RSC

Todas las modas parecen que son superficiales al principio, pero con el tiempo, algunas acaban imponiéndose, y otras pasan sin dejar rastro.

La primera vez que oí hablar de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) pensé que era una especie de moda. Sin embargo no ha sido así, y en mi opinión, por suerte.

De todas formas, de todo lo que actualmente se engloba como RSC, creo que lo más acertado es el nombre. Responsabilidad Social Corporativa, parece un departamento, un área de la propia empresa. Suena bien.

Pero al mirar veo dos interpretaciones de la misma, que no me convencen. Por un lado se confunde con generosidad. Una empresa regala parte de sus productos, parte de su dinero, de sus beneficios, a una ONG. Por otra veo cierto mercantilismo, decisiones de RSC marcadas por el marketing y el retorno de la inversión. Todas las convocatorias de subvención de una empresa, entre sus condiciones más innegociables, está el que aparezca el logo del subvencionador por doquier, y por supuesto, que dicho subvencionador puede publicar el proyecto al que ayuda de la manera que crea conveniente. Es más difícil encontrar cláusulas en las que busquen la eficiencia del proyecto en el que participan. Os pongo un ejemplo de esto. Dejo a cada uno que juzgue lo que le trasmite la foto.

 

Yo no puedo evitar leer Tú+Cruz Roja=Danone. Los links, sólo leed el titular. Hay cientos de ellos iguales. El último incluso explica que se invirtió el doble en publicidad que en el proyecto.

Link 1, Link 2 , Link 3 y Link 4

Para mí la RSC es exactamente como indica su nombre. Una responsabilidad. Porque quiera o no, la empresa debe corresponsabilizarse de los problemas que aquejan a la sociedad en la que vivimos, porque de esa sociedad vive también la empresa.

Creo que va mucho más allá del ecologismo, del altruismo… Entiendo que mientras en el mundo la injusticia, la falta de derechos y las diferencias y marginaciones campen a sus anchas, tengan el origen que tenga, ni las personas ni las empresas (que viven de las personas) pueden permanecer al margen. Es una responsabilidad, como su nombre indica.

Suena impositivo, quizás. Pero nace de la idea de que nada, ni empresas ni personas, pueden pasar por este mundo sin interferir, sin afectar, sin modificar el propio mundo. Y todo cambio es bueno o es malo. O aceptamos que la indiferencia es una opción legítima, o debemos actuar con responsabilidad, sin elección.

Cada vez que lo pienso me doy cuenta que en casi todo lo que hago soy un indiferente. De todas las cosas que hago al día, en casi todas, soy absolutamente indiferente a lo que ello pueda significarle al mundo.

La RSC empieza en una empresa por la toma de conciencia de ello, de que son parte, hasta ese momento indiferente, de un mundo afectado.


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