La importancia económica de la propiedad intelectual en Propiedad intelectual
Wikilibro: Propiedad intelectual > Capítulo 1: Introducción a la propiedad intelectual |
Sección 2
Una tendencia destacada en las últimas décadas es que la protección de los derechos de PI ha pasado a ser parte integrante del sistema multilateral internacional de intercambios, bajo los auspicios de la OMC (Organización Mundial del Comercio). Junto a los intereses de los autores, y de los intérpretes, concurren igualmente los intereses de la industria que se ha desarrollado, en las últimas décadas, a partir de la comercialización de bienes culturales (libros y revistas, música, cine, televisión…). Los creadores deben quedar protegidos contra la apropiación de sus obras por parte de terceros; y poder disponer de ellas y explotarlas libremente. Esta tutela favorece la innovación, promueve la inventiva, la generación de nuevos conocimientos, al dar mayores garantías al creador de obras originales.
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Cuando hablamos de “Economía Digital (ED)” queremos poner el acento en una característica específica de nuestra economía y nuestra sociedad actuales: el tránsito de los bienes materiales, físicos, propios de una economía industrial, a los activos intangibles o virtuales. Frente a la venta de productos que caracterizaba la economía del siglo pasado, el siglo XXI se define ya por ser la era de los servicios. Frente a la titularidad sobre las cosas, ahora lo relevante es el acceso a las redes; no importa tanto tener, poseer, sino que lo importante es estar, experimentar, compartir... Esto es posible porque la información se puede digitalizar a bajo coste y circula rápida y fácilmente por internet. Los rasgos básicos de la economía digital quedan expuestos con claridad en las conocidas obras de Don Tapscott “Digital Economy” de 1996, y “Digital Capital” de 2000. Algunos ya han sido mencionados: el papel central del conocimiento y la información, los activos intangibles, la digitalización, las redes… Asimismo, Tapscott hace hincapié en aspectos como: - el paso de la tecnología de semiconductores a la de microprocesadores, - el cambio de la computación de tipo anfitrión por la de cliente/servidor, - la introducción de las comunicaciones de banda ancha, - el cambio de los dispositivos de acceso no inteligentes, como el teléfono, el televisor o el PC, a dispositivos de información inteligentes, - la evolución desde la concepción de datos, texto, voz e imágenes en forma separada, al concepto de multimedia, - la sustitución de los sistemas de software propietarios por los sistemas abiertos, - el uso de redes inteligentes en vez de las que no lo son, o - la aparición de nuevos entornos de cooperación, como ocurre con el cambio de la interfaz gráfica de usuario, por la interfaz multimedia de usuario y la realidad virtual. Finalmente, Tapscott no olvida factores como la convergencia a varios niveles, así como la desintermediación y la progresiva desaparición de las diferencias entre producción y consumo, o desde otro punto de vista, entre autores y usuarios de obras culturales. En cuanto a los niveles en que se manifiesta la convergencia tecnológica, Paloma Llaneza sugirió analizarlas en tres planos: las infraestructuras de red (las redes pueden ahora cumplir múltiples funciones, transmitir diferentes tipos de datos), los servicios digitales (cada vez más interrelacionados, y accesibles a la vez desde un solo dispositivo), y los sectores de negocio relacionados (alianzas y fusiones de empresas). Las Industrias Creativas pueden definirse como las actividades empresariales de producción y distribución de productos con contenido simbólico (intelectual, artístico, estético, creativo) para su consumo por el público. ¿Qué rasgos caracterizan a las Industrias Creativas? – Altos riesgos de inversión, resultado de la dificultad de predecir qué productos tendrán más éxito comercial. – Necesidad de gastar más en promoción y lanzamiento de los productos – Elevados costes y tiempo de producción de la obra inicial (prototipo), unidos a costes de reproducción de copias muy bajos: los productos de éxito son desproporcionadamente rentables respecto al resto (“modelo blockbuster”). – Importancia del control en exclusiva de la circulación de los productos, generando una escasez artificial – Generan valor y riqueza mediante la explotación del Copyright, que opera como un monopolio limitado, con sus derechos exclusivos de reproducción, comunicación pública y distribución. - Presencia destacada de la autoridad política y gubernativa: necesidad de regulación, “excepción cultural”, diversidad de políticas locales de cultura…. No existe un único método universalmente aceptado para cuantificar el valor e importancia económica de las industrias creativas, por lo que las estadísticas no son homogéneas, y es difícil comparar los datos de diferentes países. Existen actualmente varios proyectos de normalización. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI, en inglés WIPO) ha desarrollado una clasificación que es aceptada en muchos países para las industrias que se apoyan en la explotación de derechos de PI (copyright-based industries). Éstas aparecen ordenadas en cuatro grandes grupos: – Core copyright industries (industrias núcleo) son las industrias culturales más características, y están completamente comprometidas con la creación, producción, fabricación, comunicación, representación, exhibición, distribución y venta de obras protegidas por los derechos de PI. También son denominadas industrias culturales y creativas (ICC). Cubren las áreas de • (a) creación y producción; • (b) ejecución en directo, comunicación y exhibición públicas (medios intangibles de difusión); y • (c) distribución, alquiler, venta de soportes/copias (medios tangibles de difusión). Son industrias núcleo (o ICC): las editoriales (publicaciones, prensa, literatura), las dedicadas a la música en general, el teatro, y la ópera, las dedicadas al cine, TV, audiovisual, radio, fotografía, videojuegos, los programas de ordenador, bases de datos, artes gráficas y visuales, arquitectura, publicidad, y la gestión colectiva de derechos de PI, así como al patrimonio histórico y cultural, bibliotecas, museos... – Interdependent copyright industries Comprenden la producción, venta y alquiler de equipos de TV, radio, VCR, reproductores CD, DVD, y cassette, equipos de juegos electrónicos, y similares, ordenadores e informática, instrumentos musicales, equipos de fotografía y cine, fotocopiadoras y escáneres, material de grabación, soportes vírgenes (CD, DVD, pen drive…), y papelería. – Partial copyright industries Comprenden la producción y distribución de moda, textiles, zapatería y complementos; joyería, orfebrería, y similares; mobiliario, interiorismo, alfombras; decoración, cristalería, porcelanas; juegos y juguetes; urbanismo e ingenierías; consultoría e investigación en estas áreas. Sólo una parte de la actividad de estos sectores se relaciona con la PI. – Non-dedicated support industries Comprenden los establecimientos comerciales y de distribución en general, empresas y redes de transporte en general, y empresas y redes de telefonía, comunicaciones e internet. Sólo una pequeña parte de su actividad se relacionaba con la PI, y sus modelos de negocio eran independientes; pero esto ya no es del todo cierto hoy con respecto a internet y las TIC. En los países de la OCDE las ICC vienen creciendo a un ritmo dos veces superior al sector servicios, y cuatro veces superior al manufacturero. En los EEUU, según un reciente Informe de la IIPA, las Core Copyright Industries suponen en torno al 6’40% del PIB (y al 4% del empleo total). Según otro Informe (2006) de la Comisión Europea las ICC contribuyeron al PIB de la UE con 654.000 mill. € (un 2’6 % del total). Esta cifra es superior a la de sectores como el de las TIC, el inmobiliario, el agroalimentario o el químico. Las aportaciones más elevadas de las ICC a la economía nacional se registran en Francia, en Reino Unido, Noruega, Finlandia y Dinamarca. En España, según este mismo Informe, las ICC suponían un 2’3% del PIB. Las ICC crecieron casi un 20% entre 2000 y 2005 en la UE, a un ritmo un 10% superior al de la media de la economía UE. El ritmo de crecimiento es mayor en los países del Este de Europa. En el ámbito de la UE, las ICC presentan un nivel de productividad en torno al 1’6 %, y un margen de rentabilidad en torno al 9 %, por encima de la media de otros sectores. Dan empleo a más de cinco millones de personas, y dentro de este colectivo se detecta una presencia de mujeres, de jóvenes, y de titulados superior a la media de otros sectores. En la actualidad, las ICC se encuentran en un momento crítico a causa de la confluencia de varios movimientos relacionados con la implantación de las nuevas TIC y de internet. Uno de estos movimientos es la transición de modelos basados sólo en el Consumo a modelos basados en la Participación: esto implica introducir factores ‘sociales’ junto a los factores ‘económicos’, y además destaca la importancia de los contenidos creados por los usuarios. |
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