EL LOBO CUIDANDO LAS OVEJAS

Después de darle vueltas durante varias semanas me he decidido a escribir sobre un tema de bastante actualidad desde hace varios meses y que con las recientes imágenes sobre la muerte/linchamiento de Gadaffi ha vuelto a ocupar las portadas de los principales medios internacionales.

A modo de resumen, la llamada “primavera árabe” se inició con la inmolación del joven tunecino Mohamed Bouazizi. Este hecho sin ningún tipo de trascendencia a nivel mundial fue el detonante del inicio de las protestas por parte del pueblo tunecino que llevaron al derrocamiento de la dictadura de Ben Ali en tan solo varias semanas tras casi 25 años en el poder.

Estos acontecimientos, en principio aislados, produjeron un efecto llamada en la gran mayoría de países árabes obligando a sus mandatarios a anunciar reformas para intentar calmar los ánimos. Las protestas, lejos de aplacarse, se intensificaron, con las particularidades de casa país, desde el desenlace pacífico de Egipto, con la dimisión del dictador Hosni Mubarak, con síntomas de guerra civil como Libia, con la ejecución “pública” del dictador Gadaffi, hasta la situación Siria de incierto final.

Pero estos acontecimientos no aparecen de un día para otro. Analicemos la situación real de la mayoría de los países árabes.

1. Crisis Económica

La crisis global que afecta al mundo desde hace años está afectando de mayor manera en los países menos desarrollados. Estas economías, entre las que se encuentran la mayoría de los países árabes, con una fuerte dependencia de su sector primario no han podido soportar el aumento de los precios de las materias primas básicas para el desarrollo de su economía y con un impacto brutal en la vida diaria de las personas.

2. Redes sociales

Internet y las redes sociales son un fenómeno global que no conoce fronteras y con una fuerte implantación no solo en los países occidentales o económicamente desarrollados pero también en los países menos desarrollados. A esto se añade el alto nivel de represión de estos países que lleva a usar Internet en todas sus aplicaciones como medio evasor a la censura institucional.

3. Analfabetismo

El analfabetismo secular es tristemente uno de los mayores problemas común al mundo árabe. Solamente una elite minoritaria tiene acceso a una educación abierta y de calidad, casi siempre en universidades europeas o americanas, dejando al grueso de la población a merced de una educación institucional basada en la religión, más o menos fundamentalista, y en la censura.

4. Religión

La religión es uno de los principales, y más efectivos, instrumentos de control y manipulación de la población. En el caso árabe es uno de los más eficaces medios usados por los dictadores para mantener al pueblo bajo una constante amenaza y represión, priorizando el “otro mundo” para justificar las penurias del día a día de la población.

5. Recursos Naturales

Por suerte, o por desgracia, un denominador común a los países árabes son sus recursos turísticos y petrolíferos. Lamentablemente estos recursos no se utilizan para generar empleo y mejores condiciones de vida de la población. Los beneficios se reparten entre la élite y afines al poder.

¿Y a dónde quiero llegar?, paciencia querido lector. La posición cínica de los países occidentales, especialmente las potencias europeas, ha dejado una vez más mucho que desear. Europa por proximidad, historia y factores económicos debería haber tomado el liderazdo de la acción internacional en relación a las acciones tanto económicas como militares a llevar a cabo en los países en conflicto. Los dictadores árabes, en muchos casos respaldados por las potencias occidentales, han pasado de ser mandatarios “amigos” a crueles dictadores en cuestión de días, algo difícilmente defendible de cara a la opinión pública.

¿y ahora qué?

La facilidad con la que desde los medios de comunicación o mandatarios occidentales se habla de transición y democracia refiriendo al futuro de las naciones árabes liberadas, me crea, cuanto menos, intranquilidad.

Las primeras noticias que nos llegan de Libia referentes a la implantación de la ley islámica como base fundamental del gobierno nos hace presagiar lo peor.

En unos meses la primera árabe se terminará, en muchos países estas revueltas se habrán olvidado y el dictador de turno, o nuevo gobierno “democrático” seguirá gobernado con el respaldo o consentimiento por omisión de las naciones extranjeras y en los pocos países que los cambios han sido efectivos, Túnez, Egipto y Libia, el giro hacia el extremismo religioso no se ha hecho esperar. ¿En estas condiciones algún puede pensar en una democracia real?

En mi opinión el paso hacia la democracia sin cimientos sociales es muy peligroso. El coctel anafabetismo, fundamentalismo religioso, disputas tribales y crisis económica es lo suficientemente peligroso para mirar con escepticismo el futuro árabe.

¿pondrías a un lobo a cuidar de tus ovejas?

Nota: He seguido con especial interés y en primera personas las revueltas árabes, en particular en caso Egipcio, por el conocimiento en primera persona del entorno socio/cultural del país. Por circunstancias laborales viví 3 años (2002-2005) en Egipto. He mantenido contacto con los compañeros egipcios durantes estos años y en particular durante los últimos meses.


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