centro Francés de Productividad y la Asociación Francesa para el acrecentamiento de la Productividad. Las relaciones hispano-norteamericanas, desde 1951, iban a permitir en España la implantación de un centro similar.

En 1952, por inspiración de Fermín de la Sierra y Alejandro Suárez, nace la Comisión Nacional de Productividad Industrial (CNPI), núcleo en el que debían converger los diferentes organismos del Estado interesados en los problemas de la productividad. Estos dos personajes influyeron de manera decisiva en la creación de la Escuela de Organización Industrial. Realizar estudios e investigaciones en el campo de la producción industrial de diferente índole; enviar al extranjero comisiones técnicas para estudiar la resolución de problemas que planteaba la productividad o proponer al gobierno medidas para elevar la productividad fueron algunas de las tareas que se asignaron al CNPI y que más tarde fueron asumidas por nuestra Escuela. Se pone de manifiesto la necesidad de formar directivos de empresa profesionales, separando la propiedad del capital de la gestión. La CNPI se esforzaba en llevar sus propuestas a todos los rincones de España e intentó poner en marcha una serie de cursos de formación, bajo el común denominador de la productividad.

En octubre de 1953 se celebra en Roma el I Seminario Internacional de Productividad con la representación de organismos similares de numerosos países europeos, entre ellos España.

Comienza a abrirse un leve resquicio en nuestro aislamiento.

 

Felisa Arribas, Drta. de Comunicación Estratégica en EOI


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