Creo en el microcrédito

Lo comenté durante nuestro módulo de Banca Ética, considero que los microcréditos son una herramienta de empoderamiento para el desarrollo y aportan un gran valor al inversor, tanto económico, como social, laboral y personal.

Aunque el volumen de dinero que manejan los microcréditos es reducido, estas cantidades de dinero tienen un gran impacto en la vida de cientos de personas, las cuales invierten este dinero en pequeños negocios y microempresas que les otorgan un medio de subsistencia.

Pero además de permitir a las personas ser autosuficientes e independientes desde el punto de vista económico, estos créditos les dan oportunidades a aquellos que no cumplen con los requisitos para acceder a créditos convencionales, son una inversión “en las personas”; quien se beneficia de un microcrédito encuentra en proveedor del préstamo a alguien que cree en él y que lo está apoyando en proyecto o empresa.

De esta forma, los proveedores de microcréditos se convierten en actores del desarrollo de las comunidades, al proporcionar herramientas de desarrollo personal y familiar, desarrollo que repercutirá en el crecimiento económico y social de las comunidades locales.

La suma de todos estos pequeños esfuerzos crediticios generan un impacto social muy importante, impacto que tal vez no se vea de manera inmediata, pero que poco a poco fortalecen comunidades y sociedades.


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