Energía en Eficiencia energética

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Wikilibro: Eficiencia energética > Capítulo 1: Conceptos generales

Sección 1

Energía
Que la energía es imprescindible es algo que nadie duda. Pero quizás, como ciudadanos, somos poco conscientes del incalculable valor que tienen los recursos que, convertidos en electricidad, calor o combustible, hacen más fácil y confortable nuestra vida, y son la llave para que nuestras industrias y empresas progresen, o que exista esa asombrosa capacidad de transportar personas y mercancías.

Consecuencias del consumo de energía

Pese a ser necesario el consumo de energía para mantener y mejorar nuestra calidad de vida, hay que ser conscientes de las consecuencias que ello tiene. Los principales efectos que produce el consumo de energía son tres: el agotamiento de las energías no renovables, la inseguridad en el abastecimiento y el efecto sobre el medio ambiente.

Para ser conscientes del problema del agotamiento de las energías no renovables, es decir, la nuclear y las denominadas energías fósiles (gas natural, petróleo y carbón) baste con decir que aportan el 91% de la producción de energía que necesitamos en España. Estas energías tienen un ciclo de formación de millones de años, por lo que, al ritmo de consumo actual, terminarán agotándose o dejarán de ser, a medio plazo, económicamente rentables.

Con el actual ritmo de crecimiento en el consumo, las reservas mundiales de fuentes de energía, según el Anuario Statistical Review of World Energy 2011 de British Petroleum, se cifran en 118 años para el carbón, 59 años para el gas natural, y 42 años para el petróleo. Las reservas de uranio se estiman entre 70 y 90 años.

Por lo que respecta al medio ambiente, de la transformación, transporte y uso final de la energía se derivan importantes impactos, tanto de carácter local como global. En primer lugar, en la explotación de los yacimientos se producen residuos, emisiones atmosféricas y contaminación de aguas y suelos.

El proceso de transporte y distribución de la energía para su consumo también afecta al medio ambiente: líneas eléctricas, oleoductos y gasoductos, las llamadas mareas negras, con dramáticas consecuencias para los ecosistemas y economías de las zonas afectadas.

La generación de la electricidad con plantas nucleares no produce CO2, pero sí residuos radiactivos de difícil y costoso tratamiento.

Por otro lado, el abastecimiento energético, a partir de las energías fósiles, necesita siempre un proceso de combustión que se produce bien en las centrales térmicas, para producir electricidad; o localmente, en calderas y motores de vehículos. Esta combustión da lugar a la formación de CO2, principal gas de efecto invernadero, y a la emisión de otros gases y partículas contaminantes que dañan la salud.

Hay que tener en cuenta que la producción de energía y su uso, tanto en la industria como en los hogares y medios de transporte, es responsable de la mayoría de las emisiones antropogénicas (causadas por el hombre) de CO2.


Eficiencia e intensidad energética

Como hemos visto, la energía, además de su precio en dinero, tiene un coste social, pues se trata de un bien escaso en la naturaleza, agotable y que debemos compartir. Su uso indiscriminado, produce impactos negativos sobre la salud medioambiental del planeta.

Una de las formas para paliar esos problemas es ahorrar energía, utilizarla de forma eficiente e inteligente, para conseguir más con menos. Si hablamos de la producción de bienes, podemos decir que la Eficiencia es ser capaces de producir más (generar riqueza) utilizando menos energía. De forma paralela, si hablamos de transporte, eficiencia energética es desplazarnos más lejos, más deprisa o más personas o materiales, con sin incrementar el consumo de energía. Es decir, la eficiencia energética consiste en hacer lo mismo con menos consumo de energía o bien hacer más sin aumentar ese consumo.

La eficiencia es una prioridad estratégica en todos los países desarrollados, más en un país como España, con una alta dependencia de suministros externos.

Asumiendo sencillas pautas de conducta, todos y cada uno de los ciudadanos podemos contribuir a reducir sustancialmente nuestros consumos de energía sin renunciar en absoluto al confort, al incremento de la productividad, y al crecimiento económico. Tengamos en cuenta que las familias somos responsables del 30% del consumo total de energía en España, mientras que otro 30% es producido en la industria, siendo el restante 40% del consumo imputable al transporte.

Los países serán más competitivos en la medida en que aumente su eficiencia energética: es decir, en la medida en la intensidad energética sea menor, es decir, que los consumos de energía por unidad de producto producido o de servicio prestado sean cada vez menores. Esto es lo que está sucediendo en todos los países desarrollados, y en particular en el sector industrial.

Sin embargo, en los sectores del transporte y de los edificios, incluyendo los hogares, la situación es diferente, al no aumentar la eficiencia energética como sería deseable.

Documentación de referencia empleada y para ampliación de información

Título del documento
Vínculo
Efectos externos y costes sociales de producción y uso de la energía. Externalidades. Métodos de cálculo y evaluación http://www.eoi.es/savia/pubman/item/eoi:45297:2


Guía Práctica de la Energía http://www.idae.es/index.php/mod.documentos/mem.descarga?file=/documentos_11046_Guia_Practica_Energia_3_Ed.rev_y_actualizada_A2011_01c2c901.pdf
Vídeo de introducción a la eficiencia energética http://www.eoi.es/aula/mod/resource/view.php?id=80614