Aspectos económicos en Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial
Wikilibro: Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial > Capítulo 3: Integrando la gestión de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial en la práctica |
Sección 2
Aunque se suele hacer más hincapié en los aspectos sociales y medioambientales de la responsabilidad social y sostenibilidad empresarial, también las buenas prácticas tienen un componente claramente económico, aunque en ocasiones, éste dé resultado a largo plazo. También es cierto, que la apreciación de los beneficios económicos no siempre es fácil de medir y/o identificar con acciones concretas.
Es por esto que, incluso, la motivación principal para adoptar una buena práctica de responsabilidad social y sostenibilidad puede ser la económica. Reducir el coste de capital Tradicionalmente una empresa tiene dos formas de financiar sus actividades, la financiación propia de sus socios/accionistas, o la financiación de terceros normalmente a través de préstamos. El coste de capital es un concepto financiero y se refiere al ‘retorno’ que espera un inversor de su inversión en una empresa. Si se trata de un accionista, el retorno se calcula como el porcentaje que representa el dividendo pagado dividido por el precio al que el inversor paga por sus acciones. En el caso de un préstamo es el tipo de interés que la empresa tiene que pagar a quien le ha prestado el dinero. Tanto el dividendo para un accionista como el tipo de interés para el prestamista, dependerá de la evaluación de cada uno de los riesgos asociados. Las buenas prácticas de responsabilidad social y sostenibilidad están valoradas positivamente por inversores y accionistas porque conllevan una reducción de riesgos, que a su vez es lo que determina el retorno que exigen de la empresa. Además, hay inversores y accionistas que también exigen un retorno inferior porque tienen en cuenta los beneficios sociales y medio ambientales de la actividad empresarial. El Momentum Project de BBVA, cuyo objetivo es captar inversores para emprendimientos sociales, es un ejemplo de esto. Aumentar ingresos La satisfacción de los clientes es un elemento clave para la competitividad de cualquier empresa. La clientela, de manera tradicional espera de las empresas que proporcionen productos y servicios de calidad, seguros y que satisfagan sus expectativas, que sus acciones publicitarias, comerciales y contractuales sean responsables, eliminando cualquier tipo de práctica engañosa, que presenten, y si es el caso, un servicio post venta, para admitir, tramitar y registrar sus reclamaciones. La incorporación de los clientes como grupo de interés amplía las consideraciones a tener en cuenta en el desarrollo de la relación con los mismos. Considerar los impactos sociales, ambientales y económicos de los productos y servicios ofrecidos permite identificar nuevas oportunidades de negocio además de diferenciar dichos productos y servicios con un valor añadido más allá de las tradicionales variables de relación calidad-precio, permitiendo aumentar directamente la competitividad y los ingresos de la empresa. Por otro lado, participar activamente en el desarrollo de la RSE interna de los clientes es también un factor de competitividad muy importante, especialmente si los clientes son grandes organizaciones con procesos de homologación de proveedores que discriminan positivamente aquellos proveedores con estrategias de RSE implantadas o administraciones públicas, que en los procesos de adjudicación de contratos están incorporando de forma progresiva criterios sociales y ambientales. Reducir costes Una falsa creencia sobre la responsabilidad social y sostenibilidad empresarial es que cuesta dinero. Es cierto que, para conseguir algunos de los beneficios, se requiere hacer cambios y para ello hace falta un esfuerzo añadido, a veces inversiones adicionales también, pero a la larga, todos reportan un retorno positivo para la empresa. La extensión de los compromisos a través de las relaciones comerciales hace referencia a la inclusión, además de los clásicos parámetros de calidad y precio, de parámetros ambientales y sociales en el proceso de homologación de proveedores y subcontratistas haciendo así extensivo el compromiso de RSE de la organización contratante. La gestión responsable de la cadena de suministro, a la larga, reporta beneficios económicos, que a veces pueden ser muy importantes, como:
Existen diferentes maneras para poder hacer partícipes a las empresas proveedoras de la RSE de una organización, entre las que destacan:
Merece la pena una mención especial al tema de los derechos humanos y la cadena de suministro. En un mercado globalizado y tan competitivo, en donde la cadena de suministro y subcontratación, en muchas ocasiones, se ha trasladado a países en vías de desarrollo, asegurar el cumplimiento, como mínimo, de los derechos humanos debe ser considerado como un objetivo prioritario por aquellas empresas que quieran demostrar su responsabilidad social. Dentro de este marco, la ONU en su informe del 2008 "Proteger, Respetar y Remediar: Un Marco para las Actividades Empresariales y los Derechos Humanos", diseñó un marco conceptual para abordar esta problemática dividido en tres partes:
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