Consideraciones sobre el papel del directivo en la creación de valor para el accionista.-

Para entender el rol de los directivos de empresas, hay que referirse a la definición misma y al espíritu de estas. Para ir al grano, la RAE define Empresa como: «Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos.» Ahora quedémonos con la última frase, o sea: «con fines lucrativos»… Partiendo de que todo accionista que pone sus inversiones al servicio de una determinada empresa, busca de alguna forma lucrarse o sea, obtener utilidades o ganancias de dicha empresa, es comprensible que tengan altas expectativas de los directivos que nombran para administrar a sus empresas. Esto es válido para cualquier tamaño de empresa, de hecho, cualquier tiempo de empresa y organización, incluyendo aquellas cuyo objetivo no sea necesariamente de lucro (ej.: ONG’s), ya que en ese caso el beneficio se sustituye por la obtención de los logros que estas persiguen. Dicho esto, es incuestionable que el accionista espera de los directivos una gestión de la administración enfocada a maximizar esos beneficios a través del tiempo o más bien, a mantener la empresa rentable de forma sostenible. Por tanto la responsabilidad del directivo ante los accionistas es precisamente la creación de valor o sea de rentabilidad. Sin embargo no debemos confundir este objetivo o verlo de un modo simplista, pues la consecución de objetivos de rentabilidad sostenible implica pasar primero por la realización de una delicada combinación de acciones en la gestión administrativa. Una adecuada gestión para lograr una rentabilidad sostenida debe estar acompañada de una ejecución responsable de las diferentes funciones de la empresa y no solamente de la función financiera. Es decir, la combinación de las funciones de Gestión Humana, Markerting, Ventas, Comercial, Financiera, etc. Por tanto los directivos deben combinar las habilidades para que todas las areas de la empresa tengan una ejecución armónica que conduzca a al desempeño óptimo de sus inversiones y por tanto a la rentabilidad que buscan los accionistas. Sólo con la combinación equilibrada de estas ejecuciones, podrán los directivos lograr maximizar el valor y así cumplir las expectativas de los accionistas.

No hay comentarios / 01 Dic 2012 por Juan Manuel Rodríguez Muñoz
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