Nuevo curso

Como todos los años, y desde que tengo uso de razón, oigo continuamente qué difícil es enfrentarse a la temida cuesta de Septiembre, no tan atractiva como la de Enero, en parte achacable al hipnotismo de las luces de Navidad, pero igual o más dura de escalar. Aunque este año tiene un carácter especial, olvidada ya la paga de verano, y el carácter utópico para algunos afortunados, por lo de tener trabajo, del cobro de la paga de Navidad, se dificulta enormemente la compra de un simple “boli” BIC cristal, que recordemos escribe normal y no de lujo, como representa su impuestos.

Durante el ya extinto curso escolar y durante su merecido periodo estival, se han encadenado multitud de acontecimientos que nos han obligado a cambiar al perro como mejor amigo del hombre por una calculadora solar, aprovechando que el sol es todavía gratis, para hacer cuentas y llegar al final del día, que llegar al final de mes es un problema que delegamos a nuestros yos futuros, por que los yos presentes bastante tienen con sobrevivir.

La gran preocupación reside en conocer lo que sucederá en el presente curso, si el pasado nos dejó más que lecciones aprendidas lecciones impuestas, las cuales no han agradado ni al alumno de primera fila ni al de última. Las eternas quejas sobre el precio de los carburantes, ahora mismo nimiedades al comprobar que la jubilación se ha tornado imposible porque se tienen que pagar demasiadas cosas antes de morir, como una vivienda con un precio sobrevalorado en exceso, copago de medicamentos, sueldos vitalicios de diputados y demás familia, aumento constante en los impuestos, que incluso morirse resulta un 13% más caro que un mes atrás…y no olvidemos que la sanidad pública y el cobro de la jubilación corren peligro, con lo que…lo dicho, pobres nuestros yos futuros que tendrán que estar en activo más de 100 años para poder acaecer todos esos gastos, contando con que tengan trabajo.

Ante tal panorama me surge la siguiente pregunta, ¿qué le ha pasado a este país?, recordemos que pocos siglos atrás se supone que era innovador, creativo, con ideas, culto, proactivo…y ¿por qué digo esto? Recordad el imperio que dirigió este país ahora en plena decadencia institucional y burocrática, ¿no ha sido el mayor imperio conocido? Donde nunca se ponía el sol y donde ahora solo tenemos sombra. Que fue de aquel espíritu innovador que llevó a España a descubrir América cuado apostaba estratégicamente por una nueva ruta mercantil, que fue del espíritu combativo que capitaneaba la armada invencible, que nos ha pasado para cambiar a los Picasso, Cervantes, Chillida…por una generación conocida como “ni ni”, porque ni estudian ni trabajan…y así podría seguir y seguir narrando antiguas símbolos de admiración y reconocimiento mundial convertidos en contertulios del tres al cuarto en programas de prensa del corazón.

Tras narrar estas líneas llego a la conclusión de que solo nos queda apretar los dientes, tirar para adelante, y porque no, leer un poquito de historia, que aparte de la cultura adquirida, igual se contagia ese espíritu emprendedor y ganador ahora perdido por el país y que obligue a los alemanes a aprender castellano y no a los españoles a aprender alemán.


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