PRESENTE Y FUTURO DE LA ENERGÍA SOLAR FOTOVOLTAICA
Los países desarrollados han asumido el compromiso de disminuir sus emisiones de gases efecto invernadero mediante la introducción de energías renovables y medidas de eficiencia energética, en sustitución del uso de combustibles fósiles.
El crecimiento de la energía solar fotovoltaica a nivel mundial en el año 2010, superó el 70% de la potencia instalada en el 2009. Solamente en el 2010 se instalaron en el mundo, principalmente en los países industrializados (China, Asia Pacífico, EEUU, Japón, la Unión Europea y otros) 39600 MW de generación fotovoltaica, mayormente conectados a la red, ocasionando que el precio por vatio instalado se redujera en un 71,4% en comparación con el año 2000, lo que representó en ese año un auge de este tipo de tecnología renovable.
En España en cambio hay un crecimiento irregular que varía año a año, en virtud de los Decretos que entraron en vigencia a partir del año 2008, con lo cual en el 2009 apenas se instaló un 1,53% de la potencia total con sistemas fotovoltaicos, mientras que en el 2010 hubo un incremento del 12,78%, seguramente por el nerviosismo del mercado, que no sabía cómo iban afectar estas medidas a sus economías.
Como parte de un modelo de transformación, que combata la crisis económica y social, la Unión Europea planteó en el año 2010 una estrategia que enfrente las debilidades estructurales de los sistemas vigentes hasta esa fecha, con lo cual, el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación, la promoción de un uso más eficaz de los recursos, que sea más verde y competitiva y el fomento de un alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial, sean los tres pilares fundamentales que le permitan encontrar nuevos mecanismos para afrontar los retos del siglo XXI.
Uno de estos aspectos considera la lucha contra el cambio climático, el desarrollo y la inserción de las energías renovables en la matriz energética y el uso racional de la energía a través de la implementación de medidas de eficiencia energética. Dichos lineamientos considero, serán de cumplimiento irrestricto para los Gobiernos de turno, quienes avocados por el incremento exponencial de la demanda energética y ante los cada vez menos insalvables abismos, en relación a los precios de las tecnologías para la generación de energía eléctrica, optarán nuevamente por darle el lugar preponderante a las fuentes que consumen recursos naturales renovables.
El escenario tendencial, garantiza una rentabilidad para los sistemas fotovoltaicos en los diferentes sectores de consumo para esta década, considerando un incremento de la tarifa convencional en un 5%, y con la participación de los industriales quienes pueden lograr la paridad en el año 2013 con la entrada en operación de generación fotovoltaica en el orden de 20 kW hasta los 2 MW. De igual forma al año 2016, el sector residencial se verá enormemente favorecido al transformarse en autoproductor y no necesitará de primas por parte del Estado para incentivar la inversión en esta tecnología.
Por otro lado, con las fluctuaciones del precio del crudo y la inestabilidad de los sistemas económicos de los países productores de petróleo, harán insostenible una matriz basada en generación con derivados de petróleo. Los nuevos avances en la integración del mercado europeo de la energía podrían añadir un porcentaje a su PIB, a parte que el fomento a las energías renovables crearía nuevos puestos de trabajo en la UE, además de los ahorros producidos para el Estado, por la aplicación de medidas de eficiencia energética.
Sólo un conjunto específico de medidas garantizará un impacto considerable, en pro de fomentar a las energías renovables. Dichas medidas pueden resumirse en las siguientes:
– Inclusión en una Ley de la Constitución de un País, para la lucha contra el cambio climático y la diversificación de la matriz energética.
– Estrategia definida dentro de una Planificación de Estado.
– Normativa y Regulación vigente que fije el precio, el tiempo y la forma de pago de las energías renovables.
– Normalización, Estandarización y Certificación de tecnologías.
– Incentivos y fomento de industrias.
– Socialización y capacitación de estas tecnologías con la población.
Por otro lado, la formulación de la política y la estrategia podrían quedarse solo en una fase enunciativa si no son respaldadas por los elementos básicos que permitan ponerlas en práctica. Esto significa, no solamente el marco legal y reglamentario, sino también una organización institucional que permita contar con los elementos técnicos y los recursos humanos para regular, supervisar y promover el desarrollo de las fuentes renovables de energía y la eficiencia energética en los sectores productivos.
Los altos precios del petróleo, que se prevé prevalecerán en el futuro, provocarán un efecto de reemplazo doble. Por un lado, constituyen un incentivo para la producción y demanda de energías alternativas y, por otro, darán lugar a una mayor utilización del carbón. Adicionalmente, hay un bajo crecimiento poblacional y por tanto el incremento de la demanda de energía eléctrica va en paralelo. En algunas regiones, los sustitutos del petróleo para la generación eléctrica más probables son el gas natural y la energía nuclear, a pesar que ésta última debido al Tsunami en Japón, ha generado ciertas dudas en cuanto a seguirla considerando como una fuente segura para el futuro.
En resumen, las energías renovables tendrán un rol creciente entre los años 2000 y 2020 por el agotamiento de los hidrocarburos, el petróleo y el gas natural y la disminución del uso de la biomasa tradicional (leña) y del carbón. Las restricciones ambientales han ido deprimiendo la posible expansión de los energéticos más contaminantes, a la vez que la tecnología desarrolla nuevos combustibles como el etanol, el biodiésel e hidrógeno a partir de fuentes renovables y de menor impacto ambiental. Esas fuentes ya están ingresando intensamente en el mercado ante los crecientes precios de los hidrocarburos líquidos y gaseosos. Paralelamente, se registra una fuerte entrada de la generación de electricidad con energía eólica y solar cuyos costos de inversión son más bajos. Así entonces, varios países del mundo entre ellos el Ecuador consideran a la energía fotovoltaica dentro de su mix energético, que aproximadamente estará en el orden del 2% de su potencia instalada al año 2020.