Redes Sociales

En primer lugar reafirmar el reconocimiento de mis compañeros sobre las oportunidades que ofrecen las redes sociales, como la simultaneidad de la trasmisión información, divulgación de opiniones de todos los colores, convergencia en un mismo sentimiento de masas sociales bajo un mismo estilo de vida, aunque separadas miles de kilómetros,…pero no nos olvidemos que mucha información no es más que eso, información que sin razón es como tener un coche y no saber conducir, ¿para qué entonces?

Las redes sociales son el equivalente moderno a la “turba” reuniéndose de forma pacífica, al menos en primera instancia. La consulta permanente al ciudadano no mejora la democracia, en general el votante no sabe de lo que habla, y el que sostenga lo contrario es que no ha asistido a una reunión de propietarios. La perversión de las democracias actuales no es el “conceto”, es su implementación, especialmente en los países del sur de Europa (por desgracia).

A mi juicio, las redes sociales nos encaminan a un mundo donde los vagos y la gente con poco carácter serán influenciados por toda la información que les llega de forma masiva, sea subjetiva o no, confundiendo esa información con conocimiento. Consecuentemente a esta masiva transmisión de información, hemos sido obligados a escuchar a ciertos iluminados echar la culpa a Zapatero que les han embargado el Porche, porque se extiende por la red la frase “la culpa es de Zapatero”, cuando esta gente ha dado prioridad a un estilo de vida ostentoso en vez de engordar su músculo económico para una situación más estable en época de vacas flacas.

El maquiavélico poder de las redes sociales reside en el anonimato, y es que el papel, aunque sea digital, lo aguanta todo, no solo por la valentía anónima convocando un acto reivindicativo, sino cuando enmascaramos o mentimos sobre lo buena persona que somos. ¿Por qué digo esto? Resulta muy fácil actualizar mi perfil en cualquier red social diciendo la mucha conciencia social que poseo desde mi incómodo pero socorrido asiento del metro, y al mismo tiempo una embarazada, muy, muy embarazada, se levanta para dejar su sitio a un anciano que lucha por no golpear sus huesos contra el duro suelo.

En un mundo donde la mayor crisis es la de valores y no la económica, donde el “todo vale” ha sido la tónica en muchos aspectos de la vida, se debe optar por un cambio cultural donde recuperemos los valores, y la capacidad de crítica, y en este campo las redes sociales  nos ofrecen un arma de doble filo, por un lado, nos acercan al antiguo negocio del trueque, cambiando su información por nuestra razón; y por otro puede ser un medio muy eficaz para la transmisión de valores. No obstante, quisiera acabar de forma constructiva sobre las redes sociales, diciendo que es muy necesaria y evidente la presencia activa en las distintas redes sociales, tanto personal como empresarial, recibiendo información a tiempo real de cualquier tipo, tendencia y utilidad, pero siempre con la precaución y la capacidad de filtrar todo lo que llega a nuestras manos, transformando la información en conocimiento.


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