El primer mensaje golpea dos veces

Lo primero que digamos será lo que realmente comuniquemos. Quizá sea un aspecto obvio para algunos pero creo que en general no se conoce la importancia de expresar el mensaje más importante al principio de las comunicaciones. Esta técnica, que proviene de los periodistas en la que abren con el titular y después narran la noticia, es la que ha triunfado en el mundo de la comunicación en contraposición a una narrativa puramente cronológica. Uno de los motivos por el que triunfó fue, según se ha comentado en clase, porque en tiempos en los que las noticias se enviaban por telégrafo, en caso de interrupción del mensaje si había llegado el titular y las primeras frases de las noticias al menos se obtenía un artículo más corto pero con la información más importante. Hoy en día estamos acostumbrados a estar continuamente bombardeados por información muy concentrada y resumida y cada vez nos cuesta más mantener la atención, con lo que empezar cualquier comunicación con la información más importante es el mejor método para asegurarnos de que, al menos el mensaje de mayor valor, ha sido recibido.

El orden en el que contamos las cosas puede ser decisivo en lo que comuniquemos. En este sentido, os aconsejo el siguiente experimento realizado por National Geographic (basado en el libro del premio nobel de economía Daniel Kahnerman titulado Thinking fast ans slow), en el que dos gemelas acuden a una entrevista y ambas se describen con los mismos adjetivos. La única diferencia es que una de ellas elige empezar por adjetivos positivos y otra por adjetivos negativos. Veamos lo que ocurre:

[youtube width=»480″ height=»360″]http://www.youtube.com/watch?v=ncbvUfEZ_pM[/youtube]

Es sorprendente que simplemente el orden de unas mismas 6 palabras comuniquemos dos cosas tan distintas. Al parecer nuestro cerebro, acostumbrado a etiquetar continuamente (para sobrevivir) y de forma inconsciente, etiqueta los mensajes que recibe en base a las 2 o 3 primeras palabras y básicamente es eso lo que realmente nos cala en lo más profundo del cerebro. Después, a la hora de tomar una decisión recurrimos a esa parte emocional del cerebro y a partir de esas «etiquetas» generamos nuestra decisión.

Es duro admitir que un simple orden de las palabras pueda ser tan decisivo pero a la hora de comunicar no podemos ir en contra del funcionamiento de los cerebros de nuestra audiencia. Por tanto, a la hora de comunicar un mensaje importante adaptaremos el orden de nuestros mensajes para que los de mayor valor se expresen al principio.

 


Suscribirse a comentarios Respuestas cerradas, se permiten trackback. |

Comentarios cerrados.


Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies