La Reputación y Confianza Virtual
En el entorno de las redes sociales, estamos empezando a entender que estamos moldeado nuestro mundo para compartir, intercambiar, arrendar, hacer trueques o cambiar cualquier cosa. Es el inicio de un cambio de nuestra manera de pensar sobre la oferta y la demanda; también hace cambios sobre los valores de confidencialidad para el intercambiando de información en la red.
Solo pensar que en los últimos años, hayamos pasado de confiar en las personas en línea a llegar a compartir información, a confiar a la hora de introducir en la red los datos de nuestra tarjeta de crédito y conectar con extraños en quien poder confiar, para crear toda clase de nichos de mercado a base de personas.
Hay que ser cautos y la necesidad urgente de preguntarnos ¿Cómo asegurarnos que nuestras identidades digitales reflejen nuestras identidades reales?, ¿Cómo controlamos a alguien que se comportó mal para que no lo vuelva a hacer bajo otra identidad?
Con cada compra que hacemos, con cada comentario que dejamos, con cada persona que contactamos, dejamos un rastro de nuestra reputación en la red. Todo esto suma millones de datos de reputación sobre qué tan bien, o qué tan mal, nos comportamos.
Ahora, capturar y enlazar los registros de información que dejamos es un reto que debemos resolver y hace que nos hagamos más preguntas, ¿ no deberíamos ser dueños de nuestros datos de reputación?, ¿qué clase de datos vale la pena usar para que muestren la reputación?, ¿Cómo se medirá tu capital de reputación?, ¿qué tipo de empresas son las que deciden cómo agregar, monitorear y usar tu reputación en línea? ¿Qué nuevos valores reinventarán sobre la manera y forma de pensar?, ¿Cómo se podrá actuar a futuro para cambiar la reputación virtual cuando no sea cierta, o exceda de los límites de la privacidad?
Hay enormes problemas en cuanto a transparencia y privacidad que debemos resolver y legislar, pero al final, debemos poner interés en buscar y recopilar nuestra reputación personal, para de alguna manera tener más control sobre ella, y extraer el valor que contiene.
ADICTOS A REDES SOCIALES: LA ENFERMEDAD DIGITAL
Voy a romper el hielo inaugurando dentro del módulo de entorno social este tema para su reflexión.
La redes sociales no sólo sirven para mostrar fotografías, documentos, mensajes, etc. también se han abierto al intercambio de aplicaciones de terceros no desarrolladas por la propia red. Está demostrado que un adulto pasa más de tres horas al día en internet y un adolescente dos, si a este dato le añadimos que muchas de estas horas se producen en las horas de sueño, una persona tiene riesgo de adicción a las redes sociales.
Además hay que tener en cuenta que a tiro de un clic podemos crear identidades falsas que crean tensión emocional y que favorece la adicción.
Pero el principal problema se encuentran en los adolescentes cuya abstinencia de entrar en la red les puede generar ansiedad e incluso depresión, donde además se encuentran unido muy estrechamente a su teléfono móvil. Basta con que echemos un vistazo cuando estamos en un tren, autobús, un restaurante, etc. como los adolescentes se encuentran literalmente enganchados a esos terminales. Además para estos adolescentes la noticia no es lo que ocurrió ayer sino lo que acaba de ocurrir hace décimas de segundo y consideramos la televisión como un mecanismo de relajación.
Haca algún tiempo leí que una Universidad de E.E.U.U. había estudiado que es mucho más difícil resistirse a las tentaciones de Facebook o Twitter que incluso dejar de beber o de fumar y de hecho ya se están estudiando protocolos para evitar esa adicción. Ya nos familiarizaremos con lo que se conoce como la DIETA VIRTUAL que no es ni más ni menos que enseñarnos a navegar por redes sociales para conseguir una desintoxicación tecnológica.
Además este tipo de adicción tiene importantes impactos sobre todo en el mundo laboral. EN algunas encuestas de ha podido manifestar que el uso de redes sociales como Facebook o Twitter en el trabajo ha afectado negativamente a la productividad en el mismo.
Como conclusión quiero deciros que tenemos que controlar muy mucho el tiempo que permanecemos en la red y que tenemos que empezar a hablar más que de relaciones sociales de relaciones virtuales.
Comunicación y Presentaciones Eficaces
El módulo “Comunicación y Presentaciones Eficaces” me pareció muy bien estructurado y muy bien presentado por el profesor, consiguiendo mantener mi atención de manera continua. Toma en consideración aspectos nunca tenidos en cuenta por mí, como son: hacer un guión escrito, ensayar y controlar el tiempo, trabajar el lenguaje no verbal y control del estrés.
Una vez leído el material de trabajo constato la coherencia entre el mismo, la presentación y el ejercicio práctico. Éste último puso de manifiesto los puntos fuertes y débiles de cada uno de nosotros al ser: primero autoevaluado, segundo evaluado por distintos compañeros y tercero por Jorge. Este ejercicio considero que remachó perfectamente lo trasmitido por Jorge el día anterior.
En consecuencia, su trabajo es un espejo en el que debo mirarme para mejorar los siguientes aspectos y que nunca he hecho:
1º Estructurar la presentación.
2º Realizar de un guión.
3º Practicar las veces necesarias para optimizar el guión y aprendérmelo.
Para: transmitir a la audiencia de forma precisa la información que deseo comunicar el tiempo que tengo asignado.
Ha comenzado el aprendizaje de habilidades
Tras dos jornadas intensas y emocionantes sobre «Comunicación y Presentaciones Eficaces» con Jorge Maidana, teníamos la labor inmediata de reflexionar sobre lo aprendido o, mejor dicho, lo vivido durante estos dos días y plasmarlo en unas líneas en este blog.
A pesar de no tener experiencia en presentaciones en público y pasar la mañana del sábado con muchos nervios y tensión esperando el turno para comunicar una situación concreta en tres minutos de exposición a mis compañeros, me ha encantando la experiencia. Está claro que en nuestra vida laboral no vamos a tener la posibilidad de recibir un feedback de las personas a las que nos dirigimos, por esa razón, creo que la mejor forma de comenzar con ese proceso de aprendizaje es exponiéndonos. Qué mejor forma puede haber que con personas con las que se comparten los mismos miedos e inquietudes y que pueden llegar a empatizar fácilmente con la persona que tienen delante intentando llevar a cabo un «papel teatral» similar al suyo.
Por tanto no sólo quiero quedarme con las herramientas que nos muestran sino con la experiencia de ponerlas en práctica con los propios compañeros.
Comunicar con voz, gesto y mucha planificación
La mejor improvisación es la que nace de una rigurosa preparación. Esta frase resume, a mi juicio, el nudo central de las clases que tuvimos de Comunicación y presentaciones eficaces con Jorge Maidana, profesor del Executive MBA, el fin de semana pasado.
O dicho de otro modo, solo podemos improvisar con cierto éxito cuando tenemos controlados y planificados todos los aspectos en juego: desde el contenido y su narrativa, hasta la escenografía y la iluminación. Tomar el máximo control del mayor número de elementos, los que dependen directamente de nosotros pero también los exógenos, es la clave para conducir con éxito una presentación pública.
Somos seres sociales por naturaleza, pero ordenar, expresar y transmitir con eficacia el mensaje deseado a otras personas es muy complejo. En la clase de Maidana pudimos comprobar el gran número de factores que actúan sobre el objetivo de comunicarnos con cierta estrategia en un entorno profesional.
A esto se añade que el sistema educativo español no prepara esta habilidad de una forma expresa y como sí hacen otras tradiciones como la norteamericana, lo cual hace que tengamos un déficit importante a la hora de exponer en público. Ni siquiera es un problema exclusivo de la etapa escolar. Puedo decir que tampoco se ha potenciado como debiera en los estudios de Periodismo. Yo misma pasé por la carrera (UCM) sin pisar un plató de radio o televisión. Lo tuve que aprender en un entorno no tan tolerante del error como es el terreno profesional, aunque afortunadamente años más tarde mis alumnos tuvieron más suerte en su paso por la Universidad Carlos III. Y estoy convencida de que se les quedó corto.
Sucede que llegamos a la vida profesional con miedos, dudas e incluso pánico escénico. Nos tiemblan las piernas, se nos quiebra la voz y estamos deseando que pase el tiempo para escondernos en algún rincón. De lograr a disfrutar del regalo que supone tener a un número de personas atentos a lo que digamos y el poder de tener la palabra, ya ni hablamos. Llega el momento, se apagan las luces, llenamos el espacio con voz y gesto y el tiempo se detiene. No hay marcha atrás y somos nosotros quienes conducimos la experiencia colectiva. Como decía, todo un regalo.
Por tanto, no cabe duda de la importancia de aprender y desarrollar estas técnicas. Y este tipo de clases al inicio de un MBA es todo un acierto. Más allá de las pautas que aprendimos, lo más interesante de las clases fue ponernos en situación real y practicar con nuestros compañeros. Digamos que someterse al análisis y crítica colectiva tampoco es una habilidad muy patria. Nada más lejos del estilo british, que puede llegar al enfrentamiento dialéctico más enconado sin perder las formas ni mezclar emociones personales.
Pero sin duda, lo más beneficioso fue el ejercicio de análisis interior a partir de las observaciones del grupo. Conocerse a uno mismo es mucho más que un aforismo griego o el slogan clásico de los libros de autoayuda. Es el punto de inicio de cualquier aprendizaje.
En mi caso concreto, a pesar de tener cierto rodaje en hablar en público, no solo por llevar más de doce años como profesora sino por mi experiencia habitual en auditorios muy diversos (YouTube es implacable), fue una constatación de que siempre es la primera vez. Los actores saben mucho de ese escalofrío antes de salir a escena. Reconozco que las horas de vuelo hacen y hacen mucho, dan tablas, aportan serenidad y ayudan a consolidar un estilo propio. Pero siempre es mucho mejor aprender desde la técnica y no solo desde el rodaje, se mejora a más velocidad y se eliminan muchas angustias del camino.
A mí personalmente no me gusta nada verme en pantalla y no practico el buen hábito de revisarme y aprender de mis errores. Gracias a la clase de Maidana he sido consciente de esa necesidad de enfrentarme a mí misma mirándome en el espejo de los otros – o de YouTube :). Y el espejo dice que hay tanto por mejorar…
En cualquier caso, creo que hay un elemento aparte de la preparación que es clave para todo comunicador: la naturalidad y, muy asociado a ella, la credibilidad y, en cierta forma, el carisma. En definitiva, transmitir con las palabras, pero también con los ojos, con la convicción sobre el mensaje, con la emoción… Y en caso de emergencia, sonreir y ser uno mismo.
Todo esto, y seguramente mucho más que irá aflorando cada vez que lo pongamos en práctica, es lo que aprendimos con Jorge Maidana, sus recomendaciones y su forma de evaluar nuestra práctica. Aprendimos que la mejor improvisación solo puede nacer de la rigurosa planificación.
Los valores en la comunicación
Hace 5 meses, cuando definitivamente me decidí a dar el paso y apuntarme a esta aventura, parecía que no iba a llegar nunca ese día. Situación que, dada la velocidad con la que vivimos actualmente, tengo que reconocer que me causó cierta ansiedad. ¡¡Me podían las ganas de comenzar!! Y, de repente, sin casi darnos cuenta, comenzamos.
Es cierto que todavía es pronto para hacer un juicio o balance, pero sí que es el momento de describir mi primera impresión, que no es otra que ¡¡MARAVILLOSA!!
Por muchas vueltas que le di a como iba a ser este momento, no me llegué a imaginar, ni en el mejor de mis sueños, que el comienzo iba a ser tan apasionante, hecho que no hace más que incrementar mis ganas de seguir profundizando más y más en cada uno de los aspectos que tratemos.
Dentro del conjunto de habilidades que estamos tocando o vamos a tocar hay un aspecto que, al menos yo al apuntarme, no tenía en mi lista y del que tras un par de pinceladas en estas dos semanas me parece fundamental. Es la necesidad de tener valores y ser consecuente con ellos tanto en la vida personal como profesional.
Personalmente, considero que éste ha sido uno de los principales causantes de la actual crisis en la que nos encontramos. Sin duda, la crisis actual es una crisis económica y es fundamental resolver la situación económica para salir de ella.
Sin embargo, si ahondamos en el origen de las distintas decisiones que se han ido tomando en los últimos diez años, observamos que, por encima de todo ha primado un afán lucrativo excesivo, no sólo de los bancos/entidades financieras/gobiernos… sino también por parte de la sociedad quien, en muchos casos de manera irresponsable, se ha endeudado muy por encima de sus posibilidades para llevar un tren de vida que no se podía permitir.
Ahora nos lamentamos ya que la situación nos obliga. Sin embargo, el único camino para salir de ella es recordar una serie de valores de la época de nuestros padres y que parecían olvidados: sacrificio, esfuerzo, tesón, integridad… en definitiva, creo que todos ellos se podrían resumir en compromiso para poder sacar la situación adelante, olvidándonos de los posibles réditos a corto plazo, y así volver a confiar en el que tenemos enfrente.
Por este motivo, me encantó la manera en la que terminamos este viernes la clase de Comunicación Efectiva. En la última diapositiva, tras una clase 100% técnica en la que estuvimos analizando las distintas técnicas que son necesarias llevar a cabo para una correcta comunicación, aparecían las cinco claves de la comunicación. Y las claves no eran otras que: coherencia, confianza, control, compromiso y conversación.
De un plumazo, se ve que ninguna de ellas es técnica, sino que hablan de cómo tiene que ser uno mismo y cómo ha de ser hacia los demás. En primer lugar, uno ha de ser coherente en todos los ámbitos de su vida, hecho que exige que tenga control de uno mismo, lo cual le va a generar la confianza suficiente para verse capaz de asumir cualquier reto. Y, para alcanzar cualquier reto es necesario estar comprometido al 100% y confiar en las personas, para lo que es fundamental conversar con ellas.
El arte de comunicar: Toda una historia de preparación
Pies fríos, sudores, el corazón late con fuerza, voz titubeante, soledad… ¿has sentido alguna vez esas sensaciones? Sí, estás frente al público y te dispones a realizar una exposición, a “vender” tu idea. Todas las miradas, la mayoría desconocidas, se focalizan en ti. ¿Qué ocurrirá?
Has llegado pronto al escenario, compruebas la sala, preparas las luces, ajustas el sonido… Aprendiste hace tiempo que el control de la situación calma tus nervios y aumenta tu espontaneidad. Hay un duro trabajo detrás y quieres que todo salga perfecto.
Llegan los primeros invitados e intentas interaccionar con ellos. Sabes que conocerles un poco mejor te ayudará. No descartas que en algún momento te encuentres algo angustiado y tengas que recurrir a esa cara amiga que te dé seguridad e incluso; si la situación lo requiere, le harás intervenir. Habrás descansado unos instantes desviando la atención hacia él.
Todo el público en sus asientos, faltan escasos dos minutos y pasan por tu cabeza algunas de las ideas que ensayabas minuciosamente mientras tu mujer, sentada en el salón, te escuchaba con paciencia. Tienes claro que comenzarás con la cabeza alta, bien erguido y mirando a la cara con una voz más lenta de lo habitual, pero potente.
Tus primeras palabras hablan de ti y te permiten ganar confianza. Rápidamente, das paso a alguien del público; necesitas descargar la adrenalina que llevas dentro. Ha pasado el momento más duro y empiezas a sentirte mejor. Tus nervios van desapareciendo y crees cada vez más en ti. El público lo nota y sientes cómo se van enganchando a cada una de tus palabras. Ya no hay vuelta atrás, ha comenzado el espectáculo.
¿Cuál es el porcentaje de éxito de esta historia? Después de las dos jornadas de trabajo con el profesor Jorge Maidana, donde fueron tratados los aspectos más importantes de las ponencias en público, estoy convencido que es muy elevado. Aquí, el trabajo de preparación de la ponencia toma un valor esencial. Hablo de esas pequeñas cosas que te hacen ganar seguridad, suavizando el largo camino hacia el éxito.
¿Somos quien creemos que somos?
Me llamó la atención en la clase del sábado con el profesor Jorge Maidana, que hubo un compañero que tras realizar su exposición en público como parte del ejercicio de comunicación, insistía en que a pesar de que tenía experiencia hablando en público y de que pudiera conocer la materia que exponía, siempre se ponía muy nervioso. El profesor fué rotundo: tienes que pensar, analizar, y descubrir la causa por la que siempre te pones tan nervioso.
Al finalizar el ejercicio, era común entre todos los compañeros mostrar sorpresa cuando recibíamos las observaciones del profesor y del resto de la audiencia. No éramos capaces de ser conscientes de que estábamos exponiendo con un volumen de voz demasiado bajo o con las manos en los bolsillos o con postura rígida o mirando siempre a la chuleta.
En mi opinión, ésto es representativo de lo poco que a veces podemos llegar a conocernos, o lo diferente que nos vemos respecto a cómo nos ven los demás.
Creo que la capacidad de comunicarnos con los demás de forma eficaz se puede mejorar si llegamos a conocernos lo mejor posible, en todos los ámbitos, reduciendo el «area ciega». Las personas tenemos un aprendizaje social, por lo que nos ayuda tener «feedback» o retroalimentación de los demás, que nos proporciona información sobre lo que sabemos de nosotros mismos y cómo nos ven los demás.
Además de la «Ventana de Johari», hay otras herramientas para ayudarnos en ésta labor del autoconocimiento, para descubrir nuestras fortalezas y nuestras áreas de mejora. Por nombrar algunas, la evaluación DISC o el Feedback 360º.
¡Qué ganas de llegar hasta Tarifa!
¿El mejor ejemplo? Es como aprender a conducir… cinturón de seguridad, doble pendrive, pisa el embrague, modula tu tono, cambia de marcha, dirige bien tu mirada, espejo retrovisor, maneja bien las manos, frena, suelta el mensaje… son tantas cosas las que se deben tener en cuenta… y yo me quedo sin aire nada más empezar, que debe ser ¡como quedarse sin gasolina! No hay manera de seguir.
Sin embargo, lo emocionante en mi caso es que está todo por aprender, así que lo que quiero compartir hoy con vosotros es la recopilación de los “trucos” que PARTIENDO DE UNA GRAN PREPARACIÓN nos ayudarán a pisar el acelerador.
En primer lugar llega puntual, no, mejor, con tiempo y, esto me encantó Jorge, “toma posesión del espacio”, prepara el lugar para sentirte cómodo, a tu gusto, prepárate una “guarida” a la que volver en caso de necesitar un área de descanso. Nada más empezar, pásale la pelota a tu audiencia, crea un vínculo de confianza con las personas con las que vas a compartir ese tiempo de reunión o de exposición y aprovecha para relajarte (¡y respirar!). Un par de datos personales y algún chascarrillo (si eres gracioso) es suficiente y para de verdad conectar, trata de mantener ese intercambio mediante preguntas o alusiones al público durante la presentación. El humor y el dinamismo siempre son bienvenidos.
Si te quedas en blanco, debes llevar preparada una salida, propuesta: solicita a alguien que te haga un resumen de lo dicho hasta ahora o pregunta si te siguen bien el ritmo (y revisa de reojo la diapositiva o los papeles).
Considera los vídeos como un descanso para tomar aire (literal) y continuar con fuerza.
Prepárate varias salidas en la presentación al final de los módulos, “un puente hasta el final” que te permita acabar con dignidad en caso de que el ritmo no sea el esperado y debas acabar la exposición sin acabar las diapositivas.
Para asegurarte de que el mensaje llega, empieza por el final, desvela el resultado sin aburrir con el proceso, insiste en el objetivo durante y al terminar.
¿Realmente llegaré a presentar sin repasar cada de uno de estos y todo el resto de puntos que se deben tener en cuenta ? ¡Pues que ganas de coger el coche e irme hasta Tarifa! Porque ahora mismo y después de la experiencia del sábado no me atrevo ni a salir del parking… Así que, compañeros, os invito a mi viaje personal, sin duda uno de los grandes retos que tengo para este Master.
Comenzó el viaje
Hace unas semanas iniciamos el viaje que espero nos lleve por un camino de enseñanzas, descubrimientos y experiencias. Personalmente tengo que decir que las primeras escalas han cumplido sus expectativas con creces y a mi me han enganchado a continuar con ilusión.
La mayoría estamos aquí para aprender nuevas habilidades o reforzar las que tenemos y para ello somos esponjas que absorbemos todos los conocimientos que los profesores nos transmiten en sus clases. Pero creo que no nos debemos centrar solo en eso, cada compañero es un libro lleno de experiencias y conocimientos que deberíamos descubrir para enriquecernos tod@s de tod@s.
Nos vemos en el camino.