Cambio de rumbo
Cambio de Rumbo.
¡Que tremenda incongruencia! Vaya que el mundo esta al revés, una clase de finanzas, una tarea de creación de valor y el resultado será hablar de grupos de interés, medio ambiente, sustentabilidad y desarrollo social, ¿Qué acaso la respuesta no debería estar basada en cálculos financieros, graficas ascendentes, planes de ampliación? Por el contrario, obtenemos una respuesta que trata de inversiones en pasivos ambientales, de inversiones en la comunidad y de empoderamiento de los trabajadores como personas y como sociedad.
Definitivamente, en el tema de creación de valor para una organización, algo ha cambiado el rumbo.
Las circunstancias del pasado inmediato así como las presentes, pero sobre todo los pronósticos de nuestro futuro han desarrollado una nueva forma de crear valor para las organizaciones ya sean privadas, altruistas, lucrativas, publicas, ONGs; cualquiera que sea la naturaleza o ramo de estas organizaciones ahora deben de regirse bajo el concepto de integralidad, de atender para ganar, de gestionar para crecer.
La historia marca claramente el proceso evolutivo de esta nueva manera de crear valor para las empresas llegando a lo que hoy podríamos definir como: Gestión en la Excelencia, concepto vanguardista que abarca desde los principios básicos de calidad, seguridad laboral, cadena de producción hasta los ahora llamados grupos de interés conformados por Accionistas, comunidad, empleados, contratistas y proveedores y todos aquellos individuos o grupos que se interrelacionan con la organización; el enfoque holístico que se tiene hoy en día permite observar la imagen en “macro” reconociendo que para que la organización permanezca, pero sobre todo para que la organización crezca deberá basarse en una serie de valores y principios universales, y todo esto deberá hacerse basados además en la rentabilidad económica.
La visión integral de la organización permite entender que sus relaciones e interacciones alcanzan nichos más allá de los evidentes y que para crear valor tendrá que considerarlos, esto lo logrará adoptando sutilmente las prioridades y necesidades de los grupos de interés hacia el interior para que, desde esta manera, también desde el interior puedan surgir las acciones de valor que los empoderen.
Este cambio de rumbo ya se dio, es cuestión de tiempo para que las distintas organizaciones que se resisten al cambio y comiencen a asimilar la nueva manera de subsistir como entidades. Una llave para lograrlo será la cadena de mando, iniciando por los Consejos de Administración, la Dirección y el cuerpo ejecutivo del organismo.
Es por esto que la función del Director General no es solitaria, debe estar respaldada por los Accionistas o Propietarios de la organización y secundada por el equipo ejecutivo, es por esto que el papel del Directivo en la gestión de la excelencia será un aspecto clave para establecer la creación de valor en la organización, valores que no estarán fundados solo en los aspectos financieros sino también en los valores que forman parte de la organización.
El papel directivo además de representar todos los conocimientos y toma de decisiones que le ostenta el puesto debe, con respecto a la excelencia, actuar de manera impecable en los siguientes rubros:
- Coherencia con la organización
- Planeación futura
- Determinar el rumbo a seguir
- Difundir y hacer cumplir la gestión en excelencia.
Quizá como en ningún otro tema la coherencia con los valores de al organización sean la clave para la implementación de una gestión en la excelencia, y por lo tanto de la creación de valor. Esta coherencia tendrá duras pruebas durante los tiempos de crisis, ya sean externas o internas, porque la creación de valor es un estilo, no una moda y no pueden echarse por la borda ante la primer complicación, mantener la excelencia durante tiempo de crisis no solo dará credibilidad a la organización a través de las decisiones que tome la Dirección sino que además, le permitirá mantenerse y sobrevivir para enfrentar tiempos mejores.
La Dirección es por tanto, piedra angular y pilar de la implantación y correcta ejecución de los sistemas de gestión que permitan desarrollar la creación de valor, en la medida en que esto se logre, también se lograrán los objetivos de la organización y por lo tanto podrá considerarse que la Dirección a desarrollado de manera adecuada su función y cumplido con los objetivos marcados.
Elaboro.
H. Aldana
24 de mayo de 2012
Documento en PDF: Cambio de Rumbo-blog finanzas