Sobre el Hábito 7 de Stephen R. Covey: Afile la Sierra
Aquellos/as que contamos con algunos años de experiencia en el largo camino profesional, sabemos qué importancia tiene el mantener un equilibrio sano entre una labor de día a día dedicado a la empresa y un quehacer que cubra la parte más personal e íntima, nuestra propia vida. Sí, quizás sabemos de esa importancia, pero… ¿cuántos de nosotros sabemos ponerla en práctica?
Leyendo algunas biografías de CEOs famosos, a veces nos podemos preguntar de dónde sacaban o cómo exprimían ese recurso tan valioso (el tiempo) de forma que eran capaces de gestionarlo todo de una forma efectiva: ¿innato? Quizás parte sí, seguramente no todo. La organización en ambos lados (profesional y personal) es absolutamente necesaria. Dedicar tiempo a planificar antes de comenzar una propuesta nos puede ayudar a economizar el tiempo total invertido.
Para llegar a este estado, es necesario plantearnos una vida personal en el que podamos permitirnos escapar totalmente de aquello a lo que nos dedicamos en la vida profesional: cine, lecturas que versen de cosas diversas, planes en grupos de amigos, viaje de placer… en definitiva, buscar aquellos momentos, íntimos o sociales, que contribuyan a establecer un equilibrio que nos permitirá ahondar mucho mejor en el método propio para poder planificarnos de manera mucho más efectiva.