La sociedad americana

Hola a tod@s,
Como ya sabréis la mayoría,  llevo ya casi diez años trabajando fuera de España y desde hace ya siete, residiendo en EEUU. Para no herir ninguna susceptibilidad, debo comentar y aunque no tenga especial relevancia para este blog, que de estos siete años en EEUU, seis han sido en Puerto Rico. Dicho lo cual, cada cual que piense lo que quiera sobre el status de la isla como Estado Libre Asociado, pero para mí y el departamento de Inmigración me avala, llevo siete años en EEUU.
Dejando este tema político-colonial atrás, debo comenzar diciendo que en todos estos años he trabajado con la misma empresa (y tal y como están las cosas, Virgencita que me quede como estoy…) y puedo decir que estoy casi seguro de saber lo que la empresa espera de mí como su trabajador y representante en algunos foros y hasta ahora sigo intentando ponerlo en práctica. He tenido la suerte de formar parte y también de liderar, dependiendo de las circunstancias y del puesto desempeñado en cada momento, equipos muy diversos y he tenido la suerte de depender siempre y sin excepción de jefes que han sido verdaderos líderes, a los cuales les estoy inmensamente agradecido y de los cuales he podido aprender lo poco o mucho que hasta ahora sé. Sirva este blog de homenaje a todos ellos.
Como líder, entiendo lo que la empresa espera de mí y se las armas de las que me provee para poder lograrlo, porque sin su respaldo no podría. Me ha enseñado muchas cosas en materia de liderazgo, motivación, etc. y de la mayoría de ellas ya hemos hablado en los foros de discusión, pero una que se nos ha escapado y que definitivamente me ha enseñado ha sido la de desconfiar. Cuando me siento en una mesa de negociación parto de la premisa y si alguien cree que no estoy en lo correcto, por favor que me avise, de que la persona o grupo de personas que tengo enfrente no me van a decir toda la verdad. Y he llegado a esta conclusión porque yo tampoco muestro mis cartas. ¿Es esto mentir? o ¿son estas tácticas engañosas?, no lo creo.
Desde que estoy en EEUU (y aquí no incluyo a Puerto Rico porque en eso si se deben diferenciar) me he podido percatar de que la desconfianza es un atributo del que la gente en general carece. La sociedad tiene normas y el funcionamiento de la misma se basa en el cumplimiento de estas. A diferencia de España (Spain is different…), las normas aquí se cumplen y los integrantes de esta sociedad están orgullosos de cumplirlas. Para el individuo, pagar impuestos, cumplir y hacer cumplir la ley, etc., como el valor en la antigua mili, se le supone. Carecen de lo que nos gusta llamar y de lo que tanto nos gusta presumir de carácter latino. La sociedad se basa en la confianza mutua y por ahora, con sus altos y sus bajos, y en mi opinión, por lo general funciona mejor que la nuestra. Lo que yo antes desde fuera podía considerar discriminación hacia los extranjeros, lo veo ahora como repulsa a todos los que no cumplen las normas, sean nativos, extranjeros, rojos, negros, azules o verdes.
Y lo mismo pasa en mi negocio, la construcción. Se supone que cuando alguien te está hablando te está diciendo la verdad. En una negociación, partes de que lo que vas a decir y oír es la verdad. Otra vez la confianza. Creo que ha sido tan grande el pastel que se han repartido en todos estos años que no han necesitado más. Me gusta cómo son y me gustaría que todos fuéramos así, pero por ahora es una utopía.
Creo en que se deben cumplir las normas y me gustaría poder llegar a pensar que todo lo que oigo es verdad, pero por ahora sigo desconfiando y me puedo seguir aprovechando de ello.
Un saludo y hasta otra.


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