Innovar es arriesgar

No se quien seré, se quien fui.

Nos dijeron que estudiáramos duro; que aprovecháramos para ser la generación mejor preparada; que la vida nos daba una oportunidad con la que nadie antes había soñado.  Y así lo hice. Ingeniero Mecánico, Master en Diseño industrial, especializado en servicios para la sociedad de la información. Teniendo que trabajar a media jornada para sufragar los gastos que tenía en mi poco tiempo libre, la verdad, el coste de oportunidad parecía muy alto viendo como algunos compañeros se llenaban los bolsillos a base de paleta y ladrillos.

Las oportunidades perdidas.

Pero estalló la crisis. El dinero se fue a suiza y los EREs llevaron el paro a límites insospechados hace años: cincuenta por ciento de paro juvenil. Se dice rápido. Cualquier aspiración laboral que tuviéramos fue forzosamente reemplazada por estupor. ¿Donde está nuestro futuro? Aquel que nos prometieron se desvaneció. ¿Donde está nuestro presente?, ¿en Alemania lejos de nuestras familia? No. No queremos emigrar, aún nos queda alguna carta por jugar. Dicen que las crisis ofrecen oportunidades para quien las sabe aprovechar. Afirmación con la que no puedo estar de acuerdo, porque las oportunidades ya estaban ahí antes, incluso eran mejores durante aquella economía boyante que alguna vez vivimos. La crisis no da oportunidades, las quita. Obviamente hay menos caminos.

Vencer el miedo

Pocos caminos transitables quedan, todavía menos parecen placenteros. Así que esta aparente falta de oportunidades abre un sendero que en épocas de bonanza casi nadie se atreve a caminar. Emprender, inventar tu propio camino, es la única opción viable para colmar las aspiraciones que alguien nos metió en la cabeza. La probabilidad de éxito es baja y la incertidumbre alta, pero cuando no hay nada que perder sólo puedes ganar.  Es así de sencillo.

La luz se apagó, pero mostró a su vez, una estrella que ahora marca mi norte.

No tenemos miedo de fracasar aprender. Tenemos miedo de la gente que juega con nuestras vidas; de los que no salen a la calle a pedir lo que es suyo; de aquellos que no luchan por alcanzar sus sueños. Sabemos que sólo los locos que se alejen del camino verán las flores escondidas del bosque. ¿Tú de qué tienes miedo?.


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