Más con menos

“Hay que hacer más con menos” parece ser la profecía coercitiva de estos tiempos: más con menos o caer en la desgracia y casi en el ridículo. ¿Pero alguien se ha parado a pensar en la incongruencia que eso significa? En principio no parece posible; por eso muchas personas dicen que hay que cambiar este grito de moda por otro: “Hay que hacerlo mejor con menos”. Si profundizamos veremos algunos temas curiosos.

  1. Hacer más tiene relación directa con la producción. Hacer más significa crear más, fabricar más, producir más, ejecutar más. Desde un punto de vista industrial habría que relacionarlo con las capacidades de incremento de venta, de existencias, de distribución, de horarios y de medios en general. Desde el punto de vista del sector de los servicios se tendrá que considerar al cliente y/o receptor antes de decidir ese “más” y hacerlo de acuerdo a sus necesidades o deseos.En todo caso, hacer más porque sí no tiene sentido. El «porque sí» nunca es suficiente.

    Además, conviene recordar la famosa ley del cuadrado-cubo o de la dimensión estratégica de la empresa, en virtud de la cual cada organización tiene su dimensión estratégica y aumentar ese tamaño al cuadrado supone estar, precisamente, preparado para ello; si no, lo que aumentarán al cubo serán los riesgos, las complicaciones, las dificultades y las imprevisiones.

  2. Hacerlo con menos tiene una relación directa con los recursos utilizados, y ya se sabe que entrar en el mundo del uso, a veces abuso, de los recursos es tener línea directa con los resultados. La eficiencia entra a formar parte esencial de esta cuestión. Si consideramos la eficiencia como la mejor combinación de los recursos disponibles para alcanzar los resultados previstos, ha de entenderse que “con menos” afecta a la posibilidad de utilizar los recursos, que no solo son dinero, sino tiempo, producto, método, gastos o talento. Sería una buena descripción decir que «con menos» es la eficiencia al servicio de la escasez.
Más por menos

Pablo Picasso. Fuente: Flickr

Efectivamente, si deseamos movernos en un escenario reductivo, hemos de pensar en la modificación de los comportamientos. Del coaching ontológico hemos aprendido que o se cambian las percepciones, las actitudes, las formas de hacer, o los resultados seguirán siendo los mismos. Los resultados no cambian por sí solos, los resultados siempre son la consecuencia final.

Así las cosas, “hacer más con menos” es también administrar mejor, optimizar recursos, mejorar los procesos, innovar, invertir, aplicar tecnologías y, como diría Pablo Picasso, “la frescura de la juventud”. Producción, eficiencia y resultados forman parte esencial del binomio «más con menos».

Hacer más con menos es sólo hacer las cosas de la mejor manera posible y con la mayor profesionalidad para llegar a los resultados esperados. Sin duda es una frase que ha nacido en las épocas de abundancia en las que no se miraban ni el despilfarro, ni el coste de medios y recursos. Ahora todo ha cambiado y aunque en un futuro se vuelva a los escenarios de expansión económica, seguirá vigente el principio del “más con menos”. Un criterio que, como hemos visto, en sí mismo no significa nada.


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