Por fin VUCA (8/8). Mundo VUCA hoy

“La inteligencia de un individuo se evalúa por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar”. Con estas palabras, Kant nos explicaba la necesidad de estar abiertos a lo desconocido y de desechar los planteamientos rígidos, anquilosados y retrógrados. Es decir: personas y empresas deben cuestionarse permanentemente lo que están haciendo.Probablemente solo hay una certeza: nada es hoy como era ayer y nada será mañana como es hoy. La incertidumbre está en lo más alto de todos nuestros pensamientos. VUCA nos llena de posibilidades, pero pone condiciones. Condiciones que para Kevin Roberts nacen de un cuestionamiento eterno y concatenado que parte de un postulado también constante: quiero ver de nuevo la realidad para mirarla con otros ojos, quiero compartirla para actuar a modo de república y quiero mejorarla para poder seguir adelante.

Mundo-VUCA

Charles Darwin. Fuente: Wikimedia Commons

Sin embargo, el mundo VUCA de Roberts es insuficiente. Hay que enfrentarse a las condiciones que nos exige VUCA para poder actuar en su entorno. La primera condición se llama valentía. Muchas personas, por ende muchas organizaciones, no tienen la valentía suficiente para romper con su pasado y su presente y dar un paso hacia lo desconocido. Acercarse a un riesgo impredecible y saber actuar en él. Es la decisión de Indiana Jones cruzando paso a paso por un puente que no ve y que probablemente no existe. Esa dualidad histórica de ciencia ante fe, hoy es duda ante realidad ignota.

La segunda condición que nos pone VUCA es aceptar el binomio persona-tecnología. El factor humano evoluciona, se adelanta, piensa, busca soluciones y actúa. En ese entorno la tecnología va más allá. ¿Triunfará la inteligencia tecnológica sobre la inteligencia humana? Recordemos “2001: una odisea del espacio”. Todavía queda alguien que piensa que las máquinas nunca podrán pensar o tomar decisiones por sí mismas. Probablemente ilusos fuera de VUCA que se adaptan difícilmente a lo que no conocen y esconden miedos e incapacidades.

Una tercera condición VUCA se basa en transformar nuestros conceptos de pensamiento, estrategia, planificación e incluso voluntad e ideales, lo que se denomina “transformación VUCA” o “transformación dinámica” y que significa un estado de atención permanente y proporcional a la actividad realizada. VUCA exige un estado de consciencia elevada, o lo que es igual, la mejor relación del hombre entre consciencia y actividad.

La cuarta condición es conocer y utilizar los antídotos de los riesgos que VUCA pueda presentar. Desde la doctrina (no desde la praxis) se ha establecido que la visión, la agilidad y el talento son las tres mejores herramientas para navegar en VUCA; sin duda la gestión de lo intangible exige estas tres modalidades.

Y finalmente, una quinta condición: el compromiso con VUCA. Éste no es un mundo en el que se pueda entrar y salir libremente. O estás en VUCA o fuera de él. El compromiso VUCA es la única fuente de inspiración en la competitividad de cada día y en la posibilidad del éxito y vida futura.

Para concluir nada mejor que un absurdo: relacionar a Darwin con VUCA. “No es la especie más fuerte la que sobrevive”, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta a los cambios.


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