El consumidor español

Como continuación a mi exposición del foro, me gustaría centrarme más en el consumidor español y  explicar bajo mi punto de vista su “relación” con Internet.

Definitivamente estamos a años luz de Estados Unidos, Japón y de una inmensa mayoría de países europeos donde llevan muchos años de educación hacia las nuevas tecnologías, lo cual ha creado generaciones que en vez de nacer con un “pan debajo del brazo” lo han hecho con un  portátil.

Asimismo, una legislación mucho más estricta en estos países ha aportado una mayor confianza al cliente que consume por Internet,  el cual ha comprobado todas las ventajas que este medio le aporta y por ello repite.

Sin embargo, yo creo que en España nos queda mucho por hacer y cambiar a todos los niveles, y que existen una serie de factores que condicionan la relación que el consumidor español tiene con Internet:

 

–         Falta de confianza:

Es latente la falta de confianza del español hacia la red, mostrándose reticente a “facilitar los datos de su tarjeta”. Esto fundamentalmente está causado por las numerosas estafas de las que se hacen eco constantemente los medios de comunicación, lo cual pone de manifiesto lo mucho que a este país le queda por hacer a nivel legislativo y de control para evitar  la indefensión que siente el consumidor.

 

–   Nuestro carácter “latino”:

Aunque pudiera parecer absurdo, nuestra forma de ser condiciona enormemente la manera de relacionarnos y, por supuesto de comprar. Al español le gusta “poner cara a quien le vende”, el tú a tú, el contacto, tocar el producto, comparar, preguntar, hasta incluso a veces “que le vendan  la moto”.La compra – venta se convierte en todo un ritual.

Si  además hablamos de servicios la cosa se complica aún más. La industria de viajes está compuesta por un conjunto de actividades intensivas en información. Al contrario de lo que ocurre con otras industrias de bienes tangibles los servicios turísticos no pueden ser inspeccionados en el punto de venta. El turismo implica movimiento, alojamiento, entretenimiento y servicios generales a clientes desde el lugar de origen al de consumo y el destino del turista depende , en gran medida, de descripciones y detalles (información) a la que tenga acceso de forma impresa y/o audiovisual. Hay que vender expectativas, crear ilusiones, y en el mundo virtual tan frío e impersonal, las empresas turísticas deben de buscar “ese valor añadido” que haga atractivo su producto frente al de la competencia que puede tener de manera objetiva  similares características.

 

–    La falta de tiempo:

En nuestra sociedad el tiempo es oro.

Internet es un terreno farragoso donde intentar hacer una elección de compra acertada se puede convertir en toda una aventura. Es un bombardeo de información  por muchas vías simultáneamente que puede volver loco a cualquiera. En este mundo que siempre vamos con prisas el consumidor no dispone de tiempo suficiente para sumergirse y profundizar.

En la industria turística, además, la guerra de precios por Internet está haciendo un flaco favor  al sector. El consumidor tiene que dedicarse en “cuerpo y alma” a indagar en los múltiples buscadores para conseguir el precio más económico.

 

–  El envejecimiento de nuestra población:

España es el país con menor índice de natalidad de Europa. Nuestra población envejece y aumenta el segmento de población que supera la cincuentena.

Este consumidor es el más complicado de captar a través de Internet ya que se une el desconocimiento en su uso, la desconfianza y el rechazo que tienen hacia las nuevas tecnologías.

Sin embargo creo que las empresas deben de prestar una mayor   atención a esta clientela, ya que este consumidor potencial dispone de más tiempo que el resto de la población y de un poder adquisitivo más alto.

He observado desde mi profesión, como este perfil de cliente  prefiere delegar esta labor, aunque sea pagando más,  de manera que se lo den todo hecho.

 

 

Con toda esta exposición no trato de dar una visión pesimista  de la relación del consumidor español con Internet, sino de exponer los temas que a mi entender cualquier empresa debería  de tener en cuenta  si  desea captar clientela nacional.

Creo que tienen una ardua tarea por delante para ofrecer al consumidor español plataformas ágiles y sencillas de compra ,que generen la suficiente credibilidad para que supere todas sus reticencias y le transmitan  la confianza suficiente para probar a reservar y repetir, esto es,  fidelizar.

 

Un cordial saludo.

Gema Peñalver


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