El mal de la deuda
Ayer vivimos una situación de suma preocupación en el seno de la comunidad europea, y en el que puede considerarse el corazón de ésta, Alemania, quien no ha sido capaz de colocar los 6.000 millones de euros en bonos del estado. Pero no solo no ha colocado la totalidad de los bonos, sino que a duras penas ha llegado a los 3600 millones de euros.
Este hecho se debe a la falta de demanda experimentada en la subasta de los mismos, la cual se ha movido en unos ratios de demanda en torno al 1,1, debido a la baja rentabilidad que paga Alemania por sus bonos. Como contraste, destacar que España pagará en 10 años, tras la última subasta celebrada por el estado Español, en la cual colocó la totalidad de sus bonos, un 7%, mientras que Alemania se encuentra por debajo del 2%. Así vemos que, aunque nuestro país confiere una mayor preocupación o desconfianza a los mercados, se sigue apostando por la compra de su deuda, gracias a la elevada rentabilidad que aporta.
De este modo vemos como le sale el tiro por la culata a Angela Merkel, quien no quiere, bajo ningún concepto, la emisión de eurobonos, lo cual podría relajar la soga, que rodea el cuello de los países periféricos, y lanzada por los caprichosos y volátiles mercados, debido a que la emisión de estos bonos significaría, casi con total seguridad, la rebaja de la calificación alemana de AAA. Todo esto se ve resumido, en palabras de Jean Claude Juncker:
“En Alemania se ha actuado como si el pais no tuviera ningún problema, como si Alemania estuviera libre de deuda mientras los países del sur tienen una deuda excesiva porque son vagos mientras Alemania es la única que trabaja… Pero Alemania tiene una deuda superior a España, y eso aquí nadie quiere saberlo…”
Las consecuencias, de estas dificultades para colocar la deuda alemana, reflejadas en España no son mas que un leve suspiro de aire fresco, con la rebaja del diferencial alemán, ya no producido por una mejora económica de nuestro país, sino debido al nerviosismo producido en Alemania, quien ha tenido que ir al mercado secundario de deuda, para colocar sus bono, donde ha tenido que pagar más intereses por ellos.