GASTO PUBLICO: EEUU vs EUROPA

A finales del año 2012 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció la llegada del gobierno a su tope de deuda de 16,3 billones de dólares.

Esto suponía una entrada de una serie de medidas extraordinarias para evitar la suspensión de pagos. Medidas cuya puesta en marcha, el 1 de Enero de 2013, supondrían la suspensión de las exenciones fiscales aprobadas por George W. Bush (que elevaría impuestos en las rentas más altas) y un importante recorte del gasto con un impacto negativo sobre la economía de un 4-5% del PIB de Estados Unidos.

El acuerdo provisional in extremis entre los partidos a finales de Diciembre de 2012, evitó lo que ya se conocía como el precipicio fiscal.

Mientras tanto, Europa se mantenía expectante. A la espera del resultado final. Pero, ¿hasta qué punto podía afectar el precipicio fiscal a la eurozona?

En una economía globalizada como la que disfrutamos actualmente, hay que  tener en cuenta la importancia del crecimiento de la economía de Estados Unidos.

Este crecimiento (incluso en períodos afectados por la crisis económica)  ha proporcionado cierto alivio a países europeos como Alemania o Francia ante la caída de países como España, Italia, Grecia,…donde el consumo se ha reducido drásticamente. El precipicio fiscal de Estados Unidos generaría una contracción del PIB y dejaría de importar productos de Europa (por no hablar también de China) generando un efecto en cadena que arrastraría a la economía mundial. Por otra parte, los mercados de deuda se verían igualmente afectados ya que la situación de la deuda pública estadounidense se complicaría de tal manera que podría perder su calificación de triple A con los consiguientes problemas de pagos y contagio en los mercados cuyo capital disponible se reduciría afectando a la financiación de la deuda europea.

Y, si Estados Unidos evitó el precipicio fiscal que traía consigo una disminución del gasto público, entonces, ¿por qué la política europea se ha centrado en la restricción del gasto público desde el comienzo de esta crisis como premisa fundamental?

Está claro que Estados Unidos ha dado prioridad al estímulo de la economía y ha llevado a cabo una política monetaria más expansiva que Europa que, por lo pronto, permitió un crecimiento del 3% en el último trimestre de 2011 y del 2% a lo largo del 2012. Sin embargo, desde el comienzo de esta crisis, la eurozona abogó por el recorte del gasto público y la subida de impuestos como la principal receta para superar la situación. De hecho, el presidente del Banco Central Europeo afirma que “no tienen razón quienes quieren prolongar las medidas de estímulo” y señala que “una reducción crediticia tendría un impacto muy limitado en el crecimiento económico”. Europa, por tanto, se ha centrado en las medidas de ahorro y el control de deuda a pesar de lo cual se encuentra en estos momentos en recesión económica.

Los pronósticos para el 2013 son difíciles de augurar tanto a nivel europeo como estadounidense. Pero, sí se podría aventurar que en el primero, las perspectivas a corto plazo prevén una contracción del 0.2% debido a una alta incertidumbre presente aún en los mercados que irá disipándose a lo largo del año.

En el caso estadounidense, se espera un crecimiento medio del 2.3% afianzándose este crecimiento durante el segundo semestre del año.

Aún así, este pronóstico es difícil de concretar puesto que está sujeto a las negociaciones futuras entre republicanos y demócratas en busca del acuerdo definitivo que evite un nuevo precipicio fiscal con fecha límite del 1 de Marzo de 2013.


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