EMPLEABILIDAD. TALLER 1
La primera jornada de empleabilidad organizada por la Escuela de Organización Industrial la resumiría en la siguiente frase:“El miedo es natural en el prudente, y el vencerlo es lo valiente”.
La curiosidad era particularmente palpable entre todos los asistentes a este primer taller, principalmente por saber qué podríamos sacar de él y cuál sería su finalidad. Hoy en día, todavía existe el miedo a no conocerse a sí mismo, ni tampoco lo que uno quiere ser profesionalmente, y, sí lo sabes, miedo a no ser lo suficientemente bueno. Gracias al primer taller de empleabilidad conseguimos dar nuestro primer paso: conocernos un poco más a nosotros mismos, cuáles son nuestras debilidades pero también nuestras fortalezas, preguntarnos concienzudamente qué queremos ser en el futuro y dónde nos vemos profesionalmente.
El primer contacto fue verdaderamente positivo para todos, pues no sólo descubrimos novedades que no conocíamos de nosotros mismos, sino también de nuestros compañeros y amigos que nos han acompañado a lo largo de este camino todavía incierto para todos nosotros. Entre las diversas técnicas y ejercicios que realizamos en este taller, destacamos el esquema de empleabilidad titulado como: “¿Qué quiero ser profesionalmente?”, un esquema que refleja una estructura compuesta por una serie de preguntas claves para llegar a un objetivo común, responder la pregunta de qué quiero ser profesionalmente.
Cada grupo formado en el taller estaba encargado de crear su propio esquema. En nuestro caso, el organigrama esta compuesto por 8 bloques principales: qué me gusta, que no me gusta, en qué soy bueno, formación, valores, qué pide el mercado, remuneración y localización. Cada uno de estos bloques se desglosa en otras subcategorías como,cuáles son tus hobbies, el interés por las personas, intereses laborales, tus habilidades, personalidad, etc…
Son muchas las preguntas, pero no todas tienen una única respuesta y menos válida. La pluralidad es buena, aportar ideas, sinceridad y sobre todo entusiasmo. El ritmo de la vida es continuo, no frena para tomarse un descanso y nosotros debemos adaptarnos a ese ritmo. No debemos tener miedo a nuestros propios pensamientos, al quiénes somos y lo que queremos ser, sino ser valientes y ofrecer al mundo profesional nuestras mejores competencias y habilidades para aportar al mercado laboral, a las empresas y a la sociedad en general una pizca de nosotros mismos.