Aspectos sociales en Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial
Wikilibro: Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial > Capítulo 3: Integrando la gestión de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad Empresarial en la práctica |
Sección 3
El aspecto social de la RSE es mucho más que filantropía empresarial, que es una manera más de actuar de forma socialmente responsable.
Cuando en la RSE se habla de aspectos sociales, éstos se refieren a los impactos producidos por la empresa en las personas, principalmente en aquellas que trabajan en ella, y en las comunidades donde opera. Una buena gestión de los recursos humanos de la empresa y su involucración en la comunidad mejora la competitividad de la misma, porque:
Es importante recordar que una condición básica en la RSE es que una organización cumpla con la ley. Por eso, cuando se trata de la RSE y los aspectos sociales, se refiere a aquellas acciones más allá de las requeridas por la legislación en vigor. Por ejemplo, una empresa que tiene operaciones en varios países puede tomar la decisión de aplicar en todos ellos la legislación laboral más exigente de todos. Para el país que tiene la legislación más exigente, el mero cumplimiento de la misma no se considera como una acción social de RSE, mientras en el resto de los países, todo lo que la empresa haga, por encima de la legislación local, es una acción de RSE. Dentro de los aspectos sociales se pueden diferenciar claramente tres áreas:
Relaciones laborales Las condiciones laborales son un factor clave para crear un entorno de trabajo que permita la atracción y la retención de talento, por un lado, y por otro, incrementar el compromiso de las personas con la empresa. Obviamente una empresa tiene que cumplir con sus obligaciones fundamentales referente a sus trabajadores, pero lo que se considera buenas prácticas de RSE son aquellas iniciativas que realiza y que permiten mejorar el entorno de trabajo referente a factores:
Como por definición RSE es aquello que una empresa hace más allá del cumplimiento de la legislación, es necesario tener en cuenta donde opera. Para una empresa española, que no tiene operaciones fuera de España, la legislación vigente ya es muy completa para muchos de estos temas. No obstante, si tiene operaciones en países en vías de desarrollo, la implementación de buenas prácticas en muchos de estos aspectos puede ser un reto importante. Sin embargo, incluso en España, una empresa puede beneficiarse implementando buenas prácticas más allá de la legislación vigente, y así contribuir a su competitividad y de esta manera ser más responsable y sostenible. A modo de ejemplo, en el área de seguridad y salud, por iniciativa propia, una empresa de servicios podría mejorar el mobiliario de los puestos de trabajo, para que se adapte a las necesidades ergonométricas de sus trabajadores, mejorando su bienestar y riesgo de dolencias físicas a la vez de mejorar su rendimiento y satisfacción laboral. Otro podría ser proporcionar a los empleados las herramientas tecnológicas necesarias para fomentar el trabajo desde sus casas, y así facilitar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral con la ventaja añadida de evitar o por lo menos reducir, desplazamientos en hora punta con los impactos medioambientales que esto conlleva. Relaciones con la sociedad La RSE abarca también su integración en el entorno local en el que opera una organización. Con independencia de su tamaño, las empresas generan una importante contribución a las comunidades donde están ubicadas. Por su propia naturaleza las empresas interactúan con su entorno generando impactos positivos (p.ej. proporcionan puestos de trabajo, dinamizan el territorio, etc.), pero también generando impactos negativos (p.ej. contaminación, etc.). Pero además, si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones la ubicación de una empresa está relacionada directamente con sus clientes, proveedores y personal, y también, a veces, con fuentes de materias primas, la empresa es la primera interesada en contribuir al desarrollo social, económico y ambiental de la sociedad. En el aspecto social, las relaciones con la sociedad están enfocadas a generar capital social y pueden adoptar distintas formas, desde acciones de diálogo encaminadas a la resolución de conflictos puntuales, hasta la creación de vínculos duraderos en el tiempo con el objetivo de mejorar el desarrollo socioeconómico de la comunidad, y establecer redes y acuerdos de colaboración con diferentes organizaciones. En este sentido, el concepto de relaciones con la sociedad excluye la acción social pura, ya que esta es tratada en un punto separado, al considerarse un tipo muy específico de relación con la sociedad. Más allá de la propia actividad empresarial, la Acción Social, como tal, es un tema muy específico y complementario a las buenas prácticas de RSE. La implicación de una empresa en la comunidad, de manera continua y a largo plazo, persigue alinear la estrategia y los objetivos de la misma con las necesidades sociales, ambientales y económicas de la comunidad en la que opera con el doble objetivo de, contribuir al desarrollo socioeconómico local, por un lado, y por otro, mejorar su propia competitividad y sostenibilidad. En este contexto, una empresa responsable hace todo lo posible para contribuir al desarrollo sostenible de las comunidades donde opera. Para esto tiene que desarrollar un diálogo, abierto y honesto con los grupos de interés para identificar aquellos temas que son relevantes para ambos y en los cuales la empresa puede y debe actuar. Quizás es importante volver a hacer una diferenciación entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Para países desarrollados, muchas de las cuestiones sociales ya están contempladas en la sociedad de bienestar. No obstante, esto no priva a una empresa de actuar de una forma más responsable. Por ejemplo, si por los motivos que sea una empresa tiene que reducir la plantilla en una fábrica, podría limitarse al cumplimiento de sus obligaciones laborales, o podría ir más allá, y relacionarse con determinados grupos de interés para ayudar a buscar una solución, esta sería una buena práctica de RSE. Referente a países en vías de desarrollo, la problemática suele ser otra, y en ocasiones falta atender necesidades básicas sociales. Igualmente una empresa podría limitarse a cumplir la legislación vigente del país, o podría ir más allá y trabajar junto a los grupos de interés para buscar cómo poder contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y la comunidad. Aquí es importante diferenciar entre una iniciativa interesada (mejorar la educación de la población local daría como resultado por ejemplo, trabajadores locales mejor formados), y acciones de carácter más desinteresado, como por ejemplo, fomentar la erradicación del trabajo infantil, que sería un caso de acción social, como Proniño. Acción Social La sociedad actual está reclamando cada vez más a las empresas compromiso e implicación con la comunidad, y es esta misma sociedad la que juzga de acuerdo con la calidad y cantidad de esa contribución. Sin embargo, no hay un consenso uniforme sobre lo que se considera una contribución a la comunidad, y menos aún, sobre lo que la comunidad y la empresa consiguen con iniciativas de Acción Social. Además, la responsabilidad social es un componente importantísimo para la reputación de muchas empresas y es necesario poner en valor y comunicar correctamente en las memorias de sostenibilidad todas las contribuciones a la comunidad. Generar beneficio a la comunidad es el propósito principal de una empresa cuando decide participar en iniciativas de carácter social, y su objetivo debería centrarse en enfocar su esfuerzo en aquellos programas y proyectos en la comunidad donde puede maximizar su beneficio. Toda empresa responsable debe conseguir el máximo retorno de lo que invierte, y su acción social no es una excepción. Todo lo contrario, cuanto mejor gestionada esté su acción social mayor beneficio obtendrá tanto para la sociedad como para la empresa. Por esto es importante que las empresas gestionen su acción social, y como resultado lo que estaba considerado como un hecho filantrópico pase a ser reconocido como una inversión social que también produce un retorno para la empresa. Una empresa que gestiona bien su acción social puede enfocar sus programas de forma estratégica, alineándolos a sus objetivos empresariales. De esta forma tanto la Comunidad como la empresa se benefician de la inversión. A este fin un grupo de empresas han desarrollado el modelo LBG que permite medir, gestionar, evaluar y comunicar las contribuciones, logros e impactos de la acción social empresarial en la comunidad. LBG se centra en captar todo aquello que una empresa aporta a la sociedad, más allá de su propia actividad empresarial, conocido como inversión o acción social. |
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