El Directivo y la Creación de Valor Para el Accionista
El directivo de una empresa tiene un compromiso directo con la creación de valor para el accionista. En realidad lo tiene en la creación de valor para todos los stakeholders. El ejercicio de dirección exige tomar decisiones claves para que se siga logrando riqueza y para evitar en todo lo posible la destrucción de la misma. En estas líneas que aquí escribo reflexiono un poco en base lo que estamos aprendiendo en la clase de Finanzas que en este momento estamos cursando dentro del Programa de Maestría de Desarrollo Sostenible y Responsabilidad Corporativa.
Ser inteligentes con los Activos :
Si para el desarrollo de una misma actividad se ha utilizado un Activo Neto mayor se ha creado menos valor que en aquel caso en que el Activo Neto sea más reducido. Dicho con un ejemplo llano puesto tan solo para explicar mejor la idea, si puedo producir 1,000.oo euros en un local de 100 mts2, si el cambio no me afecta ninguna variable adicional no debería buscar un local de 200 mts2, ya que estaría restando valor.
De manera que entender como impacta tener activos ociosos e innecesarios en una operación empresarial y tener la voluntad de decidir que hacer con ellos, es un elemento que puede incidir en la creación o destrucción de valor para los accionistas.
En el caso de la banca era muy frecuente ver, años atrás, edificaciones palaciegas que albergaban desde lo cajeros hasta los funcionarios de la entidad, con pisos en mármol y ventanas de caros vitrales (es un ejemplo muy enfocado en República Dominicana pero entiendo que en otros países ha de ser parecido). Hoy en día se auspicia la banca por Internet y en cualquier Centro Comercial o Hipermecado nos encontramos con una oficina, que en unos 60 mts2, se convierte en el punto de acceso idóneo para el que quiere un rápido servicio. Y se es igual o más rentable. Al cliente al final lo que le interesa es poder cambiar el cheque, pagar la hipoteca, que le tomen la reclamación por algo, etc.
El directivo tiene que tener claro que en muchos casos “mas puede llegar a ser menos” y todo con lo que contamos en la organización tiene que justificar su existencia de cara al valor que queremos crear.
Ser productivos:
Si nuestra planta puede fabricar 100 por horas ¿que pasa si solo fabricamos 50? Estos 50 cargarán con los costos que debieron cargar los 100; probable que no lleguemos ni al Punto de Equilibrio y de esta forma los Resultados Operativos podrían llegar a ser muy bajos en relación al capital invertido, lo que hará que la Rentabilidad del Capital Invertido se vaya por el suelo. De esa forma hacemos un flaco favor a la creación de valor.
Por esta razón debemos tomar en cuenta todos los elementos necesarios para que la productividad sea adecuada:
- Recursos Humanos motivados
- Tecnología adecuada
- Capacidad apropiada de cara a la demanda estimada
- Mantenimientos preventivos y correctivos eficientes.
- Todas las anteriores y muchas más…
Desprendimiento:
Cuando ya hemos llegado a la conclusión de que contamos con actividades que sencillamente su rentabilidad está por debajo de la inversión que estamos haciendo, aun hayan sido tiempo atrás nuestras actividades más preciadas, es un buen momento para ver la posibilidad de “desprendernos” de ellas. En ocasiones esto implica la salida de negocios completos, en otras se trata de sub-contratar actividades (outsourcing).
Empresas como General Electric, bajo el liderazgo de ejecutivos como Jack Welch, han ejemplificado esto sin aspaviento y en gran medida deben algo de su longevidad a este tipo de medidas drásticas pero saludables.
Evolución:
Es muy trillada la expresión “Lo único constante es el cambio” sin embargo así como es de trillada, es cierta. Para las empresas no hay excepción alguna en esto, por ende las mismas tienen que contemplar nuevos proyectos que prometan mayor rentabilidad de los que actualmente tenemos, y aún en nuestros negocios actuales la innovación tiene que movernos hacia ese norte.
Para mi un ejemplo claro de esta situación fue cuando Intel, que originalmente fabricaba memorias, decide apostar por los microprocesadores cuando este negocio significaba muy poco dentro de su portafolio y era poco representativo dentro del sector de la computación; sin embargo a razón de que la rentabilidad de las memorias había caído por el ingreso de empresas japonesas, se toma esa decisión con el posterior éxito que ha significado para el Intel que hoy conocemos.
Los cuatro elementos arriba citados tienen que ser parte del accionar del directivo, no basta que vea tan solo uno y obvie los otros tres. Tiene que conjugar con ellos, entre los diferentes factores y escenarios que se entremezclan en el “divertido” día a día de quien dirige.