Qué es la empresa. Qué significa ser emprendedor y ser empresario en Proyectos de negocio

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Wikilibro: Proyectos de negocio > Capítulo 1: Iniciativa emprendedora

Sección 2

Qué es la empresa. Qué significa ser emprendedor y ser empresario
La empresa. Funciones básicas, estructura organizativa y el ecosistema empresarial


La empresa es una organización social, formada por la unión de personas que aportan recursos para conseguir una serie de objetivos regidos por una serie de principios y responsabilidades y que operan en el mercado.

La empresa debe encontrar su justificación de existir, no sólo por la capacidad de producir bienes y/o prestar servicios de utilidad, innovadores y diferenciados, orientados al mercado, es decir, a los clientes; sino también porque contribuye al desarrollo económico sostenible de la sociedad en la que se relaciona.

La empresa se desenvuelve dentro de un contexto o entorno amplio, en el que intervienen factores de ámbito general (macroentorno) y factores de ámbito más específico (microentorno).

Y se diferencia de otro tipo de organizaciones:

  • por la búsqueda de la rentabilidad, fundamentalmente económica, pero sin descuidar la rentabilidad social y medio ambiental, y
  • por el interés por el crecimiento de la misma.

Según una de las definiciones de Wikipedia:

Una empresa es un sistema que interacciona con su entorno materializando una idea, de forma planificada, dando satisfacción a demandas y deseos de clientes, a través de una actividad económica o comercial.

La función básica de la empresa

La empresa es la organización donde el emprendedor desarrolla una actividad económica, en la que materializa una idea que satisfaga las necesidades y deseos de los clientes. A través de la empresa, el emprendedor añade valor a productos y/o servicios destinados a determinados clientes.

Pero además de los clientes, hay otras personas o entidades que conforman el entorno de la empresa que también deben ser tenidas en cuenta:

  • El emprendedor puede necesitar capital para materializar su idea. Puede aportar sus propios recursos económicos (dinero, local, maquinaria, etc.), pedir crédito a una entidad financiera, buscar socios o ángeles inversores que aporten los recursos necesarios para acabar de materializar esa idea. Estos últimos, corren el riesgo empresarial con el emprendedor y la recuperación de su inversión dependerá de los resultados de su actividad.
  • El emprendedor puede aportar su trabajo personal, pero puede necesitar la colaboración de otras personas, trabajadores empleados, a tiempo completo o parcial, a los cuales habrá que retribuirles con un compensación económica, o salario, a cambio de su trabajo.
  • También la sociedad, el estado, las comunidades autónomas y locales están interesadas en el buen funcionamiento de la economía en general y en particular de las empresas, pues contribuye al desarrollo económico y social. Y las decisiones de estos organismos y entidades afectan a la empresa, como por ejemplo: la legislación fiscal en materia impositiva, la legislación mercantil en la regulación de las sociedades capitalistas, la legislación laboral en lo referente a contratación, etc.
  • Los proveedores, son otro elemento externo a la empresa pero relacionados con ella, ya que ofrecen materias primas, equipos, servicios, etc, y desean realizar intercambios interesantes para las dos partes.
  • El sector, con intereses externos comunes, y los competidores, con intereses contrapuestos, son más elementos del entorno de la empresa en los que tiene una relación de colaboración y antagonismo.

La empresa es pues un sistema que influye en todo su entorno y que, a la vez, está influido por todos los elementos de dicho entorno. Es un sistema abierto, que interactúa, que intercambia con el entorno.

En definitiva, la empresa crea valor para todos los interesados en ella. Recibe la gestión del emprendedor, el dinero de los socios y/o ángeles inversores, el trabajo de los empleados y/o colaboradores externos, el marco socio-económico, los suministros de los proveedores, la información del sector y la demanda de los clientes.

La empresa devuelve su propia existencia a su impulsor, al emprendedor ahora empresario, mediante la retribución al capital aportado, la remuneración a su trabajo, el desarrollo económico a la sociedad, los pagos a los proveedores, las relaciones con el sector y la satisfacción con los clientes.

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La esctructura organizativa de la empresa

La empresa es una unidad económico-social, integrada por recursos humanos, materiales y técnicos, con el fin de conseguir un determinado objetivo. Para que funcione de forma efectiva y logre sus objetivos, debe actuar como un “todo” unitario pero estructurado de forma organizada, donde cada área de actividad realiza su función pero coordinada de forma equilibrada con las otras.

El emprendedor materializa una idea que, con la aportación de su trabajo y capital, produce bienes y/o servicios que responden a la demanda y expectativas de unos determinados clientes, generando, al mismo tiempo, empleos ajenos, beneficios, intercambios comerciales y satisfacción de deseos y necesidades.

En esta estructura organizativa entre las principales áreas funcionales, podemos destacar las siguientes:

  • Área de producción: integrada por todas aquellas funciones relacionadas con la producción de bienes y prestación de servicios.
  • Área de ventas o marketing: comprende las funciones comerciales relacionadas con compras y ventas.
  • Área de contabilidad y finanzas: en la que encontramos las funciones contables de la empresa, y donde se establecen las decisiones de inversión, financiación, análisis, planificación y control de la situación económico-financiera.
  • Área de administración y recursos humanos: que engloba todo lo relacionado con el funcionamiento de la empresa, desde las funciones propias relacionadas con el personal, con la protección de las personas y bienes que integran la empresa, con la facturación, pago a proveedores, etc.
  • Área legal: que se ocupa de las obligaciones tributarias y normativa fiscal y laboral que afecta a la empresa.
  • Área de tecnología: que da soporte de software, hardware, instalación de redes, sistemas operativos y de oficina.

Pero no todas las empresas tienen una distribución de áreas tan marcada. En unos casos porque sus dimensiones y número de trabajadores no se lo permite, ya que hay pequeñas empresas, las que coloquialmente llamamos “micropymes”, que incluso sólo llegan a tener un trabajador, el mismo emprendedor, que abarca varias funciones. En otros casos - siendo una práctica cada vez más habitual -, porque externalizan determinadas funciones, es decir, sacan fuera de la empresa algunas de las áreas funcionales (por ejemplo: área legal y contable, la de tecnología, la vigilancia, la limpieza).

Para aquellas empresas que por su tamaño si tienen una estructura organizada de forma jerarquizada y con división de funciones, podemos destacar dos modelos de organización:


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La estructura organizativa de trabajo que tenga una empresa influye directamente en la percepción que pueda tener un trabajador de sus condiciones laborales y en su rendimiento profesional.

Una estructura organizativa muy vertical, con una larga cadena de mando y tramos de control corto, no favorece el trabajo en equipo, por el contrario las estructuras horizontales facilitan mejor el trabajo en equipo.

La estructura organizacional influye en la cantidad de reglas, procedimientos, trámites y otras limitaciones a que se ven enfrentados los trabajadores en el desarrollo de su trabajo.

La representación gráfica de la estructura organizativa de la empresa se hace a través de los organigramas, a través de los cuales nos permiten conocer, de un vistazo, los diversos niveles de dependencia jerárquica.

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