Estrategias en Diseño
Sección 4
El diseño y la gestión empresarial están llamados a entenderse, al menos la parte del diseño que se preocupa más de lo conceptual que de lo material y la parte de la gestión que “diseña” empresas centradas en sus usuarios.
En este sentido, la innovación se ha democratizado incorporando a los usuarios como participantes en el diseño de nuevos productos y servicios. Es evidente que la orientación al cliente, hacer que las organizaciones estén siempre cerca del cliente y colocarlo en el centro de nuestro organigrama, ha sido y será un requisito indispensable para el éxito. Una organización orientada al cliente detectará las necesidades de estos pudiendo desarrollar eficazmente nuevos productos que las satisfagan. La gestión empresarial está siendo, por lo tanto, fuertemente impactada por fuerzas transformadoras. En primer lugar, las necesidades organizativas de flexibilidad y adaptación continuas que desafían las técnicas de gestión tradicionales. En segundo lugar,las nuevas tecnologías de gestión colaborativa virtual que permiten operar a gran escala sin estructuras burocráticas; y una nueva generación de empleados que se incorpora a las empresas con valores antiburocráticos, de conocimiento abierto y socialmente responsables. Se trata, en suma, de transformar las organizaciones para que abandonen esquemas mentales en una era en la que la máquina era el factor clave, a otra basada en el conocimiento. Son numerosas las voces que consideran la creatividad como la base y el motor del desarrollo social y económico. Las nuevas formas de innovación se basan en una profunda comprensión de la sociedad abierta y de la nueva cultura del consumidor, que anticipe de forma creativa el producto y el servicio. El modelo de gestión empresarial del futuro debe por lo tanto integrar el diseño, de productos y de servicios, dentro de sus modelos de negocio. El diseño aparece como una filosofía y estrategia para abordar y resolver problemas. Complementariamente, los diseñadores se pueden entender como integradores de disciplinas y personas, un perfil profesional especialmente útil cuando se deben abordar problemas complejos y que requieren soluciones interdisciplinares y creativas. Asistimos a un proceso de convergencia en que cada vez más diseñadores se involucran en este tipo de actividades al tiempo que los empresarios y emprendedores "no diseñadores" adquieren competencias propias de los diseñadores. Los procesos de resolución de problemas y desarrollo de estrategias que aplican las ideas del Design Thinking necesitan del trabajo colaborativo y en equipo para hacer aflorar ideas y crear prototipos que nos lleven desde las ideas a la acción rápidamente. Es precisa una convergencia de estrategias para tratar problemas complejos que afectan a colectivos amplios y diversos. El Design Thinking pone el acento en los procesos por encima de los “productos” o resultados finales. Diseñar los contextos en que se desarrolla el trabajo individual y colectivo, y especialmente las interacciones sociales, es la mejor vía para lograr resultados positivos y construir organizaciones innovadoras (con capacidad para generar sorpresas) y resilientes (capaces de resistir en situación de crisis). Entre las características que se identifican con el pensamiento de diseño sería el definir a los diseñadores como integradores (constructores de equipos) de disciplinas y personas. Pero además les asocia un valor mucho más pragmático, y especialmente relevante. Cuando surge un problema son los primeros en animarse a rediseñar e intentar “inventar algo” para solucionarlo. Mientras, los “especialistas” se preguntan si el problema y la solución caen o no dentro de su ámbito de actuación. [Juan Freire, Culturas de innovación y pensamiento de diseño, Universidade da Coruña y EOI]. |
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