Gestión Internacional. Ese gigante llamado Apple
El gigante que hiciera crecer Steve Jobs no sabe dónde está su techo. Una acción de Apple cuesta ya tanto como si queremos comprarnos un iPad. El pasado lunes, el título de dicha acción superó por primera vez los 600 dólares impulsado por el anuncio de que la compañía repartirá dividendos por primera vez en 17 años, nueva estrategia de Tim Cook que no se si estaría muy de acuerdo con ella el propio Steve Jobs. Una de las acciones que se comentan que pretenden hacer es recomprar acciones para retirarlas del mercado bursátil y aumentar aún más si cabe el valor bursátil de la compañía. Las previsiones indican que el valor se puede casi triplicar y superar el PIB español en los próximos tres años.
Según he podido leer en prensa en los últimos días la compañía asegura haber vendido tres millones de unidades del nuevo iPad en los primeros tres días de su lanzamiento en Estados Unidos y otros nueve países. La tableta, que se puso a la venta en España este viernes, se hace con 2/3 de cuota de mercado, algo que se espera siga siendo así la mayor parte de esta década. En los últimos tres meses de 2011, la compañía vendió 37 millones de iPhones, de los que depende más de la mitad de su negocio, 15,4 millones de iPads y 5,2 millones de Macs. Sin olvidar de los ingresos que genera por la licencia para la creación de las aplicaciones de Apple Store, y a pesar de que otras plataformas son gratuitas, esta sigue teniendo una importancia muy importante para el que es su producto estrella como vemos por los datos de arriba, el iPhone. Pero Apple, no genera nada gratuitamente, y basa su estrategia en la diferenciación básicamente, y no le va nada mal por lo que podemos observar. Sus ingresos supusieron el 1,2% del PIB estadounidense ese trimestre.
Hay que comentar que Apple es la mayor empresa en Wall Street desde que superó la capitalización bursátil de Exxon en el verano pasado. Vale más de 560.000 millones de dólares y contempla su futuro con tanto dinero en caja que no sabe qué hacer con él.
Y aquí la pregunta que me hago es la siguiente, ¿Qué puede hacer la empresa con esta tesorería para sacarle una mayor rentabilidad?
Pues bajo mi punto de vista, lo mejor que podría hacer tanto esta empresa como otras con un excedente en el estado de tesorería importante, es invertir en empresas de capital riesgo. Pero no en cualquier empresa, sino analizar y apostar por empresas con componentes novedosos y tecnológicos, que puedan tener un poder de crecimiento muy por encima del mercado, y que puedan servir de alianzas estratégicas a la propia compañía, al entrar directamente en su accionariado. Estas empresas hoy día, son las más viables y las que mayor rentabilidad en un corto plazo están generando, pero en muchos casos necesitan de una financiación que no encuentran en los bancos, aquí es donde aparecen compañías como sucede con Apple con un exceso de tesorería importante, y la mejor opción sin duda es ésta, analizar cada proyecto y elegir los mejores para intentar ganar una rentabilidad superior.
Por último comentar un apunte en referencia a nuestro país y sus modelos de negocio emprendedores. Observando todos estos datos sobre la gigante estadounidense, cada día estoy más convencido que las cosas en España siguen sin hacerse bien. Hay que empezar apostar por la gente realmente buena que tenemos en este país, e incentivar para que la gente sea emprendedora aquí, e intentar retener por todos los medios a esta gente que es la que puede impulsar el país de una vez por todas hacia delante. Para ello, en muchos casos hará falta esa financiación de la que hablábamos antes más arriba, y está claro que los resultados en muchos casos no se verán en el cortoplacismo que tanto gusta en España, pero es la forma de prosperar y competir en un mercado tan globalizado como es el de hoy día, y si el día de mañana queremos seguir a niveles que tuvimos años atrás pero viables en el tiempo, debemos empezar por tomar estas decisiones ya, y crear nuestras propias “Apples”.
Reconquistando la confianza del plan de viabilidad

Pero no cabe duda que una de las cuestiones que sigue a la orden del día, es la famosa crisis económica que, desde sus comienzos hasta ahora, ha perjudicado y perjudica seriamente a la financiación y refinanciación de nuevas y consolidadas empresas.
Entre otro muchos temas, me gustaría destacar la situación incipiente que se esta dando con la refinanciación de las empresas en crisis. Para que una empresa pueda adaptar adecuadamente su plan de viabilidad a la nueva realidad económica, es importante tener en cuenta una información completa y adecuada para tomar así la decisión correcta.
“La administración de riesgos es el alma de una entidad bancaria”, esta frase ha estado presente a lo largo del periodo de las vacas gordas donde los bancos reconocían casi cualquier plan de viabilidad concediendo créditos tanto a empresas como familias sin prever las garantías que ofrecen los avales y planes de viabilidad empresarial y el verdadero riesgo existente.
Ahora, la cultura del joven emprendedor se ve mermada, no sólo por la incertidumbre de la propia crisis sino, por la desconfianza de los bancos a la hora de otorgar créditos y financiación a las empresas.
El empresario debe de tratar de evitar errores comunes tales como:
– pedir un crédito bancario que posiblemente no podrá amortizar
– no creer en la palabra de los políticos, pues prometen y legislan en función de sus propios intereses.
– no creer que el negocio será rentable en un plazo corto de tiempo.
Pero en épocas y periodos de crisis, la creatividad es un punto a favor. La existencia de nuevas herramientas de financiación, consigue que las empresas encuentren otros caminos para financiarse como las ayudas y subvenciones específicas:
-la Dirección General de la Pyme (DGPYME) para emprendedores y pymes.
-los microcréditos para emprendedoras y empresarias con negocios de antigüedad inferior a tres o cinco años y que tengan problemas para acceder a la financiación por falta de avales o por su situación personal o familiar.
-la Línea EBT (Línea de Empresas de Base Tecnológica) para pymes cuyo objeto sea el desarrollo de productos, procesos o servicios de base tecnológica.
-la Línea PYME para proyectos promovidos por pymes que contemplen la modernización de su estructura productiva y de gestión.
-CERSA, sociedad mercantil estatal, que refinancia o da coberturas parciales del riesgo que asumen las sociedades de garantía recíproca que es otra de las fuentes de financiación y que son gestionadas por las comunidades autónomas.
Pero a pesar de la existencia de dichas ayudas, contar con la realización de un plan de viabilidad minucioso que contenga un SINCERO y analítico estudio de viabilidad y riesgos, es la mejor opción para conseguir un esperado respaldo financiero bancario.
Visiones de Oriente
China. ¿Qué decir de China? Creo que está casi todo dicho. Hace ya 2 semanas que volví del que, hasta ahora, ha sido el viaje más extraordinario de mi vida, hasta ahora (y mira que le la he tirado larga por ahí). Estoy volviendo a ver las fotos, sólo mis fotos, porque es la China que vi, que palpé… que sentí. Por eso es la China que voy a intentar relatar. No quería escribir este post antes, quería que todas las sensaciones y vivencias que viví allí fueran tomando forma y poso, digerirlas y sacar posteriormente conclusiones sobre esta increíble experiencia. Y la primeras sensaciones que me vienen a la mente son 2: inmensidad y frío, mucho frío.
Después de un viaje mentalmente agotador desde Madrid, haciendo escala en el país escandinavo de Papá Noel, llegamos al aeropuerto internacional de Pudong, al sur de la metrópolis de Shanghai. Tremendo, gigantesco, monstruoso, rectilíneo… abrumador. Y en contínuo crecimiento. El control de pasaportes no dejó de provocar cierta sensación de canguelo en mi interior, siendo en ese momento plenamente consciente de que estaba a punto de adentrarme en una cultura completamente desconocida para mí. Sí, es cierto que todos hemos oído hablar mil veces de china, de la cultura china y de los chinos, pero no es lo mismo. No hasta que no estás allí, a las puertas de ese nuevo mundo que te espera con sus gigantes puertas, que las puedes totalmente abiertas por las manos del capitalismo emergente, o bien celosamente semicerradas por la huellas de su reciente pasado comunista, aún presente y latente en muchos ámbitos.
El hecho de estar todo escrito en chino me provocó cierto desconcierto en un principio, aunque después uno se acostumbra, se siente como un hámster en una jaula dándole vueltas a la rueda: no sabe por qué, pero da por sentado que tiene que hacerla girar corriendo. Pues yo igual, me fijaba en los carteles, y aunque no tenía ni zorra, los daba por sentados.
Nos recoge el autobús contratado, abandonamos el aeropuerto y nos dirigimos al hotel. De camino al mismo, tanto el cielo como la tierra y los edificios presentaban un color que no nos abandonaría durante el resto de nuestra expedición (y duda mucho que lo haga nunca para sus habitantes permanentes)…gris. Todo gris. Debastadoramente gris. No me preguntes si salía el sol o no, porque apenas lo ví durante 3 o 4 minutos en 15 días. Los edificios, gigantes, grandes moles de hormigón de 40 o más plantas (sólo la ciudad de Shanghai tiene más edificios de 50 plantas o más que todas las ciudades europeas…juntas), como si fueran setas que crecen por doquier, serpenteadas por innumerables autovías de varios niveles y carriles. Como en una película futurista con el típico paisaje futurista y el típico mensaje introductorio en plan “Madrid, 2050”. Pues así, tal y como os lo imagináis.
El hotel. Guandong Hotel. Otra gigantesca mole cuyo impresionante hall central inspiraba una vez más la incesante sensación de frío que tampoco nos abandonaría durante nuestra estancia allí. El hotelito era una caja de sorpresas, tiene espacio para un post aparte…
Nada más dejar las maletas y espabilarnos un poco fuimos a ver uno de los populares barrios a las afueras de Shanghai, peculiar y típico al mismo tiempo. De la mano de nuestra queridísima, entrañable, adorable y tierna Lydia, nuestra inseparable guía china durante la primera semana de viaje, visitamos las calles de barrio este de cuyo nombre no me quiero (ni puedo) acordar. Aparte de la pequeña tangada que nos clavó por cobrarnos una pasta por la visita-express “guiada” que nos ofreció, me hubiera traído a Lydia de llavero a España. Repito, enternecidamente adorable la muchacha.
Ya dentro del mencionado barrio, tenía un aspecto en plan Venecia, pero a lo chino, lo cual no dejaba de tener su encanto. Calles estrechas, rodeadas de canales de aguas de dudoso color marronáceo, tejados en forma de pagodas, jardines con piedras de las más diversas formas y tamaños (mira que les gusta el rollo piedra rara a los chinos!) letrinas públicas donde se podía adivinar la verdadera esencia de la naturaleza humana, puestos callejeros, templos y casas con los tejados con la típica forma de pagoda china (no iba a ser vietnamita) miles de objetos, productos, adornos, alimentos de todo tipo, clase y condición…y sobre todo, olores. Olores que no había “probado” en mi vida. Olores fuertes, muy fuertes, especiados, la mayoría de ellos desagradables al olfato por ser desconocidos o nuevos. Otra cosa que me llamó la atención (aunque ya me habían advertido de ello) fue el hecho que allí la novedad éramos nosotros, los occidentales, hasta tal punto que la gente se hacía fotos con nosotros, como si hubiésemos aterrizado de otro planeta (que, visto en cierto modo, así era).
Higiene. Cero patatero. Pero patatero. Mención aparte de los urinarios, que telita con ellos, (casi me impacta el proyectil de una paloma del Retiro en todo el cogote, ha caído el regalo a escasos centímetros de mi brazo derecho… iba a mala idea la condenada. Todo bien, ha quedado en un gran susto). Los puestos callejeros, más callejeros no podían ser, las verduras, carnes, pescados, frutas…de cualquier forma y en cualquier lugar. Pero es que al final de todo molaba como lo tenían puesto, era completamente auténtico. Otra cosa que me llamó la atención es que muchas calles eran prolongación de las casas particulares de sus vecinos. Estaban plagadas de tendales y enseres varios que mostraban al público prendas de todo tipo, función y color. Otro espectáculo digno de resaltar.
De vuelta al hotel, y sin respiro, primera incursión nocturna con una avanzadilla de lujo. Llamamos a un taxi (lo de los taxis también, es para echarlo de comer a parte) y nos dirigimos a un centro comercial ENOOORME. Creo que eran 10 niveles de escaleras mecánicas…la HOS—A. En la última planta, un peazo centro recreativo de videojuegos, maquinitas y divertimentos varios. Lo que vemos en la tele de los japoneses, pues igual. Como niños chicos lo pasamos, por no hablar de la aventura que suponía pedir la comida que había por allí, salvo un par de cosas familiares, el resto ni idea…pero muy rico (al menos para mí).
Más cosas. El tráfico. Atascos a casi cualquier hora, tremendos, a lo bestia. Y venga pitidos, y venga adelantamientos a ambos lados. Eso sí, durante el tiempo que estuve allí no ví ni un solo accidente, por increíble que pareciera, lo cual explicaba el orden en el aparente caos que aquello parecía. Otro aspecto a destacar es que el peatón es el último mono, el eslabón más débil de la cadena, un bolo más que si se puede derribar, mejor. Un estorbo para el conductor, vamos. Otra cosa que esperaba encontrar era la masificación de bicicletas, sin embargo no fue así. Es cierto que había, sí, pero no como en los documentales. Lo que sí había, y cada vez más, eran las motos eléctricas, que las condenadas, al no hacer ruido, no sabías cuándo ni por dónde te podían venir.
La SISU. Shanghai International Studies University. La verdad es que no estaba mal, tenía un campus enorme, y albergaba estudiantes de todo el mundo. Las clases versaban sobre diversos temas, históricos, políticos (no mucho y bastante sesgados), culturales, económicos y de negocios. Estaban bien, aunque a veces se hacía duro seguir las clases por el tema del inglés, y sobre todo las incursiones nocturnas.
El partido de fútbol contra los chinos. Nada que destacar. Los chinos son rápidos, no paran de correr, y el tema de la táctica y de la colocación creo que todavía no ha llegado hasta allí. Si pasamos por alto el hecho de que a falta de 20 minutos empezaron a salir chinos al campo como conejos, y de que nos dimos cuenta de que estábamos jugando 11 contra 15 o 16, el partido transcurrió sin más incidentes, con victoria del equipo internacional de la EOI.
La comida. Uno de los temas más controvertidos y que más ha dado que hablar entre la comitiva EOI. Es cierto que era fuerte y estaba muy especiada, pero había de todo, y a mi gusto, estaba todo bastante bueno. Hubo muchas bajas por gastrointeritis a medida que iban pasando los días, hasta tal punto que surgió una especie de histeria colectiva y propensión psicológica a enfermar a cuenta de la comida. Yo estaba encantado de la vida.
Visita a la General Motors. Por lo menos nos dejaron ver la línea de producción en funcionamiento. Parecía una fábrica europea, todo muy limpio, muy ordenado, y como siempre, asombrosamente enorme. Aunque no recibimos explicaciones, nos hicimos una idea de la magnitud de la fábrica: 2.000 coches producidos cada día, listos para ser vendidos en el mercado.
Más cosas. El distrito financiero, llamado Pudong. Pues la palabra impresionante se me queda corta. Aquí los rascacielos rallaban lo esperpéntico por su desmesurada altura. Estuvimos el el World Financial Center, de 492 m de altura, donde las vistas desde lo alto, a pesar del smog permanente de la contaminación, eran increíbles. Allá por donde mirabas, parecía que lo estabas haciendo hacia una gigantesca maqueta, todo parecía de juguete. La “Perla de Oriente” parecía de ciencia ficción. Ya de noche, el paseo en barco por la bahía de Pudong nos permitió ver… (un segundo proyectil de un palomo increíble acaba de impactar sobre las teclas W, S, A y parte de la D, esto ya pasa de castaño oscuro)… la Shanghai nocturna, invadida por las luces y los neones, más impresionante que durante el día. A mi juicio, un despropósito y un despilfarro de recursos fruto de un crecimiento económico y urbanístico desmesurados que no creo que tarde mucho en frenar, de una manera u otra. Es imposible mantener un ritmo de crecimiento anual del 10% durante tantos años sin que las consecuencias sean de igual magnitud.
En el Shanghai Urban Planning Exhibition Hall situado en People`s Square se puede ver el plan Urbanístico de la ciudad para los próximos 15 años…y es verdaderamente brutal (incluida una maqueta del centro de la ciudad, digna de ver).
El mercado de las falsificaciones. Hay varios por toda la ciudad, el más importante está cerca de People´s Square, tiene varios pisos y es una verdadera jungla, donde la única ley que impera es la del regateo. Al principio te sorprende, después empiezas a cogerle el tranquillo, hasta acaba gustándote, y finalmente desearías acabar cuanto antes. Te das cuenta de que siempre es lo mismo. Al final, todo es puro teatro, como la vida misma, y esa gente tiene que comer igual que tú y que yo, cada uno dedicándose al oficio que mejor sabe hacer, o que mejor le dejan hacer. Aunque bien es cierto que las gangas pueden ser muy muy buenas.
El mercado de las telas. Es bastante parecido al anterior, sólo que centrado exclusivamente en trajes, abrigos, mantas…todo ello hecho a medida. Y merece la pena al 100%, al menos en mi caso. Precios muy asequibles y, dependiendo del negocio que elijas, calidad más que aceptable.
Los jardines de Yuyuan. Muy chulos, al igual que el barrio que los alberga. Esta sí es la China que todos nos imaginamos con sus templos y tejados característicos, con dragones y otras figuras mitológicas como gárgolas y guirnaldas, predominando fundamentalmente el rojo en todos los paisajes urbanos.
El metro. Como la ciudad, muy grande, sorprendentemente bien organizado, nuevo, limpio, rápido, y sin las esperadas aglomeraciones que serían de prever (al menos en las horas que yo lo cogí). Las paradas estaban tanto en chino como en inglés, así que uno se podía defender bastante bien. En los momentos de lluvia, la ciudad se convertía en un auténtico enjambre circulatorio, donde era prácticamente imposible pedir un taxi, y si se conseguía, llegar al lugar de destino podía llevar, como mínimo, una hora, así que la alternativa perfecta era el metro.
El fin de semana en Beijing. Sin duda, de lo mejorcito del viaje. Tras coger el AVE en la hiper-super-mega tocha estación de trenes anexa al aeropuerto, nos dirigimos un nutrido grupo de integrantes de la expedición a la capital china. El viaje, rápido, cómodo, seguro y sin sobresaltos. Quería aprovechar la oportunidad de recorrer más de 1.200 km por parte del interior de China para ver, aunque muy por encima y a 310 km/h, aquel paisaje que generalmente está vedado al turista extranjero. Parecía una película rodada a cámara rápida de la historia del país. Grandes extensiones de campos sembrados, poblados de chabolas sin asfaltar, caminos rectilíneos, campesinos trabajando la tierra, fastuosas industrias trabajando a pleno rendimiento, ciudades emergentes de la nada con bloques de edificios gigantescos, creciendo a un ritmo vertiginoso…la verdad es que parecía de ciencia ficción.
Ya en Beijing, nada más bajarnos, un frío aún más seco y recio nos dio la bienvenida. Yo, personalmente, las pasé canutas. Al día siguiente, visitamos aquello que siempre había sido una fábula para mí prácticamente desde que tenía uso de razón: La Gran Muralla. Increíble, me dejó sin palabras. Después de una ascensión en teleférico que nos regaló unas vistas tremendas de la zona, pusimos pie en aquella obra faraónica, jamás igualada hasta la fecha. Hacía muchísimo frío, el suelo congelado, el paisaje nevado…lo más impresionante de todo esto debió de ser su construcción, miles de soldados portando piedras de gran tamaño por esas escarpadas laderas, sin provisiones, ni refugio. Locura sólo al alcance de la naturaleza humana. El mayor cementerio de la historia de la humanidad, la mayor obra de ingeniería jamás concebida.
Más visitas. El templo del cielo, el palacio de verano…y la Ciudad Prohibida. Lo que más me impresionó fue la foto de Mao presidiendo la plaza de Tiananmen, escenario de los oscuros sucesos de junio de 1989, en la que, según las fuentes (cientos según el gobierno, varios miles según Amnistía Internacional) fueron asesinados un gran número de estudiantes reivindicando sus derechos fundamentales. Le pregunté a nuestro guía por el lugar exacto de la plaza donde un estudiante desconocido se plantó delante de una hilera de tanques del ejército, frenando su avance. El guía me indicó una farola situada a unos 50 metros de donde nos encontrábamos, aunque me recordó que ese tema estaba completamente vetado en China, y me recomendó no mencionarlo en voz alta. Ese día había reunión del Congreso chino, por lo que el acceso a la plaza estaba parcialmente restringido.
Ya dentro de la ciudad prohibida. Era como atravesar un enorme patio interior, y encontrarte otro aún más grande, como si no acabara nunca. Ante la mirada impertérrita de los soldados del gobierno, nos adentrábamos en el lugar más visitado del mundo (sólo el turismo interior chino representa un elevadísimo volumen de visitas anuales al lugar) y mayor templo de madera jamás construido. Para flipar, en serio.
Visitamos un templo budista, no recuerdo su nombre, donde la gente realizaba ofrendas incinerando incienso, haciendo oraciones y plegarias de diversa índole. Asimismo, pudimos ver la mayor estatua de Buda en un recinto interior del mundo. Creo recordar que…22 metros de altura!! No estaba mal la figurita…
Poco después, abandonamos Beijing, mucho más ordenada y mejor urbanizada que nuestro punto de retorno, la caótica y desmesurada Shanghai…
Podría seguir contando muchas más historias, pero creo que este post ya se ha alargado lo suficiente como para que ya hace tiempo que esté resultando demasiado pesado de leer y de seguir. Ha sido, como decía al principio, una experiencia inolvidable, que algún día, quién sabe, me gustaría volver a repetir y aprovechar.
Como dice un antiguo proverbio chino (tenía que decirlo, es que la ocasión me lo ha puesto a huevo).
“Disfruta la vida, es más tarde de lo que crees”
La dificultad de un plan de viabilidad
Desde mi punto de vista, un plan de viabilidad o de empresa debería ser algo obligatorio y fundamental para cualquier organización, pero antes de usarse como instrumento de análisis del riesgo de crédito en la banca para asegurar el cobro de los créditos que ésta conceda, debería ser voluntad de la propia empresa la realización del mismo de la manera más ajustada y real para conocer la situación y previsiones a futuro que pueda tener.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que parte de las actividades de negocio de los bancos es la emisión de créditos a las empresas, tanto de nueva creación como ya consolidadas, y que lógicamente necesitarán algún tipo de documento que les intente garantizar el cobro de los mismos más los intereses adherentes. Y es aquí donde aparece la figura del plan de viabilidad, no obstante, ¿hasta qué punto dan seguridad los planes de viabilidad sobre sus cifras y estimaciones?¿se puede confiar más en un plan realizado por una empresa “experta y confiable”?¿una empresa u organismo público si garantiza el pago de los créditos?
En primer lugar, se distinguirá tres tipos de casos: empresas de nuevas creación, consolidadas y del sector público. Es importante analizar la naturaleza del deudor para conocer el posible riesgo existente. Por otra parte, también influye en el grado que la entidad financiera puede exigir al deudor el cumplimiento de sus obligaciones en el caso de impago. Por ejemplo, se puede solicitar un concurso de acreedores en los dos primeros casos pero no con el sector público, que teóricamente hasta hace pocos tiempos, se suponía que eran pagadores fiables.
Asumiendo las dificultades de analizar y catalogar todos los tipos de empresas, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, emplea un criterio basado en los tres elementos siguientes:
1. El tamaño de la empresa, medido por el importe anual de sus ventas, distinguiendo entre las grandes cuyo importe anual de ventas es superior a 50 millones de euros y las pequeñas que es inferior a dicha cantidad.
2. La exposición de la entidad financiera al riesgo de crédito de la empresa.
3. El método utilizado por la entidad financiera en la medición el riesgo de crédito de la empresa.
Este criterio clasifica a las empresas de manera general, pero esto no es suficiente, ya que cada entidad es un mundo aparte. En muchas ocasiones, que sea una empresa externa la que te realice el plan de viabilidad otorga mayor credibilidad y confianza, pero en muchos casos supone un gasto que una empresa pequeña o de nueva creación no puede asumir, y en otros no es garantía de nada como se ha visto en numerosos ejemplos.
Finalmente, tal como se comenta en el artículo, quizá la variable fundamental del plan, sea la estimación de las ventas, que en empresas de nueva creación no se pueden basar en datos históricos, lo que dificulta su previsión; y en empresas con un bagaje tampoco es fácil la previsión ya que siempre influyen factores impredecibles. Por lo cual es aquí, donde tanto entidades financieras como las propias empresas deben prestar más atención.
Taller de empleabilidad
Pregúntate a ti mismo: ¿por qué quiero tener esta profesión?
Personalmente, cuando miro atrás, no encuentro un momento especifico que pueda reconocer como el momento en que decidí ser lo que deseo. Para cada uno de nosotros se encontrará posiblemente una razón u otra que nos ha llevado a escoger un camino en la vida. Generalmente esa razón será azarosa o incluso desconocida, quizás en nuestra infancia vino a casa un veterinario y decidimos que ese seria nuestro futuro, otros verían las series televisivas “Hospital Central” o “Policías” y decidirían que eso es lo que deseaban, otros simplemente siguen con la profesión de su padre… y así hasta el infinito, pero realmente ¿cuanta gente se ha sentado a realizarse a sí mismo una serie de preguntas, quizás ni siquiera importe cuales, para decidir su futuro?¿Somos capaces de estar horas decidiendo que vuelo nos sale más barato por internet o buscando donde vende la ultima tablet a menor precio y no somos capaces de pararnos a pensar durante unos instantes hacia donde queremos dirigir nuestros esfuerzos y nuestra vida?
Dejo una imagen del esquema que realizamos en el taller anterior, no es importante como estén estructuradas las preguntas, lo importante es empezar a hacérselas.
La empleabilidad y la disposición a encontrar trabajo
Los factores determinantes a la hora de entrar a formar parte del mercado laboral y encontrar un trabajo ya no sólo se ajustan por criterios académicamente estrictos como pueden ser los estudios en la universidad o los certificados obtenidos a lo largo de años de estudio o experiencia laboral.
En un mundo cada día más competitivo la disposición a encontrar trabajo es un factor clave para alcanzar con éxito la meta esperada. Es por ello, que se ha de realzar el concepto de empleabilidad. Pues no sólo es que el número de vacantes -sobre todo en la actualidad- no se ajuste al de demandantes, sino que entre tantas opciones, los futuros trabajadores han de discernir cuáles se ajustan más a sus preferencias. Y esto último no es tan fácil.
Determinar, qué es lo que buscamos, qué características podemos ofrecer, la disposición y entrega para encontrar un trabajo, son determinantes clave. Sin embargo, desde la primera incógnita, ya surgen dudas ¿Qué es lo que buscamos? Quizá algunos lo tengan muy claro, o crean que lo tienen decidido. Sin embargo, cabe preguntarse, dentro del sector en el que me gustaría trabajar, cuáles son las diferentes opciones. Cuanto más intentamos concretar, más complejo se hace el determinar nuestras preferencias exactas -cosa importante, pues dedicaremos buena parte de nuestra vida al trabajo-.
Una vez que hemos determinado las preferencias, es imprescindible ajustarlas a las ofertas disponibles, que quizá no correspondan exactamente con nuestros gustos, pretensiones o valores. Es decir, establecer criterios de relevancia, por ejemplo: salario, valores de la empresa, aspectos emocionales, principios, objetivos, estrés al que nos exponemos, etc. Adaptarnos, sabiendo qué queremos, es más sencillo que intentan alcanzar algo etéreo. Es decir, cuáles son nuestras cualidades enfrentadas a las opciones de que disponemos en función de nuestras preferencias -que previamente hemos determinado-.
Por último, la disposición a encontrar trabajo es un punto clave para alcanzar el éxito deseado en este menester. La relación con lo expuesto anteriormente es sencilla; es más fácil estar dispuesto a encontrar trabajo cuando éste se ajusta más a nuestras preferencias. Por tanto, el incentivo que supone alcanzar una meta determinada por nosotros, incentiva la búsqueda activa de empleo, facilitando la obtención de lo que se esperaba -o lo más aproximado posible-.
Taller de empleabilidad: “¿Qué quiero ser profesionalmente? ¿QUIÉN quiero ser?”
Muy buena pregunta. Creo que la gran mayoría de los que estamos cursando cualquiera de los Masters de la EOI nos hemos hecho esta gran pregunta. O al menos deberíamos habérnosla hecho. Podemos hacernos una idea más o menos ligera, pero la gran cuestión radica en cómo estructurar la respuesta. En la primera sesión del taller de empleabilidad, se abordó la cuestión de cómo estructurar la estrategia hacia la elaboración de una trayectoria profesional personal y satisfactoria. Para ello, y trabajando en grupos, de 4 o 5 personas, se establecieron diversos diagramas esquemáticos que mostraban cuál debía de ser la manera de definir la personalmente la identidad personal de cada individuo. Nuestro grupo, integrado por Carlos Herrera, Carmen Rosa Bernabé, Rodrigo Federigi y yo, lideró el siguiente planteamiento:
A la pregunta “¿qué quiero ser profesionalmente?” se puede llegar de múltiples maneras. Es decir, existen tantos caminos como se quiera para llegar a responderla. Nosotros creimos importante hacer una estructuración basada en 6 puntos fundamentales:
• Motivaciones. ¿quieres crear tu propio negocio, o por el contrario trabajar por cuenta ajena? ¿Quieres un trabajo estático o dinámico? ¿trabajarías por objetivos o te conformas con un salario estable?
• Valores. ¿estarías dispuesto a trabajar en contra de tus principios?
• Retribuciones. ¿qué importancia les das con respecto a lo demás?
• Calidad del trabajo. ¿estarías dispuesto a trabajar en un ambiente hostil a cambio de grandes sumas de dinero?
• Aspectos emocionales. ¿estarías dispuesto a alejarte de tu entorno familiar, de pareja o amigos por el puesto de trabajo de tu vida?
• Áreas operacionales. ¿te adaptarías a un departamento distinto al que te gustaría trabajar en caso de que te lo propusieran?
Quienquiera que responda estas preguntas de un modo honesto, objetivo y certero, tendrá una idea bastante clara de hacia dónde tiene que encaminar su futura trayectoria profesional, y comenzar a trabajar para utilizar todas las herramientas disponibles a su alcance para conseguir aquello que desea. Y por algo se empieza, los primeros pasos determinarán el resto del camino.
Y tú, ¿ya sabes lo que quieres ser de mayor?
Con el espíritu de 1492
Antaño ya ocurrió, y parece que ahora está volviendo a pasar. Las multinacionales españolas y, cada vez más, grandes empresas están llevando a cabo una política de expansión que, sin lugar a dudas, está relanzando la marca España e internacionalizándola a cada nuevo proyecto.
Sudamérica se ha convertido en el destino favorito de nuestras empresas. No solo por la proximidad lingüística, sino también por el alto crecimiento que en los últimos años están teniendo los países del “nuevo mundo”. Y es que sus economías, al contrario que las nuestras, están lanzadas.
Un ejemplo de cómo estamos llegando tan lejos, lo explica el siguiente video-blog, en el cuál narro las nuevas aventuras de nuestro amigo “Florentino” (ACS) por tierras mexicanas.
Con este tipo de contratos, las multinacionales españolas refuerzan su marca de cara al extranjero, allanando así el camino a las futuras empresas que pretendan salir al exterior. Es muy probable, a propósito de las líneas anteriores, que en unos años, todas las empresas sean más globales que nacionales, por lo que es muy favorable, que la marca España continúe en la cumbre de ese reconocimiento, consolidando su posición en el sector de la construcción e iniciándose en otros tantos, que potencial tenemos de sobra.
Con todo esto. Muchas gracias blogueros.
El esquema de decisión y tu perfil profesional
La elección del camino a recorrer en términos profesionales supone una de las decisiones más importantes que el individuo ha de tomar en su vida ya que esta marcará en gran medida su dedicación y garantía de éxito de su futuro.
Las posibilidades a la hora de establecer un perfil profesional son prácticamente ilimitadas. Siguiendo esta premisa, es absolutamente necesario configurar algún tipo de esquema que permita disponer de todas las variables y que nos orienten de la mejor manera posible para tomar una decisión al respecto.
Con el fin de clarificar y establecer un esquema sencillo pero completo, hemos dispuesto un diagrama en red que va de los más genera la lo más específico.
Mi formación .Una variable fundamental que nos ayudará a tomar una decisión de acuerdo a aquellos conocimientos que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra trayectoria universitaria y de postgrado y aquellos que necesitaremos en un futuro para complementar, implementar o especializar la que ya poseemos.
Valores que determinan mi conducta y mis acciones y que de acuerdo a su carácter podrán orientarnos hacia aquellas profesiones que más sintonía tengan con ellos.
Qué pide el mercado. Será fundamental tener ubicarnos en coordenadas actuales de demanda de mercado para determinar si la profesión que buscamos tiene una proyección a medio y largo plazo lo suficientemente relevante como para garantizar unas buenas salidas profesionales y un futuro próspero.
Remuneración. La reflexión de este punto debe hacerse sobre de acuerdo a si será rentable impulsar mi camino profesional hacia un perfil que pueda ser amortizado por el tiempo mediante una remuneración que sea de mi interés o si por el contrario no me garantiza que pueda cubrir mis expectativas salariales.
Qué me gusta. Se trata de una variable imprescindible y que permitirá enfocar mis gustos hacia aquellos elementos que integran el día a día de una trayectoria profesional. En un primer momento, tendré que preguntarme de si existe la posibilidad de alinear mis hobbies con mi profesión. Por ejemplo, si amamos la cocina es posible que seamos realmente buenos como cocineros profesionales o si nos gustan los videojuegos, podremos plantarnos trabajar como creativo de entornos digitales para el mundo del ocio interactivo, etc. No obstante, también será necesario reflexionar acerca de con qué perfil de personas nos gustaría desarrollarnos profesionalmente de acuerdo a nuestro propio perfil y nuestros gustos. Por último, los gustos también podrían determinar las preferencias laborales en términos de establecernos como emprendedores o como empleados (de acuerdo al entorno y al área de mi interés).
Localización. Otra variable a tener en cuenta y que vendrá determinada por mis prioridades a la hora de establecerme en una ubicación concreta o adaptar la misma en función del lugar d donde ejercer mi profesión.
En qué soy bueno. Las habilidades que cada uno poseemos nos hacen individuos únicos y diferenciados y este elemento determina en gran medida nuestro valor profesional. Para analizarlas, será necesaria reflexionar acerca de muestra personalidad y cómo las habilidades se integran en ella. No obstante, no sólo hay que reparar en las distintas habilidades que poseemos sino también en cuales pueden ser implementadas y en qué puntos fuertes debemos incidir para reducirlos e incluso convertirlos en nuevos puntos clave de nuestro proceso continuo de mejora personal.
Qué no me gusta. Al igual que resulta fundamental tener claro cuáles son mis gustos y cómo incorporarlos a mi perfil profesional, debo reflexionar acerca de qué cosas no me gustan y por lo tanto no orientar mi camino en la medida de lo posible hacia esos elementos. El tener claro esta variable podrá permitirnos una mayor concentración más en nuestros puntos fuertes y gustos y ser más directos a la hora de escoger un camino y situarnos más cerca de una satisfacción profesional que podría no llegar con una profesión que aunque sea positiva en términos económicos, no nos satisfaga en términos de actividad.
Taller de Empleabilidad I
En la primera jornada del taller de empleabilidad realizamos varios ejercicios de auto reflexión que ayudaban a mirar en nuestro interior y descubrir cuál es nuestro objetivo profesional. De todos ellos voy a comentar el ejercicio que realizamos en grupo. Éste consistía en realizar un esquema a través del cual pudiéramos reflejar aquellos puntos que nos ayudaran a averiguar lo que queremos ser, dónde nos gustaría trabajar, en qué condiciones,… Tras un tiempo pensando sobre ello, mis compañeros (Carlos, David y Rodrigo) y yo fijamos seis puntos principales que nos pueden ayudar a analizar la dirección que queremos seguir. Entre ellos destacan: valores, retribuciones, calidad del trabajo, aspectos emocionales, áreas operacionales y motivaciones. En la siguiente imagen se puede observar lo que engloba cada uno de los diferentes puntos.
Si nos fijamos bien, vemos que muchos de estos aspectos están muy relacionados, pero es importante preguntarnos todas y cada una de estas preguntas para evitar llegar y encontrarnos con un entorno no afín a nuestras preferencias.
No todo el mundo está dispuesto a trabajar en una ciudad o país distinto al de su pareja. También es bueno preguntarse cuáles son nuestros valores, ¿estaríamos dispuestos a trabajar en una empresa que no sigue la misma igualdad en cuanto a los derechos humanos, sólo porque en otro país no hay una ley que le obligue a actuar de la misma manera?; así como nuestras motivaciones, ¿queremos un trabajo dinámico?, ¿Buscas ser un ‘simple empleado’ o prefieres ir desarrollándote poco a poco hasta ir ascendiendo en la empresa?, ¿te gustaría ser emprendedor?,…
Analizando todas y cada una de ellas se puede llegar a una conclusión de lo que nos gustaría llegar a ser profesionalmente, así que si alguien aún no lo tiene claro, le recomiendo que le eche un vistazo a ese esquema, le será de gran ayuda.