La información al consumidor para aportar valor empresarial
Aún estando totalmente de acuerdo con Pedro en muchos de los puntos que expone, no creo que el hecho de que los sistemas de gestión o la implementación de estándares en el funcionamiento de la organización no aporten todo el valor que se requiere recaiga en la responsabilidad exclusiva del consumidor.
Aunque sí es cierto que el consumidor no se preocupa mucho por los valores ambientales que presenta una organización u otra a la hora de seleccionar un producto, al menos en España, si es cierto que la información que aportan estos sistemas es muy reducida, al menos al consumidor particular, es decir, a la hora de elegir entre dos productos, uno proveniente de una organización con un sistema de gestión ambiental, y otro no, el consumidor no siempre tiene la información directa de cuál de los dos es el que lo tiene establecido.
Además, existe una gran desinformación en el público en general, habiendo gran cantidad de población que no saben lo que es un sistema de gestión, y muchísimo menos lo que implica la implementación de una ISO 14001. Todo esto hace que la ventaja competitiva que aporta un sistema de gestión ambiental a una empresa nada más que se vea reflejado en aquellas que se dedican a un modelo de negocio B2B, ya que en raras ocasiones, el consumidor final es plenamente consciente de la mejora ambiental que presenta el establecimiento de éste, y en caso de conocerlo, no se puede discriminar el alcance de un mismo sistema de gestión de forma rápida e intuitiva.
Así, a mi juicio, creo que una de las soluciones para ofrecer un aliciente claro para la implementación de sistemas de gestión a gran escala, así como para fomentar que las empresas los desarrollen con objetivos ambiciosos, pasa por el cambio a una política de información pública e intuitiva para el público no especializado, así como que sea accesible para cualquier tipo de consumidor. Ya que “Mahoma no va a la montaña, debe ser la montaña la que vaya a Mahoma”, mediante campañas de información, mediante etiquetado en los productos, etc…
Ya existen iniciativas de este tipo, como el eco-etiquetado, pero existe tal cantidad de etiquetas y logotipos que el consumidor se pierde entre ellos, por lo que, para que este tipo de medidas tengan un efecto significativo y relevante, se deberían buscar criterios de unificación, tal vez con un sistema de puntuación o graduación, para diferenciar los distintos comportamientos ambientales, dentro de un mismo estándar, o dentro de un sistema de gestión, además de aportar información de la implicación que tiene el hecho de que un producto concreto este en posesión de ese tipo de sellos.