Lo que queda por hacer en fotovoltaica

Más vale tarde que nunca!! En directo desde el vuelo Filadelfia-Phoenix pasaré a compartir con vosotros unas reflexiones sobre la situación actual de la energía solar fotovoltaica, nacidas no sólo de la visita al Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid, sino de la asignatura impartida por Oscar Perpiñán (&Co.) y mi corta experiencia laboral. Son opiniones personales, y observaciones hechas a un sector que, reconozcámoslo, se encuentra sumergido en una grave crisis. Dicha crisis, aunque parezca mentira hablando de temas técnicos y de ingeniería, se trata de una crisis de valores, del enfoque que se le ha dado a la fotovoltaica, de lo que hemos querido hacer con ella y lo que se ha hecho, un tema de corte casi filosófico. ¡Vamos con ello!

La fotovoltaica no está para forrarse
Aquí radica gran parte del quid de la cuestión. En la fotovoltaica mucha gente ha visto una forma rápido y segura de ganar muchísimo dinero con un riesgo muy bajo. La fabulosa prima inicial de 0,45 €/kwh, unido a aquellos buenos viejos tiempos donde los bancos te financiaban los proyectos al 100% con relativa facilidad, hizo que mucha gente se lanzara a construir instalaciones fotovoltaicas, muchas veces de mala calidad y de prisa y corriendo, con un interés meramente lucrativo. El agotamiento del “sector ladrillo”, hizo que mucho capital fuera atraído a este sector. ¿El resultado? Una cantidad absolutamente ingente de potencia instalada. En el periodo 2007-2008 se pasó de 698 MW instalados, a casi 3.300 MW. Ello ha puesto en peligro el sistema de primas, creado mala reputación a las renovables, traído el rebaje de la prima ¡¡con carácter retroactivo!!
A lo que quiero llegar es a que hay que cambiar esa mentalidad. La energía es una necesidad, y lo que debemos hacer es crear una verdadera conciencia de la crisis energética que vivimos, y que instalar fotovoltaica no es un negocio, es una necesidad que hay que cubrir para poder seguir manteniendo nuestro estilo de vida sin comprometer la economía, la autonomía energética y la sostenibilidad medioambiental del planeta. Plantear las instalaciones como una inversión en salud, en sostenibilidad, en responsabilidad, hacer que la gente de verdad quiera instalar fotovoltaica, para ayudar. ¿Es una utopía? Quizás. No está mal que se compense un poco económicamente, pero en su justa medida
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Barbaridades retroactivas
Pese a todo lo que acabo de decir, bajar las primas con carácter retroactivo me parece una auténtica barbaridad. Sobre todo porque compromete terriblemente la credibilidad del Gobierno de España. Es decir, no ya en este sector, sino en cualquiera. ¿Con qué actitud se puede acometer una posible inversión cuando existe la posibilidad de que cambie la legislación de buenas a primeras y lo que parecía seguro ahora no lo es y de repente pasas a no tener nada? Tamaña incertidumbre solo puede frenar la inversión y el desarrollo.

Que revierta en España
Aplicando la misma lógica, se debería premiar el uso de tecnología española. No tiene mucho sentido impulsar un sector con primas si los módulos los acabamos comprando en Alemania, Suecia o incluso China. Es una grave evasión de capitales, y la manera de crear un sector competitivo y estable, creador de know-how y exportador de tecnología es apostar por él desde el propio país.

Menos idioteces constructivas
Se tiende ahora por los profesionales de la construcción en general, y los arquitectos en particular en darle esa pincelada verde  que queda tan bien a todo proyecto. Es maravilloso que ahora se tienda a hacer las cosas mejor desde el principio. En este contexto sale el tema de integración arquitectónica de placas fotovoltaicas. ¿Hasta dónde podemos llegar con el tema de la integración? Lo que quiero decir es que he visto algunos proyectos y prototipos que me han parecido muy poco prácticos. ¿Tiene sentido poner un panel fotovoltaico semitransparente (con sólo un 40% de superficie de silicio), absolutamente en vertical, en una fachada que no está orientada al sur y que recibe sombras muchas horas al año? Yo creo que la respuesta es no. La productividad de dicho panel se me antoja ridícula, especialmente si tenemos en cuenta su coste y la complejidad de la instalación, y el porcentaje de electricidad que aporta es pequeño. Se debe tender (en mi opinión) a la búsqueda de soluciones reales a problemas reales. Buscar la integración de fotovoltaica con dos objetivos claro; que la productividad sea la mayor posible, y que se pueda aplicar masivamente a todo tipo de viviendas. Porque seamos realistas, ¿quién tiene 150 metros cuadrados de superficie acristalada en su casa? En este aspecto destacar que en mi opinión se debe apostar más por las instalaciones en cubierta que en fachada o interiores. Debemos hacer las cosas bien, y pensar que si no se va a producir, no merece la pena instalar.

Mejorar la calidad
En el ya mencionado boom del 2006-2007, se acometieron muchas barbaridades. Debemos apostar por una tecnología de calidad, y nacional como ya he dicho. Actualmente se ven muchas instalaciones en las que, por un lado, el diseño deja mucho que desear, y por el otro la calidad de los materiales y la ejecución de la obra también. Más calidad, recordemos que son instalaciones que deben durar 25 años. Ahora nos enfrentamos al reto de preparar las instalaciones para soportar huecos de tensión, que permitirá mayor integración de renovables en red.

La fotovoltaica como herramienta de ayuda al desarrollo
En este curso me he dado cuenta del enorme potencial de la energía fotovoltaica para sistemas aislados. Su sencillez y robustez, así como su coste relativamente reducido, y el hecho de que no necesite más suministro que el sol, permite llevar electricidad a zonas aisladas, siendo mucho más sencillo y barato que crear una pequeña red eléctrica u otro tipo de tecnología de generación. Hemos visto en una gran variedad de proyectos, en muchas partes del mundo, el tremendo impacto positivo que ha tenido en la vida de la gente el incorporar energía eléctrica a su vivienda. Creo que se deben impulsar más proyectos de este tipo, que permitirán un desarrollo de la tecnología ayudando además a los más desfavorecidos.Creo que el nuevo modelo energético pasa por crear pequeñas redes independientes y autogestionadas en las zonas aisladas. En este contexto creo que en la generación la fotovoltaica debe jugar un papel protagonista. Se debe avanzar más en sistemas de acumulación y regulación más baratos, eficientes, y sobre todo duraderos (sobre todo en el tema de las baterías).



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