Papel del Directivo en la creación de valor para el Accionista

Para cumplir el mandato de los accionistas sobre creación de valor el Director General  parte de los objetivos y directrices estratégicas emanadas de su Junta Directiva. A partir de allí y con este enfoque todos los recursos, todas las estrategias y todas las actividades de la compañía deben estar compaginadas y sinergizadas para lograr los objetivos propuestos.

 

 

Mantener el enfoque algunas veces no es tan fácil pues las organizaciones se componen de diversos grupos y equipos de trabajo agrupados por áreas de gestión (logística, operaciones, mercadeo, ventas, etc.), que   aunque unidos por un solo propósito (maximizar el valor de la compañía), mezclan en su diario actuar intereses propios y comunes generando en algunos casos desviaciones en el enfoque o ineficiencias en la consecución del logro. Por esto es importante generar una estrategia de comunicación que a través de excelentes medios y herramientas  cruce de manera transversal a toda la organización. Cada persona en su puesto de trabajo debe tener claro el rutero o mapa de gestión que debe seguir para contribuir con los resultados del negocio. El Director General se vuelve entonces el gran comunicador e integrador.

Existe un punto muy importante en el tema de la comunicación. Si bien es cierto que en primera instancia está dirigida a los colaboradores de la organización debe también tener alcance hacia algunos grupos de interés dado el impacto que estos grupos ejercen sobre los resultados y vida de la compañía (como proveedores y comunidad en general por ejemplo). Partiendo del triángulo de GVA [1]  podemos migrar a uno donde se integre un grupo de interés que desde hace algunos años viene tomando fuerza y protagonismo en la vida y resultados de los negocios: la comunidad. Esto especialmente en el tema del sostenimiento del equilibrio ecológico. Las empresas se ven obligadas a trabajar en tópicos como fuentes de energía limpia, adecuada disposición de residuos, adecuado manejo de recursos no renovables, etc., que impactan la gestión y desarrollo de las empresas y por tanto sus resultados económicos y financieros.

Como ya lo comentamos arriba cada colaborador ejerce fuerzas al interior de la compañía que finalmente desencadenan en resultados: buenos o malos. Creación o pérdida de valor. Esto nos lleva a un segundo elemento de trabajo: la gestión del recurso humano. Hoy día en medio de la competencia por conseguir el mejor recurso los líderes deben realizar un esfuerzo mayor para  obtener y retener el talento adecuado. Rodearse de los mejores elementos deja de ser un ideal para convertirse en una necesidad urgente. Cabe resaltar que la creación de valor para el negocio debe también estar alineada con la creación de valor personal para el colaborador. Es decir: unir el interés corporativo con el personal. Cuando esto se logra el cielo se vuelve el límite.

 

Como tercer elemento tenemos la gestión del recurso económico: al Director general y su grupo directivo se le entregan unos recursos económicos con la obligación de mantenerlos e incrementarlos. Para ello debe trabajar en los diversos frentes o procesos que componen la gestión del Negocio: Ventas, Operaciones, Marketing, Investigación y desarrollo, Logística, RRHH, Sistema de Calidad, Financiera, etc.

A través de la comprensión de cada uno de los procesos mencionados el Director General realiza un  análisis de resultados financieros y económicos de los cuales se desprenden diversas estrategias todas ellas encaminadas a mantener e incrementar los objetivos de rentabilidad y liquidez exigidos por los accionistas. Algunas de estas estrategias son:

  • Mejoramiento de la eficiencia operacional a través de la reducción de costos de producción (incremento de los rendimientos de máquinas, reducción del desperdicio, tercerización de procesos, etc.)
  • Mejoramiento del flujo de caja (Tesorería), a través de planes de reducción de gastos operativos y administrativos, reducción de la deuda con terceros, mejoramiento calidad de la cartera (cobro a clientes), ampliación plazos de pago a proveedores, etc.
  • Disminución capital invertido a través de la reducción de inventarios de materia prima, producto en proceso y producto terminado.
  • Mejoramiento en el cumplimiento de entrega a clientes (oportunidad, calidad y precio)
  • Innovación de productos y servicios que apalanquen ingresos adicionales y fidelización de clientes y/o usuarios

Para el logro de cada estrategia el Director General y su equipo de trabajo deben trabajar como mínimo con el modelo PHVA (Planear, Hacer, Validar, Actuar), de tal forma que se genere una dinámica de seguimiento y control periódica que valide los resultados obtenidos frente a la estrategia general del negocio.

 

[1] Gonzalo Viloria


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