Paraísos Fiscales
Cuando escuchamos las palabras Paraíso Fiscal a casi todos nos viene a la cabeza términos como fraude fiscal, blanqueo de dinero y en general asimilamos Paraíso Fiscal a ilegalidad y delito. Pero debemos distinguir entre fraude fiscal que es una falta consciente contra las normas establecidas, y como tal ha de desaprobarse pues constituye un delito y la evasión fiscal que se trata de organizar el patrimonio de tal manera que, sin dejar de respetar la ley, se tribute lo menos posible.
Las empresas realizan su actividad con el objetivo principal de maximizar sus beneficios y, por tanto, la minimización de la presión fiscal a la que se encuentran sometidas puede considerarse una palanca más en el camino hacia la consecución de sus objetivos. En un mundo en el que cada día las empresas se encuentran más internacionalizadas y prestan servicios de manera global parece lógico aceptar que éstas se puedan establecer en aquel lugar que resulte fiscalmente más ventajoso y que este hecho no solo fomente la competitividad entre las empresas sino que a su vez genere competencia fiscal entre los estados que haga atractivo el establecimiento de empresas en los mismos. Todo esto es válido siempre y cuando se respete y se cumpla estrictamente la legislación vigente.
Como curiosidad sobre paraísos fiscales, el Principado de Liechtenstein, situado entre Suiza y Austria los bajos impuestos han llevado a aproximadamente 73.700 compañías a establecer oficinas nominales allí y constituye el único país del mundo que tiene prácticamente el doble de empresas que de habitantes