El miedo escénico

“Todo aquello que le ocurre a mi cuerpo y mente a la hora de hablar en público” o dicho de forma resumida y más técnica “miedo escénico”.

Esta es sin duda uno de las dificultades a las que nos podemos enfrentar a la hora de una presentación en público, especialmente cuando de alguna forma los que nos escuchan y observan deben juzgar de alguna forma lo que estamos haciendo.

Mucho se ha escrito sobre como hacer frente a este problema, pero quizás la mejor forma de combatir este “temor teatral” es precisamente con algo que los actores utilizan a fondo: la preparación, no dejando lugar a la improvisación más allá de lo necesario.

Este enfoque, basado en la existencia de un guión preconcebido y muy trabajado de cómo queremos desarrollar la presentación, es un elemento clave para dar robustez a nuestra presencia, de tal forma que sepamos que, salvo imprevistos mayores, lo que vamos a narrar saldrá de forma espontanea envolviendo a la presentación de un halo de naturalidad. De esta manera, conseguiremos que, cualquier pequeño tropiezo que podamos tener, tanto nosotros como nuestro público lo vean como algo normal, de la misma forma que cuando nos reunimos con un grupo de amigos para contarles una historia ¿o acaso no es precisamente una especie de historia lo que estamos intentando hacer llegar a nuestro auditorio?


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