¿Cómo controlar los nervios en una presentación para que nuestra intervención sea un éxito?
Tras nuestra intervención en la jornada práctica del módulo de Comunicación y Presentaciones Eficaces, muchos de nosotros hicimos un comentario común: “Estaba muy nervioso…”. Fue una impresión generalizada.
Dicen que el miedo a hablar en público es uno de los temores más extendidos en la sociedad occidental. A muchas personas les cuesta ponerse delante de una audiencia y transmitir de forma convincente ya sea ante un gran oratorio, en una pequeña presentación o incluso una simple exposición práctica ante nuestros compañeros. Pero no debemos preocuparnos ya que existen sencillas herramientas para poder controlar nuestros nervios y que podremos poner en práctica a lo largo de este master.
Hay muchas variables a controlar, básicamente podemos comenzar por dos grupos:
- Preparar a conciencia la presentación:
Hay que ser metódico y previsor en este sentido. Cuanto más preparemos y ensayemos la presentación, menor será nuestro temor a hablar en público. Improvisar no suele ser buena idea.
- Controlar los nervios durante la presentación:
Debemos controlar el nivel de ansiedad para transmitir seguridad y evitar que nuestro discurso se vea deslucido por los nervios. Existen sencillas técnicas de control de la ansiedad que podemos seguir:
- Relajación muscular previa,
- Visualizarnos realizando con éxito la presentación, es decir, proyectar en positivo,
- Beber un trago de agua antes de empezar a hablar (desaparecerá la sensación de boca seca),
- Respirar profundamente muy despacio antes y durante nuestra intervención,
- No dejar de repetirnos: “me va a salir bien”, “yo puedo hacerlo bien”, “lo he preparado a conciencia”…
- Y por último, durante la presentación, pase lo que pase: ¡sonriamos!.
Trabajando la preparación de la presentación, ensayándola a conciencia y siguiendo estas sencillas pautas para controlar nuestro nivel de ansiedad, todos los “nerviosos” del grupo vamos a poder mejorar nuestras intervenciones en próximas presentaciones. ¿Lo ponemos en práctica?