EL ACEITE DE LAS CROQUETAS
La primera entrada de mi blog está dedicada a algo que me ocurrió hace unos días mientras preparaba la cena junto aun amigo. Acabábamos de freír unas croquetas y él se dispuso a verter el aceite sobrante por el desagüe de la pila. Su reacción fue de total asombro cuando le dije que no hiciera tal cosa, y acto seguido me preguntó el por qué. Repliqué que una cantidad muy pequeña de aceite es capaz de contaminar una cantidad inimaginable de agua. Concretamente, un solo litro de aceite contamina mil litros de agua. Además estos aceites son muy difíciles de separar en las plantas de tratamiento de aguas, si las hubiera.
¿Qué se debe hacer entonces? En el caso del aceite que utilizamos en casa para freír las patatas (o las croquetas), la solución más cariñosa con el medio ambiente es llevarlo al punto limpio más cercano, dónde se ocuparán de gestionarlo y reciclarlo adecuadamente, dándole diferentes usos alternativos: jabón, pintura, barniz, lubricante, incluso biocombustible para vehículos.
De entrada puede resultar más cómodo el método ‘volcar sartén por el desagüe’ pero si se recoge el aceite usado en un recipiente de gran tamaño los viajes al punto limpio no exigirán ser tan frecuentes, por no hablar de la satisfacción personal cuando se hacen las cosas bien.
Muchas veces no somos conscientes de las consecuencias que se hallan detrás de pequeños gestos diarios. Vamos a cambiarlos. En resumen..