La dificultad de un plan de viabilidad

Desde mi punto de vista, un plan de viabilidad o de empresa debería ser algo obligatorio y fundamental para cualquier organización, pero antes de usarse como instrumento de análisis del riesgo de crédito en la banca para asegurar el cobro de los créditos que ésta conceda, debería ser voluntad de la propia empresa la realización del mismo de la manera más ajustada y real para conocer la situación y previsiones a futuro que pueda tener.

Sin embargo, se debe tener en cuenta que parte de las actividades de negocio de los bancos es la emisión de créditos a las empresas, tanto de nueva creación como ya consolidadas, y que lógicamente necesitarán algún tipo de documento que les intente garantizar el cobro de los mismos más los intereses adherentes. Y es aquí donde aparece la figura del plan de viabilidad, no obstante, ¿hasta qué punto dan seguridad los planes de viabilidad sobre sus cifras y estimaciones?¿se puede confiar más en un plan realizado por una empresa “experta y confiable”?¿una empresa u organismo público si garantiza el pago de los créditos?

En primer lugar, se distinguirá tres tipos de casos: empresas de nuevas creación, consolidadas y del sector público. Es importante analizar la naturaleza del deudor para conocer el posible riesgo existente. Por otra parte, también influye en el grado que la entidad financiera puede exigir al deudor el cumplimiento de sus obligaciones en el caso de impago. Por ejemplo, se puede solicitar un concurso de acreedores en los dos primeros casos pero no con el sector público, que teóricamente hasta hace pocos tiempos, se suponía que eran pagadores fiables.

Asumiendo las dificultades de analizar y catalogar todos los tipos de empresas, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, emplea un criterio basado en los tres elementos siguientes:

1. El tamaño de la empresa, medido por el importe anual de sus ventas, distinguiendo entre las grandes cuyo importe anual de ventas es superior a 50 millones de euros y las pequeñas que es inferior a dicha cantidad.

2. La exposición de la entidad financiera al riesgo de crédito de la empresa.

3. El método utilizado por la entidad financiera en la medición el riesgo de crédito de la empresa.

Este criterio clasifica a las empresas de manera general, pero esto no es suficiente, ya que cada entidad es un mundo aparte. En muchas ocasiones, que sea una empresa externa la que te realice el plan de viabilidad otorga mayor credibilidad y confianza, pero en muchos casos supone un gasto que una empresa pequeña o de nueva creación no puede asumir, y en otros no es garantía de nada como se ha visto en numerosos ejemplos.

Finalmente, tal como se comenta en el artículo, quizá la variable fundamental del plan, sea la estimación de las ventas, que en empresas de nueva creación no se pueden basar en datos históricos, lo que dificulta su previsión; y en empresas con un bagaje tampoco es fácil la previsión ya que siempre influyen factores impredecibles. Por lo cual es aquí, donde tanto entidades financieras como las propias empresas deben prestar más atención.

 


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