Papel del directivo en la creación de valor para el accionista.
Se crea valor en una empresa cuando la rentabilidad supera el costo de oportunidad de los accionistas.
Esta afirmación la podemos revisar con un ejemplo práctico. En los documentos adicionales del módulo de gestión financiera hay el siguiente ejemplo práctico de cálculo de EVA:
Nombre de material adicional del módulo: “Gestión Basada en Valor”.
Página de ejercicio de cálculo EVA: 7
Datos:
Fondos propios: 200
Beneficio neto: 36
Coste de los fondos propios (14%):
Valor económico añadido= BN-RxFP=8
Se puede ver que la rentabilidad es de 18% (beneficio neto /fondos propios), es superior al costo de oportunidad de los accionistas 14%.
Sin embargo, si hacemos un experimento y bajamos la rentabilidad, aumentando los fondos propios a “270”, dejando los beneficios iguales, para obtener un rentabilidad de 13.3%, inferior a costo de oportunidad de los accionistas de 14%, veremos ahora, qué pasa con el valor agregado:
Valor económico añadido= BN-RxFP= 36 – (270×0.14)= -1.8
El resultado fue negativo, no se creó valor!!!!!!!!!!!!!!!, esto debido a que la rentabilidad fue inferior al coste de oportunidad de los accionistas.
Vista la definición de la creación de valor, debo decir que el papel del directivo es, tomando como punto de partida el coste de la inversión de los accionistas en la empresa, diseñar implantar las estrategias, lograr la optimización de los recursos, optimización de la gestión etc., para a través de ello lograr crear valor. Por ende el objetivo de la gerencia se debe alinear y ser igual al objetivo de los accionistas.
El directivo debe implantar la cultura de la creación de valor añadido a la empresa. Debe, tener en cuenta también, incorporar la idea del costo de oportunidad a la noción tradicional del beneficio contable, teniendo en cuenta que si una empresa no produce el dinero que los inversores esperan recibir, la empresa puede fracasar financieramente.
Es una realidad que ningún accionista invertirá su capital en una empresa donde no tenga la confianza de obtener un rendimiento mayor al costo de éste, sin embargo, también es una gran verdad, que de nada le sirve a la empresa a largo (y a veces corto plazo), no crear un ambiente de participación entre todos los entes que la forman.
La empresa se ha convertido en un espacio donde convergen los intereses de los accionistas, los empleados, los proveedores, los clientes y la comunidad donde esté instalada.
Todo lo anterior exige de los directivos de las empresas un papel adicional al que tradicionalmente han tenido, esto es alinear los intereses de los accionistas al de los demás grupos de interés con la finalidad de crear valor para todos.