Legislación y redes sociales
Las redes sociales invaden nuestras vidas. Esto, es un hecho. A día de hoy, no hay persona que no tenga una cuenta en Facebook, Twitter, las dos o incluso alguna más. En ellas compartimos infinidad de información personal, tales como amigos, fotos, intercambiamos información a través de muros (post) y mensajes privados,… Sin embargo, ¿nos hemos parado a pensar lo expuestos que estamos al tener nuestra vida colgada públicamente en la red? ¿Cómo nos ampara la ley ante cualquier uso mal intencionado que se haga nuestro en la red? Es más, ¿podemos llegar a enterarnos de que nos suplanten la identidad?
http://www.youtube.com/watch?v=vmKNVho5imA. Además de las aventuras de nuestro amigo del video, nos encontramos con una realidad completamente opuesta a la que teníamos hace escasos 10 años, llegando al punto en que tu vida en las redes sociales es motivo tanto de contratación como de despido en una empresa.
En España, las dos leyes principales que regulan este apartado son la Ley de Protección de datos y la Ley de Propiedad intelectual. En ellas se recogen distintos aspectos, que indican cómo se ha utilizar la información persona así como otros puntos como el que un menor de 14 años no puede subir ningún contenido a una red social sin el consentimiento de sus padres. Pero, ¡oh paradoja! ¡¿Cómo se controla éste aspecto si para darte de alta solo se necesita indicar una cuenta de correo electrónico y aceptar unas condiciones de uso?
Adicionalmente, la legislación actual está principalmente enfocada hacia el uso que puede hacer la empresa (en este caso la red social) de tu información y no tanto al uso que puede realizar otra persona de la misma, por lo tanto, nos encontramos con casos de suplantación de identidad, de faltas al honor, calumnias, injurias,… realizados entre usuarios que son muy difíciles de detectar y, mucho más de juzgar. Inclusive, puede encontrarte con información tuya subida por otros usuarios sin tu consentimiento.
Ante esta situación, no nos queda más remedio que admitir que, es gran virtud de Internet, que es el poder llegar de manera fácil y rápida a cualquier persona, en este caso , como usuarios, juega en nuestra contra, ya que la legislación no es igual de ágil y, siempre, va a ir un paso por detrás.
En el reverso de la moneda nos encontramos, además de una población ávida de compartir sus experiencias como si de un “reality” se tratara, al mercado empresarial que ha encontrado en las redes sociales un nuevo canal para potenciar sus ventas de manera sencilla y barata y que no está dispuesto a renunciar a él, sino más bien todo lo contrario.
Por estos motivos y, ante la indefensión real que tenemos en “nuestras vidas digitales” solo nos queda el escudo de nuestra responsabilidad personal para decidir dónde quiero estar, qué quiero mostrar de mi y qué grado de exposición quiero tener ante el resto de mundo.
Finalmente, os quisiera dejar un artículo que he encontrado en Internet y en el que se reflexiona sobre esta realidad y donde se plantea el crear un marco legal específico para las redes sociales. Esperemos que así sea…