Árboles-farola

El pasado viernes quedé bastante perplejo al leer la siguiente noticia en barrapunto.com: “Árboles que brillan de noche con nanopartículas de oro”.

Y es que resulta que, según podemos leer en dicha entrada, los científicos han introducido el concepto de “bio-LED”. La idea consiste en implantar nanopartículas de oro en plantas de Bacopa caroliniana, para posteriormente bañarlas con luz ultravioleta. Las partículas de oro reaccionan mediante fluorescencia, y desencadenan una emisión rojiza de la clorofila circundante.

El autor de la entrada va más allá y plantea un hipotético desarrollo futuro: “Aún hay que mejorar la eficiencia, pero la tecnología promete un futuro en el que las farolas de las calles sean reemplazadas por árboles luminosos. Si además la excitación ultravioleta se hace con energía solar fotovoltaica, tendríamos lámparas vivientes independientes de la red eléctrica”.

Es decir, podríamos estar hablando de árboles al más puro “Árbol de las almas” que pudimos ver en el largometraje Avatar y que ya se hizo real en Londres.

Resulta agradable disfrutar al menos un instante pensando en un mundo en que los árboles brillasen con luz propia… Sin embargo, la realidad no es tan simple y la nube de preguntas que surge es inmensa: ¿es factible técnicamente? ¿Y económicamente? ¿A qué escala? ¿Pasaría la gente a “robar” árboles ? ¿Qué pasa si se caen las hojas? ¿Y si quiero “apagar la luz”? ¿Es tóxico?…


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