Salario Emocional. Algo más que el dinero.
El salario emocional es un concepto asociado a la retribución de un empleado en la que se incluyen cuestiones de carácter no económico, cuyo fin es satisfacer las necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, mejorando la calidad de vida del mismo y fomentando la conciliación laboral. Siempre en busca de mantener al empleado motivado consiguiendo como resultado mayor rendimiento, productividad, compromiso y lealtad a la empresa.
Como ya definimos, es este salario “no monetario” se trata de que el trabajador reciba beneficios que van más allá de una subida sueldo, los aspectos que incluye son:
ü La formación continúa: Es muy valorado por el empleado el hecho de que se le capacite y forme constantemente en su área de ejercicio.
ü La relación: La calidad de la relación con su supervisor inmediato. Nada más desmotivador que no tener un buen líder.
ü Flexibilidad en el horario: el balance entre lo laboral y lo personal es cada vez más demandado por los profesionales hoy en día. Un trabajo que permita balancear la vida laboral y familiar y pasar más tiempo con los más allegados y dedicar tiempo a proyectos personales.
ü Reconocimiento: Reconocer el trabajo realizado aumenta el sentido de pertenencia y la satisfacción personal.
ü Beneficios extras: días libres, teletrabajo, pago de capacitaciones, cobertura de gastos educativos y demás.
Como podemos ver para mantener el equipo motivado no es necesario invertir grandes cantidades de dinero. El dinero no es un motivador porque su efecto es efímero (quincenas y fin de mes). Si es poco desmotiva pero si es mucho no necesariamente tenga el efecto contrario. Contar con buen salario emocional en nuestras organizaciones aumenta los niveles de satisfacción y retención, así como al mejorar la rentabilidad y productividad de la organización a todos los niveles y a un bajo coste.